Capítulo 5: Fin o locura...

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Es fe, es creer, elige el lado de la cara, eso depende de ti aquí puedes ser todo o nada; Es la verdad, la Falsedad, se le llama esperanza a esa realidad distorsionada.
-Porta
Falsa Esperanza.

Seguí conduciendo por la carretera encontramos una especie de mini súper.

-A ver que hay aquí. Dije suspirando, ahora comprendo lo que sienten los de los camiones al estar manejando todo el santo día.

-Te noto cansado. Dijo Lucia. Y sí que lo estaba creo que tenía los ojos hinchados con ojeras y bolsas además de que me dieron ganas de una cerveza fría, no sé porque.
Y mis deseos se hicieron realidad... Lo que encontré en el establecimiento fue una de esas bebidas energéticas en latas de seiscientos mililitros y de unos veinte centímetros de alto y un jugo de verduras lo tome porque sabe casi igual que una cerveza. Iba camino a la caja donde se cobra todo cuando pase junto a un refrigerador y se escucharon golpes, pero golpes consientes, no los de algún zombi sino los de una persona encerrada por así decir.

-¡¡Sáqueme carajo!! Se escuchó un grito desesperado era un hombre de como 24 años yo ya tenía relación con las personas mayores en edad productiva pues iba a cursos y los de servicio social eran de esa edad, por ese me dio buena espina. Abrí el refrigerador y él callo de boca interponiendo los brazos y las rodillas.

-Gracias, muchas gracias. Dijo mientras me abrazaba y le levantaba del piso.

-Ammm Okay. Dije en tono extrañado.

- ¡oigan! Les alerte a los demás para que lo fueran a ver.

-Que hubo. Dijo él mientras le estrechaba la mano a Miguel a Amanda, y Lucia.

- ¿cómo te llamas? Pregunto Lucia mientras ponía cara de extrañada.

-Oh si me llamo Manuel. Y enseguida un silencio incómodo.

-Bien Manuel ve a ver que encuentras. Mientras yo iba a las cajas a ver que había, y encontré un mazo de cartas jaja mi mochila se va a llenar de juguetes, bueno son para entretener y para mi aniversario, pero se los dejare de sorpresa. Lo tome lo puse en la mochila y ahora solo necesito papel y algo de pegamento o papel que tiene adhesivo al reverso. Y como fue todo me fui al carro.

-NO ENCONTRE NADA. Dije.

-Tú tampoco. Dijo Amanda en expresión sorpresiva.

-No hay pedo vamos a alguna casa a ver si hay gente o comida o armas. Dijo Manuel habla como si conociera nuestras necesidades, como si fuera uno de nosotros.

Fuimos únicamente a unas pocas casas lo único rescatable es que fuimos a 1 casa nada más.

-Bueno llegamos. Dijo Manuel mientras se ponía la escopeta en la parte opuesta al émbolo en los hombros.
Se adelantó y abrió la puerta de una patada quebrando la cerradura abriéndose en una misma expansión de astillas. Dejé mi mochila en un sillón pero primero saque un jugo de verduras. Suspire. Y lo apuré rápidamente me imagine a mis amigos de vecindario gritando 《¡fondo, fondo!》

-Todos hicieron una expresión de relajación así como una exhalación acompañada por un: Ah. Sin embargo debió ser algo lo que los atrajo. Y lo que paso es que empezaron a golpear la puerta trasera y... Salimos a toda prisa de la casa en la que fuimos y queríamos pasar la noche pero no teníamos tantas balas para acabar con todos así que tuvimos que irnos, todos agarramos nuestras cosas, no debo olvidar mi mochila.

- ¡¡¡A mover el trasero!!! Dijo Miguel gritando con una voz resonadora que denotaba que había terminado la pubertad y por ende la adolescencia, "a mover el trasero" otra vez.
Volteó hacia arriba diciendo -me estas tentando papacito. Yo creo que de haberse referido a Dios él ya no tiene tanta fe, pues lo dijo como si le estuviera colmando el plato, y tiene lógica, puesto que, en los "pocos" meses que lleva esto es posible y a la vez imposible que Dios nos haya abandonado. Subimos al coche y... salimos a no sé dónde.

PandoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora