𝒯𝓌ℴ

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Esa mañana, Minho había salido temprano. Quería darle una sorpresa a su bebé, y una de esas era que no trabajaría.

Hyunjin siempre le preguntaba si iba a trabajar, y que si ese día se quedaría con él. Apenas le respondía que no, le dolía verlo poner esa carita triste. Por ello, tomo tres días libres para pasar un tiempo con su pequeño novio.

Fue al centro comercial, directamente a la tienda que a Hyunjin le gustaba. Él desde hace un tiempo quería un peluche gigante que había visto en ese lugar, un dinosaurio. Pero vio cantidad de peluches bonitos, y no aguanto comprar variedad de estos, como de osos, peces, elefantes y más. Tuvieron que ayudarle a llevar todo a su auto. Es un exagerado, pero más exagerado es Hyunjin

Luego fue a la tienda de ropa, una en la cual habían unas sudaderas que ambos podían utilizar. Hyunjin las amó cuando las vio y por ello no dudo en comprarlas y también aprovecho en comprar una que otra prenda.

Vio la hora y aun faltaba para que despertara, pero igualmente se apuró porque quería que despertara con la sorpresa acomodada en la sala.

Paso por una repostería, compró una pastel de fresas y con eso, volvió a su casa, y como su novio seguía durmiendo, aprovecho y acomodó los peluches en el sofá, dejando las bolsas con la ropa, solo saco su sudadera. Y el pastel lo dejó sobre la isla de la cocina. Con todo listo, se dispuso a esperar.

Sabía que cuando Hyunjin despertara se iba a preocupar porque no lo despertó para despedirse, por eso, cuando escuchó que alguien bajaba por las escaleras, se escondió. Los sollozos se hicieron escuchar, he inevitablemente sonrió un poquito. Su novio es una ternura.

Vio como se acercó a los peluches, a pasito muy lento.

- ¿M-Minho?

Se acercó con cuidado y cuando estuvo cercar, lo abrazó por detrás asustando al pequeño, que terminó riendo y girandose para abrazarlo. Colocó una mano en su cabeza y dejó un beso en su cabellera azabache.

-¿Todo eso es para mí? - Señaló con timidez.

- Si mi amor, todo eso es para ti. - Sonrió.

Ver como sus ojitos brillaban de emoción era una imagen que no borraría nunca. Menos como salia corriendo feliz a abrazar el peluche más grande y agarraba todos los demás.

- ¡Gracias, gracias! - Se lanzó a sus brazos.

Minho no podía sentirse mejor, verle tan contento le llenaba de vida, porque era una felicidad genuina e inocente. Su pequeño ángel, el causante de que sus días oscuros se volvieran más brillantes y llenos de color. Él no podría aguantar ver a ese precioso chico triste, solo acepta ver aquellos ojos negros iluminados, brillando de alegría.

Ahora, con solo observar como jugaba con los peluches pero tirado encima del enorme dinosaurio verde, se enternecía. Hyunjin era pequeño, físicamente de contextura delgada y no tan alto, entonces sobre aquel gran dinosaurio, se veia más pequeñito de lo normal. Demasiada ternura para su ser.

— ¿Quieres pastel? — Captó su atención rápidamente.

Hyunjin corrió a donde se encontraba Minho, teniendo en sus manos un peluche de elefante. El chico miró encantado el pastel, porque este se veía delicioso.

— Si quiero. — Dio pequeños saltitos. — ¡Desayuno!

Minho sonrió, tomando al azabache para sentarlo sobre la isla. Este cruzó sus piernas y esperó tranquilo que le sirviera su muy dulce desayuno. Él no suele comer cosas así en su desayuno, pero una vez nunca hace daño. Vio la deliciosas porción en su plato preferido junto a su jugo de maracuyá.

Comenzó a comer contento, mientras miraba a su novio teclear cosas en su teléfono. Pero ahí cayó en cuenta, se supone que debería estar trabajando.

— Honnie. — El mencionó volteó enseguida.

— Dime mi amor. — Dejó el aparato a un lado y se acomodó entre las piernas de Hyunjin.

— ¿U-Usted no tiene que trabajar?

— Una sorpresa más... — Besó fugazmente los labios del chico y sonrió. — Me tomé tres días libres.

La sorpresa no tardó en notarse en la expresión del azabache, la sonrisa amplia también apareció y esa emoción volvió a surgir.

— ¿En serio? — Asintió. — ¡Si!

Lo abrazó feliz, ya pensando que ese día no podía ser más perfecto.

El problema del trabajo de Minho es que su único día libre es el domingo y sin embargo, lleva alrededor de tres semanas trabajando sin descanso, hasta los domingos. Y Minho es realmente bueno en lo que hace, es muy ordenado, responsable y puntual, siempre tiene todo anotado para no olvidarse, está atento a cualquier llamado y aún así, no le dan al menos dos días para que repose de todo ese estrés laboral y se relaje como se debe.

Otro problema es que llega demasiado agotado a casa. Se va a las siete y llega casi siempre a las doce de la noche y por supuesto, lo que quiere es llegar a dormir. Por eso, no tienen tiempo para ambos, casi no tiene energía para la intimidad y eso los frustra, aunque más a Minho que al propio Hyunjin.

Ahora, teniendo tres días, a pesar de no ser demasiado, es más que suficiente para poder pasarla bien juntos. Hyunjin ya tenía todo planificado dentro de su cabecita.

Poco después Hyunjin fue llevando los peluches a la habitación de ambos, donde había un estante lleno de estos. El enorme peluche de dinosaurio si se quedó en la sala. Pero cuando el menor vio la sudadera, dio un gritito de emoción, mostrando una gran ilusión cuando recordó que esa prenda era para parejas, entonces si su novio tenía la otra, estaba seguro que lloraría de la enorme alegría.

Y así paso, cuando se la mostró Hyunjin soltó lágrimas y lo abrazó. Ambos se la pusieron, sonriendo, siendo el pelinegro quien comenzó a tomarse fotos de él, los dos juntos, de Minho solo o del dinosaurio.

Realmente ese hermoso chico no parecía tener la edad que tenía. Le encantaba tanto, su voz, su anatomía, su sonrisa, sus pequeños ojitos, ese lacio cabello. Es perfecto y no puede pedir más.

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Me agrada esta historia, espero que también a ustedes.

『 𝒄𝒐𝒄𝒐𝒏𝒖𝒕 』. -  Hyunknow ·❆ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora