Capítulo 3 : El despertar

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Al volver al centro de Silent Hill, entré en un bar y pedí un café con leche. Mientras me lo preparaban pregunté a toda la gente por mi hija, ya que la policía no pensaba ayudarme. Al ir a preguntar a la camarera, la última persona que quedaba en el local por preguntar se fue la luz, pude encender la linterna y me dijeron que había vuelto a fallar el generador a las afueras, y decidí ir a arreglarlo. Me dejaron unas herramientas i me fuy para allá. Al llegar allí, vi que un par de cables estaban cortados, y con las herramientas, hize un parche provisional para que volviera la luz por un rato. Al salir de la casita del generador de energía principal, alguien me vino por detrás, y con algo contundente me golpearon la cabeza, dejándome en la nieve entre los árboles inconsciente. Cuando desperté, estaba atado a una camilla de un quirófano al parecer abandonado desde hacía años a juzgar por el aspecto. Me conseguí desatar de la camilla y salí del quirófano i vi un pasillo largo y oscuro, tuve que andar a ciegas porque mi móvil no tenia batería y me habían quitado la linterna, por suerte encontré una en una habitación que aún funcionaba. Al volver al pasillo principal en la puerta me encontré con Sarah, me quedé de piedra, no sabía que decir. Le pregunté cómo me había encontrado, y se echó a correr por el pasillo, intentaba alcanzarla, pero cada vez corría más y más. Al final del pasillo, se detuvo y se giró hacia mi. Cuando la alcancé me agaché para abrazarla, pero Sarah se convirtió de repente en una persona con la cabeza de pirámide metálica de hierro oxidado y una espada gigante de metal la cual también estaba oxidada como su cabeza. Al mirarlo me eché hacia atrás, y cuando di el primer paso para correr y huir de él me la clavó por la espalda atravesándome por completo, viendo todo el filo lleno de mi sangre.

Silent Hill: Memorias DestrozadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora