Capítulo 36

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14 de febrero de 2019

Danielle despertó temprano, para llevar a su hijo a la escuela. Ben estuvo listo bastante rápido, y cuando entró a su habitación, Dani lo sorprendió con un dibujo en sus manos, que tenía un corazón y algunas letras escritas en el reverso.

—¿Qué es eso? —le preguntó frunciendo el ceño.

Ben escondió a toda prisa el dibujo en un cajón de su escritorio, estaba un poco ruborizado porque lo hubiesen sorprendido.

—Es para Grethel —le contestó—. Un dibujo por San Valentín. Hoy es un día especial, mamá.

Dani no pudo evitar sonreír. Se agachó para darle un beso a su hijo y le acarició los rizos rubios.

—Pero Grethel no está en tu clase, corazón... ¿Cómo harás para dárselo?

—Thomas me prometió que se lo haría llegar. Me dijo que vendría esta noche a buscarlo y que se lo daría lo antes posible.

Dani se rio. Sí que Thomas consentía a su hijo... Luego pensó en la cena de esa noche. No habían hablado, pero su padre le había contado que lo había invitado a comer sin su consentimiento, y que Tom había dicho que sí. Aquella noticia le alegró, pero no quería hacerse demasiadas ilusiones al respecto, quería esperar para no terminar con el corazón roto una vez más.

Se sentaron los cuatro juntos a desayunar, pero al cabo de unos minutos sonó el timbre de la puerta. Era un poco temprano todavía y no imaginaban quién podría ser. Fue Donna quien acudió al llamado; era un mensajero con unas rosas:

—¿Danielle Robson? —preguntó el hombre.

—Es mi hija...

—Por favor, señora, firme aquí la entrega.

Donna regresó al comedor con las rosas en las manos y se las entregó a su hija con una sonrisa. Era un hermoso arreglo floral de una docena de ellas de color rojo.

—Son para ti, cariño.

—¿Estás segura? —Danielle no podía creerlo, tenía el corazón agitado.

—Tu padre ya no regala flores, cariño.

Richard no pudo evitar soltar una carcajada.

—Flores tal vez no, pero te tengo una sorpresa para esta noche, amor mío.

Donna le dio un beso en la frente. Llevaban cuarenta años juntos, y se amaban como el primer día.

—¿Quién te ha enviado esas flores, mamá? —preguntó Ben.

—Son de Thomas... —susurró ella con la tarjeta en las manos, todavía sin dar crédito.

—¿Son novios, mamá?

Danielle no sabía qué responder, fue Richard quien acudió en su auxilio:

—Todavía no, cariño, pero quién sabe. ¿Te gustaría?

—¡Sería genial! —exclamó Ben dándole un beso a su madre.

Dani le sonrió, aunque no podía apartar los ojos de la pequeña nota. Decía: "Te amo".

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