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SOPHIA FRUNCIÓ SUS LABIOS Aa vez que se estacionaba frente a la casa de Jacob, le había dicho a Charlie que llevaría un poco de su famoso estofado de cordero con nueces y granada a Billy ya que sabía que él había querido probar un poco.
Había sido una pequeña mentira ya que Sophia necesitaba la dirección y alguien que cuidara a Mia, no quería traer a su hija con ella mientras le gritaba a Jacob; aunque si había traído el estofado con ella para hacer la mentira creíble.
Sophia sonrió a la vez que se bajaba de su Nissan Micra azul y alisó el vestido de punto azul marino con cuello en v y el cinturón que llevaba; la rubia había combinado el vestido con botas altas de cuero marrón ya que saldrían a cenar cuando ella regresara.
Sophia colgó en su hombro el bolso que había llevado antes de moverse para agarrar el tupper que contenía el estofado en su interior; tenía que recordar que estaba haciendo aquello por Bella.
Sophia observó la casa mientras cerraba la puerta de su auto y se aseguró de cerrarlo con alarma antes de poner una sonrisa inocente en su rostro, sabiendo que Billy la esperaba.
Dirigiéndose hacia la puerta, Sophia intentó mantenerse calmada mientras intentaba recordar las clases de elocución* que su madre le había forzado a tomar cuando era una niña pequeña.
A menudo le había hecho preguntarse cómo su madre estaba relacionada con Charlie, ya que los dos eran personas completamente diferentes; su tío era callado, tímido y relajado mientras que su madre era muy remilgada y apropiada.
De todos modos, Sophia pensaba que tenía que ver con el hecho de que ella había entrenado por casi veinte años para encajar en el círculo social de su padre para ser aceptada.
"Hola Billy" Sophia saludó educadamente cuando Billy le abrió la puerta. Ella tenía una pequeña sonrisa en su cara que era guardada para cuando tenía que atender a los eventos de caridad de su madre.
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"¿QUÉ ESTAS HACIENDO AQUÍ?" Jacob espetó a la vez que entraba a la cocina de su casa y veía a Sophia sentada mientras hablaba con su padre en la mesa de desayuno; el aire estaba repleto con un delicioso aroma que hacía gruñir a su estómago.
Sophia observó a Jacob, agradecida de que había esperado. Sabía que él no hubiera esperado que ella fuera a verlo. Miró a Jacob un poco sorprendida ante lo mucho que había cambiado desde que lo había visto hace una semana.
Este no era el chico que Bella le había introducido, y se preguntaba que le había causado semejante cambio; a ella le gustaba el nuevo Jacob, era mucho más ardiente que el anterior.
Jacob frunció el ceño mientras observaba a Sophia, Bella le habría dicho lo que había sucedido y no creía que Sophia estuviera allí solo para entregar el estofado; se preguntaba si Bella la había enviado para hacerlo sentir mal.
