Capítulo 32.

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¿En serio?

¿Me estás dando esto?

¿Un certificado?

Ese es el certificado de la juguetería más grande, ¿no?

Vamos a calmarnos.

Sé lo doloroso que es tener algo más allá de tu capacidad, ya que yo había sido un niña de un destino falso.

No puedo llevarlo conmigo cuando me exilien y como soy joven y no puedo administrar una tienda tan grande, otras personas se harán cargo. De cualquier manera, no podría tocar el dinero. Con el corazón apesadumbrado, le devolví el certificado al duque.

"No pwuedo lweer algunwas de las palabwras" (No puedo leer algunas de las palabras)

Leah se rió afectuosamente, diciendo:

"Lo leeré para ti."

"¡Oh, esto es un certificado de juguetería, señorita!"

Dije con voz sombría.

"Blaine no quiere un pwapel."

"No es solo un papel, señorita. Si tienes esto, puedes tener todos los juguetes en la tienda.."

Sacudí mi cabeza con una mirada triste.

"No quiero... quiero más juguetes."

Henry e Isaac miraban al duque.

"Para un niño pequeño, el significado del certificado de una juguetería estaría más allá de su comprensión. "

"Bueno, lo es. Un arco o un vestido la haría más feliz."

El duque parecía haber sido alcanzado por un rayo. Pero los hermanos sonrieron y me rodearon con sus brazos.

"Vamos a tu cuarto, Leblaine."

"Sí, te arroparemos."

Escuché la voz del duque detrás de mí, que siguió a los hermanos impotente.

"Aquellos que manejaron esto, tráiganme la lista."

Resulta que en realidad había otros regalos preparados para ella.

***

Me levanté antes de que saliera el sol y dejé la suave cama.

'Vale, me he encargado del arco que me dio Isaac.'

Por si acaso, incluso puse el dispositivo de rastreo que Lea me dio en mi bolsillo.

Había gente que me deseaba lo suficiente como para conseguir un traficante dentro del castillo, así que debo tener cuidado.

Me arrastré hasta la prisión subterránea.

Los soldados estaban de patrulla, pero logré colarse aprovechando mi experiencia de mendigo. Por supuesto, obtener una clave también fue una habilidad que se aprendió gracias a esa experiencia.

"Seria."

Una pequeña voz hizo que la chica agachada levantara la cabeza.

"¡Pequeña señorita......!"

"¡Shh!"

Cuando puse mi dedo índice en sus labios, Seria gruñó y bajó la voz.

"¿Qué estás haciendo aquí?"

"Hay un lugar al que quiero ir con Seria."

Salí de la prisión subterránea de la mano de Seria, parpadeando inocentemente

The Baby Raising a Devil [Español] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora