Cuando entré a casa me encontré con Ian. Estaba sentado en el sillón, tenía el cabello alborotado y la mirada perdida. Me acerqué hasta donde él estaba y me senté a su lado.
-Hola.- Saludé, él me miró como si no se hubiese dado cuenta de mi presencia anteriormente.
-Hola, Flor.
-¿Qué hora es?
-Son siete menos veinte. Mamá está en su habitación y Papá trabajando.
-¿Te pasa algo, hermanito?
-No, Mamá me dejó hacer una fiesta mañana, invité algunos amigos... si quieres puedes invitar algunos de tus amigos también. No sé, a Magdalena, quizá.
Magdalena era una chica muy agradable de mi otro curso, yo iba a la división ¨A¨ y ella a la división ¨B¨, no he hablado más de dos palabras seguidas con ella, no sabía porque Ian la nombró. Hasta que recuerdo que tiene una hermana un año menor que yo y uno mayor que Ian, seguramente le gusta y le da vergüenza invitarla.
-¿Es por su hermana? ¿Cómo se llamaba? ¿Romina?
-Rocío, y sí, pero me da vergüenza invitarla... No le digas a nadie.
-¡Ian está enamorado! ¡Ian está enamorado!- Me burlo.
Él me sonríe y me lanza un almohadón.
-No voy a invitar a Magda y a Ro si me tiras almohadones, ¿Sabes?
Seguimos hablando y jugueteando con mi hermano un rato, luego le avisé a mi mamá que había llegado a casa. Mi hermano y yo solíamos pelearnos muy seguido pero lo amaba con toda mi alma, era muy pesado pero igualmente era... genial.
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Ama hasta que duela.
RomanceFlorencia es una chica de 15 años con una vida aburrida, pero un simple repartidor de pizza puede cambiar esa aburrida vida y volverla fantástica. Uniendo sus vidas y aprendiendo sobre el otro y sus metodologías de vida.