Capítulo 12: Orden

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Comencé a abrir vagamente mis ojos y noté una luz que me estorbaba y me obligaba a cerrarlos de nuevo, entonces caí en cuenta. Ya había amanecido. 

— ¡Ay no! —dije de golpe mientras me levantaba, en ese momento una prenda resbaló de mis brazos, hacía la función de manta o al menos eso trataba; pero lo que llamó mi atención es que esa prenda no era mía, estaba hecho de cuero y en la espalda tenía la figura de dos alas de ángeles. Solo había una persona que usaba ese chaleco. 

Escuché unos pasos aproximarse y pude observar que era Daryl con su ballesta en la espalda como de costumbre. 

— Ya amaneció —dijo obvio tomando su chaleco. 

— ¿Crees que no lo noté? No fuimos a la reunión, no sabemos qué pasó y ¿Por qué me dejaste dormir tanto tiempo? —exclamé molesta mientras seguía su paso a sus espaldas. 

— Rick sabe manejarlo, no nos perdimos de nada —comentó.

De verdad que la sangre me hervía en todo el cuerpo, a veces tenía ganas de golpearlo pero también habían veces que él era la persona más comprensiva de toda esta comunidad. Se escuchó como gruñidos proveniente de entre los árboles, Daryl y yo nos miramos algo confundidos porque el zombie parecía estar quieto, no parecía estar en movimiento; llegamos hasta el sonido y era un zombie atado a un árbol. 

— Vaya —dije sin impresión. Daryl estuvo por matarlo pero hubo algo que llamó mi atención, en su frente tenía una especie de señal o marca— ¿Qué es eso? —pregunté señalando. 

Daryl le agarró del pelo y lo estiró hasta el tronco, de esta forma el zombie era incapaz de morderlo. 

— Parece una W —respondió. 

— Que raro. Debe pertenecer de algún grupo —sugerí, Daryl le clavó un cuchillo entre los ojos y no dijo nada más al respecto. 

(...)

Estuvimos caminando de regreso un poco más del tiempo esperado, pero teníamos planeado volver por la puerta de entrada. Finalmente habíamos logrado observar las rejas de Alexandria y unos hombres haciendo guardia, habían tardado un poco en reconocernos pero nos abrieron las rejas después de todo. 

— Finalmente volvieron —mencionó el padre Gabriel, sonaba bastante preocupado y un poco alterado, no sabía si también preocuparme por su nerviosismo, de todas formas él era parte del grupo de Rick y seguía aquí; asumo que la reunión de anoche salió bien de lo contrario él no estaría aquí. 

— ¿Todo en orden? —pregunté un poco confundida por su comportamiento. Suponiendo que todo había salido bien la noche anterior ¿Por qué se encontraba nervioso?. 

— Llegas un poco tarde Stella. Que yo recuerde siempre has sido puntual ante todo —se me burló Dafne a lo lejos mientras me saludaba; Daryl y yo nos adentramos un poco más y pude observar a más gente del grupo de Rick, quiero decir todos estaban aquí. Pero me detuve en seco. 

En la casa de Deanna justamente en el suelo, había una enorme mancha de sangre, si algo había aprendido en este mundo (además de matar) es que la sangre es algo difícil de limpiar. Ese color era un rojo vivo, no era pálido, pertenecía de alguien de esta comunidad. 

— ¿Qué mierda sucedió aquí? —pregunté a Dafne con seriedad, aunque lo haya dicho en bajo ella se había tensado lo suficiente para ni siquiera voltear a ver el charco. 

— Pete —fue su única respuesta, lo dijo con dolor y pena en sus ojos— mató al esposo de Deanna y ella le permitió a Rick matarlo —finalizó. 

Escuché como Daryl gruñó, soltó la bolsa con los medicamentos y simplemente se marchó; estuve por detenerlo pero dejé que se fuera, existen momentos que es mejor alejarse y creo que este es uno de ellos. 

Tomé la bolsa de Daryl y me retiré.

Fui directo donde Denisse, y toda la gente parecía estar en un proceso de "Aceptación" sus expresiones faciales no eran las mismas de antes, cuando llegué vivían una fantasía sonreían todo el tiempo y todos eran felices; pero ahora que enfrentaron la realidad no pueden creer lo que vieron y rechazan lo que vieron, no quieren aceptarlo. Llegué a la enfermería, al parecer tenía algunos pacientes solo conocía entre ellos a Rosita y Tara. 

— Denisse —la llamé mientras dejaba las cosas en la mesa.

— Está un poco ocupada de ese lado —mencionó Rosita. 

Saqué todo lo que habíamos conseguido, pero cuando agarré la cajita especial dudé en dejarlo aquí; quiero decir no todos los días te encuentras unos condones. 

— ¿Todo bien? —preguntó Rosita.

— Sí. Dile a Denisse que trajimos algunas cosas con Daryl, espero que le sirva —ni siquiera saqué la caja de mi mochila y la cargué en mis hombros. 

— Lo haré —dijo amable. 

Salí de la enfermería y quería hacer algunas cosas, quería hablar con Rick y Deanna, es decir había sucedido demasiado para la gente de este lugar en una noche. Resultaba increíble como en cuestión de segundos las calles resultaron vacías, podía divisar algunos guardias pero habían desaparecido por completo la civilización. 

— ¡Stella! —me llamó una voz reconocida, me volteé y era Jared que venía en trote algo agitado.

— ¿Dónde están todos? —pregunté algo confundida. 

— Rick está buscándote —me sorprendió su respuesta— rápido —exclamó y fue al trote. 

Fui a su lado y entramos en una de las casas, se me dificultaba pasar por el pasillo de la casa puesto que se encontraba creo que todas las personas de la comunidad, tenían sus ojos y oídos atentos al centro de la sala; me abrí paso entre la gente y finalmente me encontré con Rick. 

— ... si los caminantes logran traspasar el área llegarán aquí —en ese momento hizo una pausa muy leve ya que notó mi presencia, pero continuó con su idea— y las barras no son lo suficiente fuertes como para sostener a gran cantidad. 

Trataba de adaptarme a la situación. Rick hablaba de caminantes o como yo los nombro: zombies; y al parecer este lugar estaba peligrando, por el momento eso es todo lo que sé. 

— Podemos reforzar los muros —habló alguien, todos volteamos a ver; no sabía su nombre pero sabía que él trabajaba en el área de construcciones de la comunidad, como casas e incluso armas descompuestas— hacer este lugar un poco más seguro y fuerte —dijo con algo de nerviosismo; la mayoría de gente voltearon a ver a Rick esperando su aprobación pero él solo negó con la cabeza. 

— Solo se acumularán y sería cuestión de tiempo hasta que ellos entren aquí —respondió Rick— lo mejor es ir y sacarlos de allí, guiarlos a otro lugar lejos de casa. Pero necesito gente —finalizó. 

— Háganlo —escuché una voz vagamente hablar; tuve que asomarme entre las personas y era Deanna que observaba por la ventana vestida de luto. 

— Bien. Daryl estará guiando a los caminantes por la carretera —mencionó Rick. Me percaté que Daryl se encontraba justamente en la ventana, él hizo una seña con la mano para que el resto supiera su nombre; justo antes de que Rick continúe lo interrumpí. 

— Iré con él —dije levantando la mano, mi tío me observó algo extrañado— lo acompañaré —agregué. 

Un riesgo que vale la pena (Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora