Capítulo 1: "Bien hecho, nena"

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Era Viernes por la noche, y una vez más, no tenía nada que hacer con mi aburrida vida, que no fuera ver la televisión o estar en mi ordenador, incluso revisar mi móvil para ver si alguien me había mandado algún mensaje--Nadie lo hizo. Aburrida e irritada, me levanté de donde estaba sentada para dirigirme caminando hacia mi cuarto porque no tenía nada mejor que hacer en ese momento.

Me tumbé en mi cama, tapando con mis sábanas revueltas mi cabeza. Grité en mi almohada dejando salir toda mi frustración contenida. ¿Porque no podía ser una persona normal como las demás? ¿Eh? ¿Es mucho pedir? ¿Ser capaz de salir y perderme un rato?

Por otra parte, esa no era mi forma de ser. Nací y fui educada como una cristiana y sabía como respetar mi cuerpo y mis ideales, sabiendo que Dios estaría viendo cualquier cosa que hiciera. Inserta aquí un suspiro de fastidio.

Si mis padres me encontraran o supieran por alguna casualidad que me había ido de casa para hacer cosas que los demás adolescentes hacían, seguramente me encerrarían en mi cuarto semanas (A lo mejor, mas tiempo) castigada, lo que significa, estar todo el día aburrida sin ver televisión, sin ordenador, sin mi móvil, o alguna otra cosa que deseara para vivir.

Así que era mucho mejor estar aquí y llorar por el resto de mi vida, bueno, lo que viene siendo morir.

Era como si los dioses del cielo estuvieran escuchando mis gritos mentales para ayudarme, porque en ese mismo instante recibí 3 mensajes en mi móvil, todos diciendo lo mismo:

“-Fiesta, esta noche. A las 12:00 en Richmond. Todos están invitados-.”

Sentí en mi interior un hormigueo nada mas ver esos mensajes y salté con entusiasmo de mi cama, mirando el tiempo, comprobé que eran las 11:30 de la noche. Solo me quedaba media hora para vestirme, estar lista y lucir sexy. Bueno, lo mas sexy que pudiera ponerme…

No se porque me sentía demasiado emocionada esta noche, pero me encantaba esa sensación. Era una sensación totalmente nueva en mi aburrida vida. Incluso después de mi discurso entero sobre lo que harían mis padres si se enteraran de que me había escapado de casa. Iba a hacer lo impensable. Salir a hurtadillas de la casa, para que nadie se enterara y me descubriera.

Corriendo me dirigí al cuarto de baño, rápidamente me despojé de mi ropa antes de entrar en el agua caliente debajo de la ducha y dejé que las gotas de agua cubrieran todo mi cuerpo, para relajarme.

Después de darme una ducha, rodeé mi cuerpo con una toalla y prácticamente salí corriendo a mi cuarto para ir rápida a mi closet.

Empujando toda mi ropa en el armario, hacia un lado. No podía creer que no tuviera nada de ropa que ponerme para lucir una pizca presentable en la fiesta a la que iba a ir, pero mis ojos captaron un par de jeans ajustados, una camiseta blanca algo llamativa que se quedaba prácticamente un dedo arriba de mi estómago y una chaqueta de cuero para ponérmela por encima, porque hacía algo de frío.

Rápidamente tiré la toalla al suelo, me vestí con mi sujetador y mi ropa interior antes de ponerme sobre mi cuerpo los pantalones ajustados, la camiseta y la chaqueta de cuero. Me puse un par de calcetines antes de ponerme mis converse negras y blancas.

Lucía muy bien, mientras me miraba sin parar al espejo que tenía frente a mí. Me sentía viva por una vez en mi vida, nueva, bien, joven, disfrutando de cada maldito segundo mientras me miraba al espejo.

DangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora