Capítulo 31: "Es mejor que duermas con un ojo abierto esta noche."

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Justin’s Point of View:

Cerrando la puerta de Kayla detrás de mi, me reí para mis adentros al escuchar a Kayla todavía rabiando por lo que le había hecho a ella.

“¡Vas a pagar por esto Bieber!” Gritó ella. “¡Lo juro por Dios, que lo pagarás!”

La ignoré, sacudiendo la cabeza mientras caminaba por las escaleras hacia los chicos que inmediatamente dejaron de hablar y se volvieron para mirarme.

“¿Y?” Se paró Bruce. “¿Lo hiciste? ¿Recibiste el envío?”

Asentí con la cabeza, tirando del paquete que sujetaba detrás de mi antes de lanzarlo por la habitación en su dirección para que lo cogiera con su agarre firme.

“Buen trabajo, Bieber.” El asintió con la cabeza aprobando. “¿Cómo lo hiciste?”

Sonreí, recordando de nuevo los anteriores acontecimientos de la noche.

“¿Cómo podría rechazar a una chica tan sexy como tu?” Gruñí en bajo y mis dedos agarraron sus costados mientras la atraje mas cerca, mi cara acariciaba el camino hacia su pelo cuando la empujé hacia la cama.

 

Se mordió el labio, aferrándose a mi camiseta mientras ella daba un beso descuidado a mi mandíbula. “No lo se pero si haces que valga la pena, te prometo, que te daré el envío.” Ella iba a presionar mis labios pero la esquivé rápidamente, presionando en su lugar mis labios en su cuello.

 

Los chicos me deben una grande por esto.

 

En el momento en que la parte posterior de sus rodillas golpearon la cama, ella cayo hacia atrás, tirando de mi encima de ella. Me coloqué de modo que no pusiera mi peso sobre ella. Inclinándome, planté varios besos en su cuello, bajando por su pecho.

 

Ella gimió, hundiendo los dedos en mi pelo tirando de mi mas cerca de su cuerpo.

 

Gemí para satisfacer sus necesidades. Tenía que hacerle creer que estaba realmente haciendo esto. La perra no podría sospechar nada.

 

“Justin…” Ella abrió la boca en el momento en que sintió mis dientes tirar de su piel. “Oh dios mío…” Gimió en voz alta.

 

Roge a Dios que Kelsey no la oyera. Lo ultimo que necesitaba era que mi novia se despertara por los gemidos que venían del fondo del pasillo.

 

Me aparté de ella, moviéndome hacia arriba para que mi rostro se cerniera sobre ella. “Echaba de menos esto.” Me mordí el labio, mirándola.

 

Ella dejó escapar un suspiro. “Yo también.” Agarró la parte de atrás de mi cuello, tirándome hacia abajo para que mis labios se unieran con los suyos, pero como hice antes, me alejé.

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