Capítulo 3

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Capítulo 3: 

 A pesar de tener todas las comodidades y la certeza de estar en un sitio digno como este, no pude disfrutar de mi noche tal como lo había imaginado. Descansé, mentiría si diría que no lo hice, sin embargo el miedo que me generaba cuando habitaba en aquellas mazmorras seguía más que presente, quizá era solo cuestión de tiempo para acostumbrarme. 

Desperté y me dispuse a tomarme unos minutos más en la hamaca, descansando y pensando en como sería mi convivencia con ellos y sobretodo en qué les podía ser útil para devolverles el enorme favor. Giré mi cabeza y me percaté que en el pequeño escritorio de la habitación había una pequeña cesta con ropa y un envase cerrado con comida y agua, con una nota que decía "Creo que es de tu talla". Me levanté y destapé el envase, el desayuno era ensalada de frutas con avena por lo que me dispuse a comer inmediatamente.

—¡Hey! ¿Cómo amaneciste? —dijo Rick al asomarse por mi puerta. 

Le realicé una seña con mi mano de que me esperara un momento, estaba terminando de masticar lo que tenía en mi boca, causando las carcajadas de él. 

—Disculpa pero sigo sin creerlo —susurré con mi voz entrecortada, riéndome como loco en voz baja por todo lo que había sucedido en las últimas horas. 

Mi comentario hizo que Rick denotara una pequeña sonrisa en su rostro y terminara de entrar en la habitación. 

—Cuando estés listo te daremos un tour por el lugar ¡Es mucho más que la simple cabaña eh! —exclamó señalando por la ventana—. Tenemos lo necesario para sobrevivir, por eso nos podemos dar el lujo de rescatar a otra persona cuando aumentamos nuestros recursos, en este caso el afortunado fuiste tú. 

—Si no lo estuviera viviendo parecería una simple fantasía. No sabes lo agradecido que estoy y mi disposición en colaborar en lo que sea necesario —le repliqué en voz baja, acercándome a la ventana para observar los alrededores.  

—Ya hablaremos de eso, mientras termina tu comida y trata de pasarte por la sala, así platicas un poco del asunto con los demás —concluyó en un tono autoritario, al mismo tiempo que su voz se desvanecía en el ambiente. 

Me quedé observando un par de minutos por la ventana y pude percatarme de un par de estructuras bastante grandes, camufladas entre los árboles y la vegetación del fondo. Me dispuse a terminar de comer y me dirigí al baño a cambiarme de ropa, colocándome la que me habían dejado en la cesta. Tenía una camisa azul manga larga y un jean gris con sus respectivos zapatos de goma negros. Era ropa usada pero que estaba en perfectas condiciones, mucho mejor que la que llevaba puesta del centro de concentración. 

Me dirigí a la sala y ahí se encontraba Mark con su taza de café, leyendo un libro que por cierto lo leí en su momento "The Raven" de Edgar Allan Poe. 

 —¿Leyendo a Poe? —dije al sentarme en la mesa, levantando mi mano en señal de saludo—. Es un buen libro, sobretodo si es de Poe, no todos entienden sus escritos tan complejos y contradictorios eh. 

Mark se exaltó ante mi llegada inesperada, haciendo que el libro saliera volando por los aires. 

—Ups... —murmuré en voz baja. 

—Buenos días —dijo entre carcajadas por la situación—. Perdón, me distraje tanto en el libro que no me di cuenta que llegaste. 

—Disculpa por asustarte de esa manera, creí que me habías visto venir —le repliqué en voz baja al levantar el libro del suelo—. Me pareció raro que estabas solo acá, ayer no cabía ni un alma eh

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⏰ Última actualización: Mar 23, 2021 ⏰

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