Capítulo XVII

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Marinette despertó de su largo y profundo sueño, no recordaba cuándo había sido la última vez que había descansado realmente, el ambiente tranquilo y la certeza de que su amiga estaba pendiente de ella la hizo sentir suficientemente segura cómo para desconectarse de esa manera.

¿Realmente había descansado en su vida? Era difícil de decir porque desde que tomó responsabilidad cómo Ladybug dejó de concentrarse en ella para poder ocuparse de los problemas de los demás y eso a veces no era retribuido, lo cual era injusto.

Por lo menos su amiga parecía preocuparse por ella fuera de conveniencia, no había nada que tuviera Marinette que Kagami quisiera, quizá su vida social pero no era algo que pudiera quitarle, así que no contaba. 

Era bueno tener a alguien de confianza cómo Kagami.

Y, dejando de lado el tren de pensamientos sobre su amiga, Marinette notó que aun estaba algo oscuro, probablemente eran las cortinas oscuras de la habitación, fue su primera impresión.

Pero no. Aún era de noche así que tomó su celular para verificar la hora y no tener que pararse a mover las cortinas. Eran cerca de las 2:00am.

Suspiró. Tenía mucho tiempo libre y no tenía idea en qué gastarlo. Porque volver a dormir no era una opción pero no podía simplemente quedarse sin hacer nada hasta que amaneciera, era aburrido.

Estiró un poco sus brazos y piernas en la cama y después se bajó. Comer era una opción muy buena para distraerse así que tomó tres de los pastelitos de chocolate que había sobre el carrito de postres que Kagami había pedido traer a la habitación sin razón aparente porque la esgrimista no comía esas cosas llenas de químicos, grasa, azúcares y gluten. Afortunadamente ella sí y justo ahora estaba agradeciendo a su amiga por pedir esas cosas exquisitas y dañinas.

Tampoco iba a molestar a su amiga dormida por sus antojos de media noche, lo más lógico era salir de la habitación para evitar hacer ruido y despertarla. Solo hizo el mínimo de ruido con el "clic" de la puerta.

Y, cómo si fuera una broma de mal gusto, se presentó un akumatizado fuera del hotel haciendo destrozos y ruido de más.

"Que buena manera de empezar el día"  pensó sarcásticamente la chica mientras se terminaba el último pastelito de chocolate con prisa, casi atragantándose.

La otra cuestión era que ahora tendría que buscar una excusa para decirle a Kagami del porqué de su desaparición de madrugada. Era demasiado temprano para pensar y de nuevo suspiró, ahora sintiéndose algo irritada.

Chat Noir no tardó mucho en aparecer, saludando a Ladybug en medio de un bostezo.

-Parece que un gatito no tomó su siesta- bromeó la heroína.

-¿Sabías que los gatos dormimos de 12 a 16 horas? Hace falta poco más que una siesta para recargar mis energías bogaboo- respondió el héroe felino mientras veía a su compañera, quien parecía si haber descansado, idear un plan para la situación.

Usando el ridículo artículo que su Lucky Charm le había dado a Ladybug y usando otro inusual plan derrotaron al akumatizado y, aun entre bostezos, Chat Noir tomó la mano de Ladybug para besarla pero se detuvo a olisquear un poco.

-¿Acaso lo que huelo es chocolate My Lady?- preguntó curioso el chico.

-¿Qué puedo decir gatito? Me gusta el chocolate- dijo entre risas nerviosas la chica bicho y quitó su mano de las garras de Chat Noir.

-Nadie te culpa por comer chocolate, es delicioso, pero si me disculpas iré a terminar de dormir- contestó sin indagar más al respecto, él realmente estaba cansado y quería regresar a sus tibias sábanas de seda que seguro ya estaban frías.

Ladybug soltó la respiración que no sabía que estaba sosteniendo y regresó al hotel por los tejados. Nadie la iba a descubrir por comer chocolate, pero ahora era probable que Chat Noir le quisiera mandar chocolates para cortejarla. Estaba casi segura de eso.

Y lista para destransformarse en el techo como estaba escuchó una voz familiar y se sobresaltó, cayendo hacia atrás con torpeza.

-¿Ladybug?- preguntó Kagami.

¿Qué estaba haciendo Kagami de madrugada en el techo?

Lo más congruente era que el ruido de hace algunos momentos por la pelea con el akumatizado hayan sido la causa de que se despertara, pero eso no explicaba qué hacía en el techo. Esa mujer descubriría su identidad o la iba a matar de un susto algún día.

-¡Hey, Kagami!- dijo la chica desde el suelo.

-¿Estás bien?- preguntó a la heroína y dió su mano para ayudarla a levantarse.

-Oh, claaaro, yo estoy bien ¿y tú? ¿no deberías estar durmiendo o algo así?- cuestionó Ladybug mientras se ponía de pie con la ayuda de la otra chica.

Kagami solo la miró con algo de confusión antes de responder.

-Ja, si, se supone que debería, pero me siento algo ansiosa y me cuesta conciliar el sueño ¿de casualidad no tienes algo en tu yoyo mágico que me ayude a dormir?- bromeó la japonesa. Ladybug rió ante su ocurrencia.

-Claro, te puedo golpear con el yoyo en la cabeza, probablemente caerías inconsciente, pero no te preocupes te atraparía en mis brazos...- Ladybug dijo tan espontáneamente, pero se arrepintió, eso no sonaba bien.

Por fortuna para ambas los aretes de Ladybug comenzaron a sonar, la señal de que tendrían que despedirse y terminar abruptamente con ese momento inusual.

-Oh, mira, me tengo que ir, pero fue un gusto verte de nuevo Kagami, nos vemos luego- dijo apresuradamente la chica de rojo y desapareció en los tejados.

La japonesa se quedó inmóvil un momento, parecía cómo si estuviera coqueteando con ella, además ¿Era su imaginación o Ladybug olía a chocolate?

Ella era una superheroína, era de esperarse un poco de misterio de su parte, aunque eso lo hacía interesante y era agradable. Suspiró y regresó al hotel, no quería que su Marinette despertara y no la encontrara ahí.

Amor CruzadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora