Capítulo VI

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A pesar de que Marinette se prometió a sí misma no planear la invitación a su "cita" con Kagami ella no pudo evitar preocuparse un poco al respecto. Por lo que decidió salir antes hacía la escuela de esgrima para su entrenamiento del día de hoy, mayormente para despejar su mente y no sentirse nerviosa. No estaba funcionando. 

Se detuvo y observó el cielo por un momento "Mmm, creo que lloverá hoy" pensó Marinette mientras veía pasar las nubes grisaceas. Hace mucho tiempo que no llovía pero ya casi eran épocas de lluvia, lo que significaba olvidarse de salir de su casa seguido. Su madre era una persona muy preocupada por las enfermedades. Le recordaba a su hija (y a veces a su esposo) que llevara sueter y tomara sus vitaminas para evitar enfermarse. Pero inevitablemente alguien se enfermaría y probablemente terminaría siendo la mamá de Marinette la enferma. 

Y se perdió tanto en sus pensamientos que no se dió cuenta cuando llegó a la escuela de esgrima. Kagami ya estaba ahí, sentada en las escaleras frente a la puerta principal. Se sorprendió y automaticamente su cerebro se detuvo. 

Kagami notó la presencia de Marinette y se levanto para ir a saludarla. 

-Hola, Marinette- dijo emocionada y un poco confundida la japonesa, no era usual que Marinette llegara tan temprano.

-Eh... Hola, Kagami- contestó un poco lento Marinette, estaba pensando en lo próximo que diría. "¡No!" se regañó internamente por intentar hacer un plan para hablar. 

Kagami pareció notar esto, asi que mejor sugirió que entraran a la escuela con la excusa de que comenzaba a hacer mucho viento y no quería que se enfermara. 

Asi que entraron, sin decirse ninguna otra palabra, era un momento muy incómodo y Marinette inició la conversación. 

-Entonces... ¿por qué estabas taaaan temprano aqui?- dijo Marinette tratando de llamar la atención de su amiga. 

-No lo sé, solo se me ocurrió- mintió la japonesa, quién no admitiría que con bastante frecuencia llegaba mucho antes de lo acordado con su amiga la diseñadora. 

-¡Oh! Claro, solo preguntaba- hizo una pausa, claro que era mentira lo que estaba diciendo pero no era importante -Entonces... ¿quieres entrenar de una vez?- preguntó indecisa Marinette. 

Kagami sospechaba algo sobre Marinette,  no podía decir porque pero lo hacía. Y, justo hoy, no se sentía del mejor ánimo para entrenar. 

¿A Marinette le parecerá buena idea no entrenar hoy? ¿Creerá que soy grosera? ¿Qué no quiero estar con ella?

Los pensamientos de Kagami la estaban asediando, y antes de que pudiera pensar en que era lo siguiente que diría notó que Marinette la miraba con ojos de confusión y seguido de eso dijo: 

-Está bien, tampoco tengo ganas de entrenar hoy- comentó aliviada su amiga. 

-Oh, está bien, te llevaré a tu casa si gustas, después de que pasé el ventarrón de aire- ofreció amablemente Kagami a Marinette. 

-Seguro, pero hay que esperar- respondió Marinette 

Y así pasaron varias horas, platicando. Resulta que aún había mucho más que saber una de la otra y estaban en medio de una conversación muy profunda cuando cayeron en cuenta de la hora que era y decidieron partir hacia la casa de la panadera. 

Marinette estaba fascinada con las historias de la otra chica, habían tenido una pequeña rivalidad por su amigo Adrien pero ahora estaban aqui, hablando cómo si fueran las mejores amigas del mundo y cómo si no hubiera un mañana para dejar de hablar. 

El encanto no duró como ellas quisieran, porque comenzó a llover más y más fuerte hasta que se vieron forzadas a correr para evitar mojarse demasiado. No estaban lejos de la casa de Marinette, pero probablemente llegarían empapadas porque ninguna traía paraguas y la tormenta se iba intensificando. 

Y si, llegaron a la casa de Marinette con su ropa escurriendo. La madre de Marinette llegó corriendo a la entrada de la casa, viendo a su pequeña hija mojada a no poder más y su amiga, que estaba igual o peor. Suspiró, ella no podía predecir que llovería así. 

-Ve a cambiarte hija, te enfermerás si te quedas mucho tiempo asi- dijo preocupada su madre y miró a la otra chica -tu también... eh... - ella no sabía el nombre de la chica, pero Kagami se percató de esto y respondió con rapidez. 

-Me llamo Kagami Tsurugi, es un placer conocerla Sr. Cheng, pero me temo que tengo que retirarme, mi madre debe estar preocupada- contestó cortésmente.

-No te preocupes por eso linda, dame el número de tu madre, yo la voy a convencer de que estás bien aquí, incluso puedes quedarte si la lluvia no para ¿estás de acuerdo?- Sabrine propuso a la chica. 

-Eh... Mi madre puede ser un poco... Estricta y la verdad no quisiera causar inconvenientes con mi presencia aquí... - Kagami no terminó de hablar cuando la interrumpió Sabrine. 

-Tonterias, no eres ningún inconveniente aquí si eres amiga de Marinette, convenceré a tu madre y si no por lo menos te llevaremos a tu casa ¿está bien? Ahora ve, cámbiate de una vez, vas a enfermar si te quedas con esa ropa mojada- terminó de decir Sabrine. 

-Está bien, muchas gracias Sr. Cheng- dijo y Marinette la guió hacía su habitación.



Amor CruzadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora