Capítulo X

1.7K 177 27
                                    


Ladybug fue tras Kagami por los tejados, parecía que su amiga era muy veloz y le sacó mucha ventaja en poco tiempo. Algo de admirar, sin duda.

Era obvio que eventualmente ella la alcanzaría y así fue, Ladybug aterrizó enfrente de ella, impidiendo el paso.

Kagami estaba desconcertada por la inesperada aparición de la superheroína y comenzó a irritarla, no llegaría si no la quitaba de su camino, pero eso sería grosero ¿Por qué Ladybug estaba bloqueando su camino? 

Era demasiado tarde, solo le quedaban unos pocos minutos.

-Hola ¿tienes prisa?- preguntó con falsa ignorancia la chica bicho.

-Si, realmente tengo prisa y no tengo tiempo para hablar, así que agradecería que te movieras para que pueda seguir corriendo- Kagami estaba molesta porque ya había perdido valioso tiempo y no quería ser grosera solo trataba de no ser castigada por su madre de nuevo.

Ladybug no esperaba una respuesta así de intensa por parte de su amiga, pero no podía culparla, tal vez fue inoportuna. Pero aun podía ayudar.

-Puedo llevarte a donde gustes, te aseguro que será mucho más rápido que ir corriendo- ofreció con amabilidad a la chica japonesa.

Este encuentro era más raro a cada momento, pero muy oportuno, pensó Kagami, quien aceptó su oferta con bastante rapidez.

Se sujetó fuertemente del cuello de Ladybug, ya sabía como era ser cargada por ella, así que no fue una experiencia nueva. Pero algo que si notó en si misma es que comenzaba a sentirse extrañamente segura con Ladybug, probablemente porque era una superheroína. Vagamente señaló la dirección hacía dónde iba y Ladybug se puso en marcha hacía donde señalaba la otra chica.

-Estaba pasando por aquí y te vi muy apresurada, mi intención no era parecer entrometida, lo siento si te asusté- comentó Ladybug, saltando de tejado en tejado.

-Descuida, es solo que me siento molesta porque estaba teniendo una mañana perfecta y fue interrumpida muy abruptamente, lo siento si fui grosera contigo antes, realmente es importante- suspiró y se hundió más sobre el hombro de Ladybug. 

Se sonrojó un poco pensando en lo agradable que era estar cerca de ella, sentirse segura, tranquila y oler su su esencia que era cómo... 

No, tenía que dejar de oler a la gente, ella no era un sabueso.

¿Una mañana perfecta? ¿Con ella? ¿Eso era lo que pensaba acerca su encuentro con Marinette la noche anterior? 

Los pensamientos en la mente de Ladybug la desconcentraron de lo que le decía Kagami, solo pudo escuchar unas palabras al azar y lo que parecía el final de una pregunta.

La otra chica pensaría que era grosera por no prestarle atención, ella fingió pensar en una respuesta.

Y cuando menos lo imaginó ya estaban en el punto de reunión del entrenador de esgrima de Kagami, con unos cuantos minutos de ventaja.

-No importa, no tienes que responderme ahora, muchas gracias por traerme Ladybug- la japonesa se inclinó, plantó un beso en la mejilla de la heroína cómo agradecimiento y se dio media vuelta para entrar al gran edificio que tenía enfrente.

Ladybug se quedó paralizada ahí por un momento y regresó a los tejados para destransformarse y regresar a su casa.

Y ese era el plan, hasta que notó que su compañero Chat Noir estaba en los tejados también, lo que significaba probablemente que había algún akumatizado. Suspiró y se acercó a él, quería descansar un rato. 

Los ojos del gato brillaron al ver a Ladybug en los tejados, siempre era agradable verla de nuevo. 

-Hola Mi Lady ¿Qué te trae por estos tejados? ¿Acaso estás siguiéndome?- bromeó el chico tomando la mano de Ladybug, fingiendo que iba a besarla. 

-No te estoy siguiendo, solo pasaba por aquí ¿hubo algún problema?- ella retiró su mano lentamente, no hubo protestas sobre su nombre ni sobre sus acciones, Chat Noir supuso que eso era algo nuevo, un avance en torno a su relación y se felicitó internamente por ser así de insistente, al fin rendía frutos al parecer. 

Pero no, Ladybug solo estaba aturdida por su encuentro con Kagami y no tenía las ganas de reclamarle a su compañero como siempre. 

-Claro que no, a veces me gusta vigilar los tejados, tu sabes, no puedo evitar seguir siendo un gato- bromeó de nuevo y esperó la respuesta de su compañera, pero no llegó. 

Dirigió su mirada hacia donde estaba ella y se sorprendió al ver un ligero sonrojo en sus mejillas. 

-Sé que soy guapo, pero no tienes que sonrojarte así conmigo, estamos en confianza- dijo el chico mientras se acomodaba el cabello dramáticamente.

Ladybug por fin salió de su aturdimiento después de escuchar esa broma y miró a su compañero, quien la miraba como si fuera la ultima coca cola del desierto. A veces estar con él le resultaba incómodo, rara vez le hacían gracia sus chistes u ocurrencias ¿Por qué seguía haciéndolo? Ni idea.

Pero lo más importante era que su amigo no se enterara de la interacción entre ella y Kagami, ni como Ladybug ni cómo Marinette, en el fondo pensaba que era mejor así.

-Claro gatito, creo que es hora de que te vayas a dormir, corre te habla tu mamá- bromeó la chica, intentando dirigir la atención hacía otra cosa.

Chat Noir bajó la mirada e intentó reírse de esa broma fallida, era obvio que no sabía sobre su madre pero aun así le dolió su comentario, él realmente la extrañaba.

De alguna manera buscaba agradarle a alguien que le recordara a ella, Ladybug era lo más cercano que tenía a una persona que le transmitiera seguridad, pero no lograba agradarle hiciera lo que hiciera. Y sus sentimientos evitaban que se comportara de otra manera, entre más insistiera más probable era que notara que él era una persona que valía la pena, eso siempre lo animaba a continuar coqueteando y bromeando con ella. Estaba fracasando.

Se sentó en el borde de un techo e invitó a su amiga a sentarse junto a él, ella lo hizo, parecía importante.

-Tengo problemas para relacionarme con las personas, no soy bueno haciendo amigos- confesó el chico con sinceridad. Su mirada se perdió en el horizonte por un momento y miró de reojo a su compañera, tenía una expresión de sorpresa y estaba en su derecho, eso fue repentino pero necesitaba decírselo a alguien y ella era alguien en quien podía confiar.

-Para tener amigos debes esforzarte, es algo que se trabaja con el tiempo, no algo que se dé de la noche a la mañana, pero si te sirve de algo yo te considero mi amigo- en el fondo sabía que no eran las palabras correctas, pero no sabía expresarlo de una manera más clara.

No hubo respuesta, en su lugar sintió que Chat Noir la abrazaba. Ella lo abrazó también, él necesitaba apoyo ahora y no iba a abandonar a un amigo ni a nadie que fuera importante para ella en un momento así, era lo menos que podía hacer por él.


Amor CruzadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora