—¿Te quedarás ahí parado como idiota y que nos descubran o me ayudarás a prender esta cosa? —dijo mi creador con tono molesto alzando a mi vista el cigarrillo entre sus dedos.—¿Cómo lograste salir? —pregunto a cambio— Se supone que no deberías estar aquí.
—Con un puerta tan vieja como este lugar cualquiera puede salir, además, tú tampoco deberías estar aquí ¿o sí? —habló con algo de ironía y volvió a sacudir el cigarrillo insistiendo— Eso creí, ahora, me ayudarás a prenderlo ¿sí o no?
Inmediatamente sacudí la cabeza en negación. Estaba sorprendido y quizás algo molesto, pero no sabía si con Gi o conmigo mismo, en realidad. Nunca creí que esto pudiera llegar tan lejos y me asusta que tan lejos pueda llegar o si es que no lo ha hecho aún.
—Como quieras —murmuró dándome la espalda de mala gana, volviendo a colocar el cigarrillo en su boca y con su mano sana volvió a tratar de encenderlo.
Una y otra vez, sin éxito, comenzó a desesperarse hasta que salió una chispa que lo encendió de poco a poco. Yoongi soltó una exhalación de alivio, justo en el momento en el que humo salió de su boca, fué cuando entré en pánico.
De ninguna manera podía permitir el daño que se estaba haciendo. Mi cerebro tardó bastante en reaccionar pero fue mi cuerpo el que hizo el primer movimiento.
Al parecer en ese momento, saltar sobre Yoongi fue la mejor de mis ideas. Mi largo y pesado cuerpo se lanzó sobre el suyo con la intensión de sacarle esa basura de la boca. Logrando mi objetivo, el cigarro cayó al pasto, sin extinguir su fuego aún. Gi sólo logró soltar un quejido ahogado, en ese momento recordé su brazo enyesado y me sentí culpable, Gi aprovechó mi arrepentimiento para comenzar sacudirse con la intensión de sacarme de encima.
—¿Qué mierda crees que haces? ¡Quítate! —se quejó sin parar sus movimientos bruscos hacía mí.
Me enderecé distanciandome un poco, Yoongi hizo lo mismo, ambos sentados en el pasto. El pelinegro se giró, extendiendo su brazo sano para alcanzar el cigarrillo que aún seguía intacto. Al percarme de su acción, no dudé en volver a lanzarme para impedir que lo tomara de nuevo.
—¡Ah! ¿Qué te pasa? ¡Hey, mi brazo! ¡Duele! —Gi se quejó pero esta vez me impulsé lejos de él, más cerca del cigarrillo.
Así comenzó una pequeña pelea, entre quejidos y gruñidos de parte de ambos. Yoongi era más brusco, yo le hacía el menor daño posible. Nunca creí que mis primeros contactos físicos con mi creador serían un par de emojones.
Estiré un poco más mi brazo y logré tomar el cigarro, en ese preciso momento no dudé en apretarlo fuertemente con mi puño, sintiendo el ardor en mi piel, el fuego extinguirse gracias a la presión que ejercía, solté un quejido doloroso, liberando el agarre de mi mano y el cigarrillo cayó totalmente destruido. No reaccioné d inmediato, me quedé en la misma posición de rodillas sobre el pasto, regulando mi respiración, escuchando la de Yoongi igual de agitada, cubriendo con la otra mano la herida que no paraba de punzar.
—¿Estás loco o qué? —Yoongi habla inmediatamente mientras se arrastra hacia los restos del cigarrillo destrozado, ignorándome por completo— ¿Sabes lo difícil que es meterlos aquí? ¡¿Quién te crees que eres?!
Gi se dio la vuelta totalmente cabreado pero todo movimiento de su parte se detuvo al verme. No entendía la razón, mi vista seguía profundizada en el las cenizas del tabaco y su papel que se habían adherido en la palma de mi mano. Lo supe cuando gotas cálidas comenzaron a deslizarse por mi rostro, cayendo en la palma de mi mano.
Hubo un silencio casi eterno, nadie dijo nada, yo no solté ningún sonido y Yoongi ningún reclamo más.
—Soy Seokjin —dije con un hilo de voz.
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Diario de un amigo imaginario ~ JinSu
FanfictionSeokjin fue creado cuando Yoongi tenía cinco años. Sí, creado, porque Seokjin es un amigo imaginario, y para ser exactos, el amigo imaginario de Yoongi. Los amigos imaginarios desaparecen por dos razones; ya no los necesitas o los olvidas. Y por u...