... distintas realidades.

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La noche estaba en su maximo apogeo, todo era tranquilidad y la oscuridad del ambiente era agradable para tener un sueño cómodo.

Mei dormía tranquilamente, mientras a su lado una pequeña peliblanca se encontraba en las mismas condiciones, teniendo sueños relacionados con caramelos y malvaviscos de gran tamaño que buscaban atraparla bajo su esponjosa superficie, un sueño simple que poco o nada recordaría por la mañana.

Pero claro, no todo puede ser paz o tranquilidad, y menos durmiendo en la casa de izuku.

El timbre sonó un sin fin de veces, despertando a mei, quien miró en todas direcciones un tanto exaltada, dándose cuenta de que aún ni amanecía.

Eri estaba en las mismas condiciones, tenía algo de miedo, ademas de estar exaltada por el ruido del timbre, que se detuvo de un momento para otro, dejando todo en silencio.

Mei: ¿! Quien Demonios molesta a esta hora?!.

Esta encendió la luz de la habitación, para buscar algo de ropa e ir a revisar quien estaba llamando a la puerta.

Se colocó un abrigo de izuku, con el cual no se notaba su pijama, se dispuso a salir de la habitación, mirando la hora en un reloj de pared, notando que eran las 5 am.

Mei: *viendo a eri* quédate aquí pequeña, yo voy a ver quien está molestando a esta hora.

Eri: e-está bien.

Mei salió de la habitación y bajo las escaleras hasta el primer piso, dirigiéndose a la entrada para abrir la puerta.

El timbre sonó una ves más, y se pudo escuchar como alguien salía corriendo, ademas de el sonido del motor de un auto.

Mei: ¿ acaso solo es una broma de niños?.

Esta abrió la puerta, para ver a izuku tirado en el césped, y a lo lejos un auto el cual se marchaba a toda velocidad.

Izuku: *cantando* baby better pull on work, toi caliente ando en plan molotov.. si los paro se van a quedar... eh... ¿que venía después?... a si, robocop, si hago pap no hay stop.

Mei: *suspiro* no puede ser.

Izuku: ¿eh?, hola mei... jejeje... jajaja.

Mei se tocó el Puente de la nariz mientras veía el estado de izuku, el apenas se podía levantar del suelo, y a cada paso que daba caía más de una ves.

Mei lo fue a ayudar para poder entrar a la casa, tomándolo de un brazo y arrastrándolo, hasta que lo pudo recostar en el sofá de la sala.

Mei: Mira el estado en el que estas izuku.

Izuku: sabes cuantos pares de pechos vi hoy mei... !! 15!!.

Mei: *suspiro* cállate... no te muevas del sofá, te traeré algo de agua.

Izuku: vamos a la habitación mei.

Este trato de levantarse del sofá, pero cayó de cara al suelo.

Mei: te dije que no te muevas, apenas y estás consciente de lo borracho que estás, apestas a alcohol y para rematar estás drogado.

Izuku: mei, ¿te eh dicho que te quiero?.

Mei: te dije que te calles.

Izuku: cásate conmigo y adoptemos una jirafa, le pondremos Antonio y será nuestra mascota.

Mei dejo a izuku en el suelo, mientras que este hablaba cosas sin sentido e intentaba levantarse del suelo, utilizando todo el esfuerzo de sus extremidades, fracasando de manera absoluta y quedándose en el mismo sitio.

Solo, acompañado, que importa. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora