Millie no había parado de reír desde que salieron del club y llegaron a su departamento. Por su parte, el chico sostenía a su amiga con un brazo para que no cayera al suelo y con la otra traba de abrir la puerta.
Finalmente abrió y se adentró con ella. Había pasado exactamente un año desde que conoció a Millie en su cumpleaños número veintidós, ahora tenía veintitrés. Pero no había cambiado nada; seguía siendo la misma chica alegre, espontánea y positiva de siempre. Y él amaba eso.
Ella no había cambiado, pero Justin sí. No pasó mucho tiempo cuando comenzó a sentir cosas por su amiga, pero cómo no iba a hacerlo, si pasaban veintitrés horas juntos y la otra hora restante la pasaban mandándose textos. Eran inseparables, y eso comenzó a confundirlo.
Su hermano no dudó en notar lo enamorado que estaba de Millie cuando en una fiesta vio como Justin no le quitaba la mirada de encima. Pero no la miraba con celos cuando bailaba con otros chicos y ni con deseo, la miraba con amor.
Y Jaxon estaba feliz por él.
Todos parecían notar los sentimientos del ojimiel, excepto la persona más importante: Millie. Ella seguía en su mundo de libros, películas y el estudio. Parecía no tener tiempo para leer las señales de Justin. Y él se estaba cansando de eso.
Si realmente la amaba, tenía que hacérselo saber, de algún modo.
Millie se sentó en la mesada de su cocina y observaba como Justin buscaba un vaso para ponerle agua. Ella no estaba ebria, solo algo… divertida. Mordió un poco su labio cuando el chico se acercó a ella y le dio el vaso.
- ¿Puedo decirte un secreto Justin? –preguntó susurrando como si alguien más pudiese oírla. Él asintió- ¿Recuerdas que el año pasado dije que mi cumpleaños había sido el mejor de todos?
- Sí…
Ella se bajó de la mesada quedando a centímetros de su amigo, quien no planeaba separarse de ella. Millie sabía exactamente lo que quería, y estaba lo suficiente sobria para recordar esto el día siguiente, y tal vez, para siempre.
Colocó ambas sobre las mejillas de Justin, y sus ojos se vieron aún más hermosos por el gran brillo que habían tomado. No tardó en poner sus labios sobre los de Justin y moverlos lentamente.
Justin no reaccionó rápido, estaba confundido, pero luego pasó sus brazos alrededor de ella y la acercó más a él como fuese posible. Millie se alejó unos milímetros de él, pero no lo soltaba ni abría sus ojos.
- Pues mentí, este es definitivamente el mejor cumpleaños de todos.
Chicas, escribir esto fue como una terapia. LOL
Necesitaba cerrar la historia con algo así (: Espero que les guste. Dedicado a: todas las hermosas lectoras ♥