|Irrelevante y breve nota de la autora|

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Gracias a Dios como habrán notado, "La tristeza del amor" no ha llegado a su fin. Nunca lo concluí, aun firmando la última página con un espantoso "El fin". Desde el 2018, no he parado de crearles historias que nunca acaban. Siempre envejecen, mueren y renacen en mi cabeza. Me decidí por fin a no limitarles su existencia. Hay tanto de ellos que todavía quiero contar. Tanto que no conté y eso lo pueden ver en la precuela "Oda al pasado". Dicho esto, no pretendo exaltar una obra anticuada, mal desarrollada, e ingenuamente escrita. Por desgracia de los que de esto se enteren, esa obra anticuada, mal desarrollada e ingenuamente escrita no acaba. A ti, uno, te escribo. Puedes continuar conmigo, si así quieres. Y a los desinteresados, perdón mi egocentrismo. Omitan lo anterior y los invito a ser rotundamente felices. Hagan envidiosas a las lombrices y sigan su camino. En vistas de que continuaré el mío hasta donde la creatividad me alcance, abro una síntesis para refrescar memoria:

Esto sabemos: que dos hermanas escaparon, que el débil se hizo heredero, los amantes se separaron, padre e hija se encontraron, la cortesana fue liberada...

Si no es el final, ¿Qué pasó después?

La segunda tristeza del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora