Todos los personajes pertenecen a JK Rowling, y por consiguiente a la saga de Harry Potter, Animales Fantásticos y datos e historias de Pottermore.
Los hijos de aquellos que salvaron Inglaterra una vez son ahora los protagonistas de su propia aventu...
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Los días que precedieron a la Nochebuena, los pasó en la madriguera junto con sus hermanos, sus abuelos y su tío Charlie. En la mañana de navidad, llegó una carta para él de Scorpius, pero Rose ya no se encontraba en la casa, sin embargo, para su querida prima no había nada.
Abrió con delicadeza el sobre y comenzó a leer la cuidada letra de su mejor amigo.
Querido Albus,
Muchas gracias por tu carta, y sobretodo por tu regalo, así podremos hablar más a menudo, aunque no tengo muy claro cómo funciona. En fin, te doy las gracias nuevamente, no están siendo las mejores navidades de mi vida que digamos, mis tíos están conmigo, Theo esta alicaído, su abuelo Atreus y su abuela Adhara, quieren buscarle una buena pareja... ya sabes sangre pura. Mi tío Theodore nunca educó a sus hijos como su padre lo educó a él, sí que es cierto que en su casa comentaban mucho la pureza de la sangre, pero Daphne y Theo siempre han sido un tanto liberales con respecto a eso, al igual que mi padre, ya sabes la guerra cambia a todos. Pero los padres de mi madre y mi tía Daphne insisten en que deben buscar una buena pareja, Theo normalmente calla y achanta evitando una discusión, pero Daphne se enfrenta y eso repercute luego en problemas con sus padres. En fin no todo es color de rosa por aquí y tu y yo ya sabemos el secreto de Theo, en fin, espero que todos en tu familia estéis bien.
Un enrome abrazo,
Scorpius Hyperion Malfoy.
El espejo que su padre le había otorgado a principios de curso para que lo compartiese con un amigo íntimo, resultó ser el regalo elegido para Scorpius, al fin y al cabo, era su mejor amigo y estaba seguro que lo que había vivido con el en aquella primera mitad del curso, no lo viviría con nadie. Albus esbozó una sonrisa al leer la carta de su amigo, pero luego releyó las líneas donde ponía que no estaban siendo unas muy buenas navidades, y a los únicos familiares que mencionaba era a sus tíos. Realmente esperaba que Scorpius estuviese bien.
—Albus, hijo.— al oír la voz de su padre desde el umbral de la puerta giró la cabeza y le dedicó una media sonrisa. Su padre imitó su gesto y se acercó para sentarse junto a él en el filo de la cama. Llevaba algo entre sus manos. —Una carta— señaló el pergamino con dulzura. —¿puedo preguntar de quien?
Albus no le dio muchas vueltas y contestó sin vacilar.
—De Scorpius.— su padre sonrió y asintió con la cabeza.
—Me alegro que os hayáis hecho amigos, no cometeréis los errores que vuestros viejos padres cometieron.— un deje de sarcasmo bondadoso tiñó su voz y Albus sonrió. Se llevaba muy bien con su padre, siempre lo había apoyado en todo y en muchas ocasiones sentía que él era el único que lo comprendía. —Bueno, he venido a darte tu regalo, no quise dártelo ayer.
