Capítulo 5

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/ Hinata pov /


El entrenamiento fue casi igual que siempre. Lo único distinto era que estaba un poco ansioso. Quería quedarme a solas con Kageyama para poder preguntarle lo que llevaba en mi cabeza un buen rato: ¿quién te gusta?. Me repetía a mi mismo que debía concentrarme en los remates, pero no podía evitar volver a esa pregunta cada vez que cruzaba la mirada con el pelinegro. ¿Qué era lo que me preocupaba tanto? No lo sabía. Y parecía que Kageyama también se estaba poniendo nervioso. Seguramente sería porque estaba actuando raro y no jugaba correctamente. Pero, en sus ojos se veía algo distinto... un gesto como de ¿miedo? ¿ansiedad?. Así que para calmarlo, decidí acercarme a hablarle, siguiendo el consejo de Tanaka de hablar las cosas de frente. Mientras me acercaba a Kageyama, me di cuenta que el gimnasio, cerca de Tsukishima, no era el lugar para hablar de un tema que pudiera avergonzarlo. Decidí decirle una mentirita blanca.

-Kageyama-kun~~... - Giró a mirarme, esa expresión ansiosa apareciendo de nuevo. Odiaba ver que se sintiera así, en especial si era por mi culpa. Sonreí para calmarlo un poco, y pareció funcionar.- Hoy estoy destrozado, creo que nos excedimos ayer con el entrenamiento extra... ¿Podríamos irnos más temprano hoy y comprar unos bollos de carne en el camino a casa?

Él mantuvo su mirada fija unos segundos antes de responder. ¿Acaso sus orejas estaban coloradas? - Claro que si, Boke... creo que los dos nos merecemos un descanso - dijo, mirando al suelo. Okay, definitivamente algo le pasaba... y quería descubrir que.

- Si a eso le llaman descanso, no quiero imaginarme cómo será cuando se exijan al máximo - dijo Tsukishima con un tono cansado, haciendo que Yamaguchi se ría.

Kageyama lo miró con pocas ganas de responderle y se movió, alejándose del rubio para tomar su botella de agua y darle unos cuantos tragos. Su nuez de adán bailaba de arriba a abajo (¿por qué me hipnotizaba ese movimiento?) y luego de devolver la botella a su lugar le respondió al más alto - Mejor no te lo imagines, lo verás en la cancha cuando estemos en las nacionales. - dijo, serio pero con un asomo de sonrisa en sus labios (gesto que se estaba volviendo muy habitual últimamente y al que mi cuerpo siempre reaccionaba con una especie de corriente eléctrica).

-Mhm.... Yamaguchi, vámonos. - eso fue lo único que salió de su boca. Su gesto era imposible de descifrar y su tono tan monótono como siempre. Al parecer no para Yams, que lo observó con dulzura en sus ojos y sonriendo antes de seguirlo hacia la otra punta de la cancha. Raro, pero tenía muchas otras cosas en mente como para sumarle una más. En ese momento, giré y me encontré con un Kageyama ansioso nuevamente. Parecía querer decir algo, pero lo interrumpió un grito de Daichi.

- ¡Quedan solo 15 minutos de entrenamiento, asi que pónganse a elongar y usen los últimos 5 minutos para limpiar el gimnasio, entendido?!

Respondimos todos al unísono afirmativamente y empezamos a realizar los estiramientos.

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Narrador Pov /

El camino estuvo silencioso pero calmo. Cada tanto Hinata señalaba algo o hacia un comentario por costumbre. Una vez llegados al negocio del entrenador Ukai, pidieron los bollos de carne y se fueron a la plaza en la que solían practicar hasta el atardecer. Eligieron un banco y se sentaron a devorar la comida. Al menos, eso hizo sí más pequeño, hambriento por el entrenamiento. Kageyama, por otra parte, mordisqueaba un poco su bollo, pero no podía tragarlo sin dificultad. Los nervios lo comían vivo. Creía que el pelinaranja se daría cuenta de sus sentimientos. Si no era que ya se había dado cuenta. Era por eso que había cancelado su practica habitual? Acaso quería terminar aquí su amistad por el...asco que le causaba la idea de que le gustara a su amigo?....

Tardó un momento en darse cuenta de que, inconscientemente, lo había llamado amigo. No compañero. Amigo. En qué momento había empezado a mentirse, diciendo que no eran más que aliados en la cancha? ¿Hace cuanto estaba mintiéndose a sí mismo?.... su pierna empezó a temblar, rebotando por la ansiedad.

-Tienes frío, Kageyama? - su rostro demostraba preocupación y... esa dulzura característica que hacía al pelinegro derretirse y tensionarse al mismo tiempo. Apretó los puños mientras asentía con la cabeza. El enano se giró y sacó su campera de la mochila, para luego colocarla sobre las piernas descubiertas de Kageyama. - Así está mejor. ¿Por qué no te pusiste algo más abrigado?

Kageyama estaba desconcertado. Por unos segundos olvidó sus preocupaciones y no pudo despegar la mirada del pequeño, registrando todos sus movimientos nerviosos, antes de que volviera a hablar.

-Kageyama-kun.... Yo... q-quería preguntarte algo.. - los miedos de Kageyama volvieron casi instantáneamente, puños nuevamente presionados, esta vez dejando marcas con forma de luna en sus palmas, las uñas hundiéndose en la piel. - ¿Quién te gusta?

Él se quedó congelado. Estaba acorralado y no sabía qué responder. La verdad obviamente no quería salir de su boca, pero tampoco se atrevía a mentirle en la cara a Hinata. Su cara palideció y sus ojos se quedaron fijos en la campera que reposaba en su regazo. El pequeñín se alarmó ante la reacción de su compañero. ¿Acaso confiaba tan poco en él?

-AHH! NO- YO... NO, no... no hace falta que me lo digas si te pone incómodo... solo quería saber si era alguien que conocía y... que sepas que podías confiar en mi y pedirme consejos o... tan solo hablarlo...- Hinata se sentía como un idiota, un nudo formándose en su estómago y amenazando con devolver todo lo que había tragado minutos antes. No podía dejar de mover sus pies.

-Si... es alguien que conoces. -admitió Kageyama. El gesto dolido que tenía el pequeño segundos atrás se convirtió en una mezcla de asombro y curiosidad. - No te dije nada porque aún estaba procesando.. eso es todo. Y por favor, no pongas esa cara otra vez, me hace sentir mal. Eres la persona en la que más confío. Así que.... - se detuvo al darse cuenta que, inconscientemente, su mano había viajado a la pantorrilla de Hinata y la estaba apretando ligeramente. Y también se percató de que las mejillas de éste estaban más rojas. - me..¡ME TENGO QUE IR!! ¡N-NOS VEMOS?!

Salió disparado, por poco chocándose con un niño en el camino, dejando a un confundido Hinata cuestionándose todo lo sucedido. El corazón del pelirrojo se había acelerado tal como en los partidos en los que una jugada con Kageyama salía victoriosa... pero también se parecía mucho al latido nervioso de cuando se confesó a una chica por primera vez....

"No puedo... No puede ser que..." miles de preguntas y momentos pasados se le amontonaron en su cabeza. Recuerdos de sus primeros enamoramientos, confesiones, partidos y entrenamientos con Kageyama, sus sonrojos y sonrisas, sus latidos acelerados que Hinata atribuía al deporte, pero que ahora notaba que coincidían siempre con alguna acción o palabra del pelinegro...

Estaría...NO. Seguro estaría confundiendo las cosas. Sin embargo....

Luego de un rato de dar vueltas en el parque, decidió finalmente encaminarse a su casa y seguir pensando en el camino. Asimilando la información nueva, cayó en cuenta de un dato vital: a Kageyama le gustaba alguien que él conocía.

Sacudió la cabeza. Era demasiada información junta y estaba realmente exhausto. Mejor reordenar sus pensamientos con un buen baño y una noche de sueño. Aunque, él no sabía que este sueño no sería tan reparador como esperaba.

♥ Al estar juntos ♥ (Kagehina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora