Capítulo 6

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/ Hinata pov /


Estaba en un gimnasio, en el mismo que jugué mi primer partido (en escuela primaria). Pero no había nadie. Solo pude ver una silueta alta y de pelo oscuro irse por una puerta. Salí corriendo detrás suyo. Se escuchaban ecos de conversaciones, pero no lograba identificar las voces. Crucé la puerta y aparecí en la puerta del colegio Karasuno. El sonido de la pelota rebotando traspasaba las paredes y me invitaba a entrar. Empujé la puerta y... no había nadie. Los ecos de voces se hacían más fuertes, eran frases de conversaciones que había tenido con... Kageyama.

Una silueta nuevamente pasó y se escabulló hacia el cambiador. Esta vez fuí caminando rápido, dudando si era una buena idea o si estaba listo para ver lo que esperaba detrás de esa puerta. Giré el picaporte y....

Se dió vuelta, su pelo negro sacudiéndose sobre su rostro. El viento hacía revolotear las hojas caídas detrás suyo. El sauce viejo detrás suyo le daba sombra, pero en lugar de sentarse en el suelo, estaba en el banco de la plaza, ambos objetos fuera de lugar pero a la vez combinados como si toda la vida hubiesen crecido juntos. Me acerqué, algo hipnotizado por la vista frente mio. Kageyama sonreía mientras me señalaba para sentarme a su lado. Cuando lo hice, su brazo me rodeó. Me sorprendí e iba a hablar, pero su gesto me detuvo. Su mirada estaba fija en mí y sus mejillas sonrojadas (como solía verlas muy seguido últimamente). Abrí la boca, pero no salió sonido y él habló en mi lugar.

-Me preguntaste algo personal... yo quiero que me digas algo a cambio - hizo una pequeña pausa, que para mi se volvió eterna, antes de continuar. - ¿Quién te gusta?

Me quedé congelado. No, no me gustaba nadie, sin embargo .... ¿Por que sentía que mis labios querían moverse por sí solos y dejar escapar un nombre?? Apreté la boca, negándole la posibilidad de que saliera el nombre que estaba en la punta de la lengua. Sacudí mi cabeza y me volví a mirar a Kageyama. Él se había acercado, tanto que podía sentir su respiración rebotando en mi rostro. Casi como si supiera mis intenciones de no usar las palabras, él me sacó la respuesta con el cuerpo.

Sus labios estaban cálidos sobre los mios helados. Fue un beso suave que me dejo temblando. Aun cuando me desperté. El sueño me dejó paralizado un rato largo hasta que entró mi hermana al cuarto.

-Oniii-chan!!! ¡Se te hace tarde, levántate!

Miré el reloj sobre mi mesa de luz. Si no me iba en 10 minutos, llegaría tarde. Mi cuerpo parecía de plomo, pero arrastrándolo un poco, logré llegar a la cocina. El desayuno sobre la mesa me devolvió un poco la sensación de realidad, comí unos bocados rápidos y me encaminé a la puerta. Por suerte tenía el hábito de armar mi mochila y bolso de entrenamiento la noche anterior. Giré el picaporte de la puerta de entrada, pero me detuvo Natsu. Esperaba su despedida matutina, así que la abracé, le grité un saludo a mi madre que estaba en su cuarto vistiéndose y corrí hasta la bicicleta. Aceleré, esquive unos postes de luz por poco y me asustó el mismo perro de siempre. Use como excusa la necesidad de prestarle atención a los autos y la calle para no pensar en el extraño sueño. Aun así, me encontraba pensando en los labios de mi compañero cuando cruzaba plazas, o en los semáforos en rojo. Cuanto más me acercaba al colegio, más me costaba evitar que mi mente volviera a la última escena de mi sueño. Cuando me venía el recuerdo, aceleraba más. Terminé llegando 5 minutos antes de que sonara la campana.

El gimnasio estaba abierto, ingresé y me cambié rápidamente. Necesitaba practicar, concentrarme en la pelota y olvidarme de mi compañero. Como ya estaba entrando en calor del viaje en bicicleta, fuí directamente a buscar las pelotas e ingresé a la cancha. Enfocar mi atención en la pelota, la presión que ejercía con los dedos al levantarla, la molestia placentera en golpear la pelota al rematarla, el sonido que hacía al rebotar en el suelo...me distrajeron un rato y acomodaron un poco mis pensamientos. Eso hasta que alguien entró por la puerta. No tuve que mirar para saber quién sería. Él y yo éramos los que siempre llegábamos temprano, normalmente me pondría de buen humor o me incentivaría a superarlo en la cancha. Pero hoy, lo único que traía a mi cabeza era el sueño bizarro de esta mañana y la duda de si tenía una explicación que no involucrara... eso. Eso que parecía sentir desde hace mucho tiempo sin notarlo. ¿Acaso sentía algo más que simple amistad o rivalidad?? ¿Acaso....

♥ Al estar juntos ♥ (Kagehina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora