Song Shots- Hypnosis Mic

Ella Estrella - Doppo Kannonzaka

Ella está cansada
De tu conversación
Y prefiere seducirte
Que vender su corazón

      

Ambos chicos se conocían ya hace unos meses. Una fiesta organizada por la empresa de Doppo y a la que lo obligaron a ir, fue donde cruzaron miradas por primera vez.

______ era una chica sumamente atractiva. No solamente por el físico, sino por su forma de ser y expresarse, eso era lo que la mayoría de los chicos amaban. Claro que también tenía una figura envidiable y un rostro cautivador. Ella era... todo lo que cualquier chico deseaba; aunque, a ella no cualquier chico le gustaba.

Ese día, al ver a Doppo alejado del resto; sumergido en sus pensamientos y con un vaso de agua a lado, se le hizo una persona muy atractiva.

—Hola.— lo saludo muy animadamente, sentándose a su lado.

—Ho-hola.— se limitó a decir Doppo con notable nerviosismo, a lo que ella rió.

—¿Por qué estás aquí sólo, en vez de estarte divirtiendo por allá?

—Ni siquiera quería venir.

—Oh, ya veo. Bueno... ¿te importa si te hago compañía?

—N-no, no claro que no.

A ella se le facilitaba demasiado el hablar con los chicos, por lo que entablar una conversación entretenida con él, no fue para nada difícil.

La fiesta transcurría y ambos estaban divirtiéndose, intercambiando risas y bebiendo lo que querían.

—¿Te gustaría salir de aquí?— le preguntó ella al oído.

Doppo estaba nervioso, pues sabía a lo que el tono que utilizó, se refería.

Asintió despejando su mente, pues, no creía que realmente alguien como ella fuera a querer hacer "algo" con él.

Ella tomó su mano y se abrió paso entre la multitud, logrando salir del lugar.

Ella lo llevó hasta su auto y condujo un par de minutos hasta su apartamento. Insistió en ir a casa de Doppo pero, se negó y le contó de su amigo y su problema con las chicas; así que no quedó de otra.

Una vez entrando ella lo besó de manera desesperada y comenzó a quitarle la corbata. Doppo la detuvo al instante.

Tuvieron una pequeña "discusión" por el hecho de que Doppo no se sentía suficiente. Pero, ella le hizo saber que, no se detendría.

Doppo no tardó en caer en las manos de la lujuria, así que, aprovechó la oportunidad. Caminaron torpemente a lo largo del departamento hasta llegar a la habitación, donde después de despojarse de su ropas, entregaron sus cuerpos a la pasión y el deseo que los poseía en esos momentos.

Después de aquella noche, sus encuentros comenzaron a aumentar.

Salían por la tarde a algún lugar, y en la noche, el departamento de ella los esperaba para ser testigo y custodio del deseo que ambos jóvenes se tenían. Así fue su vida durante aproximadamente cuatro meses, salidas románticas por las tardes y el mejor sexo de la vida por las noches.

Doppo era un ser de suma bondad e inocencia, y desarrollo sentimientos hacia ella poco a poco, no simplemente por el hecho del sexo, sino que sus salidas lo hacían conocer el verdadero yo de la chica, que era lo que lo cautivaba en realidad.

Había conocido a una chica extraordinaria. Alguien que, él nunca había imaginado que podía llevar a su vida y apreciarlo de la manera en que ella lo hacía.