Capítulo 4

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Luego de ese beso, mi vida se volvió un descontrol total, no podía sacarlo de mi cabeza, sus dulces y suaves labios lo son todo, desde el momento que me empezó a gustar sabía que esto me dolería, ella es tan especial, que no poder tenerla para mi es un verdadero infierno. Luego de ese día solo la he visto una vez más, yo no puedo controlarme, quiero estar siempre sobre ella, y ella parece querer salir corriendo de mi lado.

Fue un poco difícil que todo volviera a la normalidad, estuvo bastante distante por un par de días, pero luego poco a poco, volvió a ser la misma tonta que tanto me vuelve loca, volvió a estar pegada a mi como siempre, volvió a tomar  mi mano para todo, y volvió a decirle a todos que yo era el amor de su vida. 

Los días pasaron, y ya yo no podía guardarlo más, así que me arme de valor y le conté a cada uno de mis amigos lo que sentía por ella, la mayoría ya lo sabía, al parecer éramos muy evidentes, así que ahí empezó mi plan, se lo diría, le diría que me gusta ¿Qué podría salir mal? (que ilusa, realmente no sabia lo que se me venía encima).

-Relájate Yas, ella te dirá que es mutuo, se les nota que se gustan- Me dijo mi mejor amiga Victoria, ella salió por un tiempo con Anna, hace unos meses, así que si ella me lo decía era por algo ¿no?

- Se lo diré el día de la fogata del grupo- afirme segura de que todo saldría bien, nuevamente, no tenía ni idea. 

Estuve dos semanas practicando que le diría y como se lo diría, estaba sumamente nerviosa, ese día, llegue muy temprano al lugar de la fogata, lastimosamente no la vería en ese instante, sino unas horas después, al ser el grupo de los mayores, nos tocaba armar la fogata, así que me monte en el auto, y junto al resto de mis amigos fuimos rumbo a buscar todo lo que necesitábamos. Llegamos al lugar, de a poco empezamos a seleccionar las ramas y a subirlas al auto, cuatro horas después ya teníamos todo, así que nuestro dirigente, junto a algunos de mis amigos fueron a dejar todo en el lugar, mientras tanto, los que quedábamos nos quedamos a comer algo y a platicar. 

Exactamente 20 minutos después volvieron por nosotros, y para mi sorpresa volvieron con Anna, creo que casi me dio un infarto cuando la vi, no estaba lista para verla, estaba muy nerviosa, en pocas horas le diría después de tanto tiempo que me gustaba, realmente no sabía que me esperaba ese día, pero sabía que debía hacerlo. 

Volvimos al terreno todos juntos, a este punto yo no podía ni verla a la cara, no podía de los nervios, así que solo me concentre en armar la fogata con todos, se supone que la prenderíamos en unas horas, cuando legaran los padres de todos y se hiciera de noche, así que apenas terminamos de armarla nos quedaban unas horas libres, ese era el momento, la aparte del grupo, mi corazón iba a mil por hora, estaba pálida y transpirando, mareada y sentía que me desmayaría en cualquier momento. Nos sentamos en el suelo frente a frente, ella también se veía un poco nerviosa, así que me tomo ambas manos, me pidió que respirara y le dijera de una buen vez que estaba pasando. 

- tengo mucho tiempo queriendo decirte esto- dije queriendo que me tragara la tierra- quiero aclarar antes que todo que no te quiero perder, eres muy importante para mi, y esto que te voy a decir no es para arruinar nuestra amistad. 

- Me estas asustando, suéltalo ya- dijo ella soltando una risa nerviosa. 

- Me gustas, me gustas desde hace mucho- dije de golpe.- entiendo si no quieres tener nada conmigo, simplemente esto es algo que necesitaba soltar, necesitaba decírtelo para poder dejarlo ir.- Solté luego de ver lo seria que se ponía. 

- Yas, no se como decirte esto, pero es que, yo no he superado a Sofía, y no puedo estar con alguien más hasta que no me suelte de eso.- Dijo nerviosa, justo ahí tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para no llorar, sabía que lo que decía era una completa mentira, eso ya era tema del pasado, y lo se porque yo estuve a su lado en paso que ella dio para superar eso, era más fácil decir que no le gustaba. 

- Oh tranquila, lo entiendo, no buscaba que saliéramos, solo era algo que debía decirte- dije soltando una risa falsa- ¿Estamos bien entonces?-  pregunte aguantando las lagrimas. 

- Sí, claro todo normal, como siempre- respondió.

- ven acá- le dije para luego levantarme y darle un abrazo. 

Luego de eso salí literalmente corriendo a esconderme en el primer lugar que encontré, llame a Victoria, le conté todo, ella básicamente quería matar a Anna, ambas sabíamos que lo que dijo fue una completa excusa. La noche llegó ye ya era hora de la fogata, Realizaron la ceremonia para encender la fogata, solo nos iluminaba la luz de la fogata, lo demás era completa oscuridad, nos sentamos en circulo a comer, ella me abrió un puesto a su lado, pero yo solo estaba concentrada en no llorar,  así que me senté fuera de este circulo, en la oscuridad, y ahí me perdí en mis pensamientos, solo quería llegar a mi casa a llorar, pero todavía nos quedaban algunas cosas por hacer. 

- ¿Estas bien?- me pregunto Anna con su dulce voz, mientras ponía su mano en mi pierna, yo inmediatamente la quité, y se que ella pudo notar eso. 

- Sí tranquila- respondí totalmente decaída. 

Ya era hora de nuestra pequeña presentación, al haber armado nosotros la fogata decidimos cantar una canción para todos, nos colocamos alrededor de la fogata, Anna a mi lado como siempre, empezó la canción, y ahí no pude más, me solté a llorar mientras cantaba, ni siquiera yo sabía que me estaba pasando, solo cantaba y aprovechaba lo triste de la canción para "aparentar" que lloraba por la canción, y por suerte todos lo vieron así.

Ya era hora de nuestra pequeña presentación, al haber armado nosotros la fogata decidimos cantar una canción para todos, nos colocamos alrededor de la fogata, Anna a mi lado como siempre, empezó la canción, y ahí no pude más, me solté a llorar mie...

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Una vez terminado el acto, ya era hora de irnos,  fui con mi mamá, quien gracias al de arriba no pregunto porque llore tanto en la presentación, me dispuse a despedirme de todos, uno por uno, cuando llegó el turno de Anna, la abracé a pesar de que ella se resistió. Me fui de ahí lo más rápido que pude, no quería nada con nadie, no quería comer, no quería nada, solo llegue a dormir, llore por un buen rato, y caí rendida. Definitivamente no sabía lo que me esperaba ese día, nada salió según lo planeado 

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