Una cena casi arruinada

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Joseph James

Salí del auto para después rodearlo hasta llegar a la puerta de Linda, abrí la puerta y le extendí mi mano para ayudarla a bajar del auto, tomó mi mano y procedí a ayudarla a salir del auto, cerré la puerta tras de ella, no solté su mano, continúe sosteniéndola, su mano es muy... suave, cálida y más pequeña que la mía.

Caminé hacia el restaurante aún sosteniendo su mano, un chico abrió la puerta por nosotros.

-Bienvenidos, ¿tienen reservación? -pregunta el chico.

-No, no hemos hecho reservación -contesté.

-Perdone señor, pero ahora mismo hay una reunión privada, y no puede entrar a menos que haya reservado antes.

-¿Qué?, ¿estás hablando enserio? -pregunté molesto.

-Si, lo lamento, pero no puede entrar.

-¿Sabes quién soy? -solté la mano de Linda y miré al chico preguntando en tono amenazante.

-No... pero sea quien sea, no puede entrar sin reservación, lo sentimos.

El chico cerró la puerta frente a mi.

-Cometiste un gran error muchacho.

-Señor James...  -dice Linda.

-Linda, recuerda que puedes llamarme Joseph.

-Lo sé, pero... no estoy acostumbrada a llamarlo por su primer nombre...

-Bueno, entonces dime James, no es mi primer nombre, es como normalmente me llamas, pero quitando el "Señor", ¿está bien?

-Bien...

-Ahora dime, ¿qué me querías decir?

-Espero esto no te moleste, y no debería, ya que como dijiste hace rato, no estoy en horario de trabajo, por lo tanto...

-Solo dime, no me molestaré.

-Primero que nada, no debería enojarse con ese chico, él solo hace su trabajo, debimos... o más bien, debí de haber investigado el restaurante al que usted quería venir para hacer una reservación, pero no me dijo el nombre del lugar al que iríamos..., y por último, como dije, él solo hace su trabajo, no vaya a hacer algo que lo perjudique o al restaurante... -comenta.

Su comentario me dejó pensando, aunque tiene razón...

-Primero, Linda, no es tu culpa el no haber reservado, yo... quería traerte aquí de sorpresa, y como he estado muy ocupado, no tuve tiempo para hacer una reservación, aunque no es obligatorio hacerlo, pero al parecer debí hacerlo, para la próxima reservaré, así evitaré que esto pase de nuevo.

-¿Y sobre el chico? -pregunta preocupada.

-Tranquila, no haré nada, como dices, él solo hace su trabajo.

-Muy bien, entonces... ya que parece ser que no podremos cenar, entonces me iré a mi casa a descansar.

-No, espera, si cenaremos, pero no aquí.

-¿En dónde cenaremos? -pregunta.

-Ya que a esta hora es complicado encontrar un buen lugar... ¿qué te parece si te invito a mi departamento a cenar?

-A su... ¿departamento?

-Si, ¿te parece bien?, no te obligo si no quieres, aunque... me gustaría que aceptaras... -la miré esperando una respuesta.

Parecía que se lo pensaba, pero después de unos pocos segundos respondió.

-Está bien, vamos.

-Bien, vamos -nos acercamos al auto, abrí la puerta del copiloto para que Linda subiera, después de que subió, cerré la puerta suavemente, rodeé el auto y subí a él para luego conducir hacia mi departamento.

Después de recorrer un largo camino, llegamos, estacioné mi auto y nuevamente ayudé a Linda a bajar de el, entramos al edificio, pedí el ascensor, mientras esperábamos a que llegara el ascensor miré a Linda que estaba observando el lugar, este lugar es de los mejores de la ciudad, pero yo tengo el mejor departamento de este lugar.

El ascensor llegó, dejé que Linda entrara primero para yo entrar seguido de ella, toqué el botón del último piso e inserté una llave que permite el acceso para subir al último piso, las puertas del ascensor se cerraron y procedió a subirnos, después de unos largos segundos llegamos, las puertas se abrieron dejando ver mi departamento, un GRAN departamento, Linda se veía bastante sorprendida, tomé su mano y salí del ascensor con ella.

-Vamos Linda, toma asiento, en un momento preparo la cena, ¿de acuerdo? -dije después de acercarla al sofá y soltar su mano.

-Eh... si, está bien.

Caminé hacia mi habitación mientras me aflojaba la corbata para luego quitarme el saco, abrí la puerta de mi habitación y entré, dejé el saco en una silla y sobre el, la corbata, desabotoné el botón superior y salí de mi habitación para después ir a la cocina, tomé un delantal y lo amarré a mi cintura, saqué del refrigerador varios ingredientes, y de algunos de los muebles de la cocina saqué utensilios.

-Esta cena debe ser perfecta, debo sorprenderla con mi buen sazón -dije para mi mismo.

-Lupensia


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