——Pablo——
—Ve aquí dice que es una de las mejores—dijo para que la viera
—¿la revista dice eso?—dije para que ella asistiera estar en la cárcel era horrible Gracias a Dios la zona vip no está han mal pero Dios era horrible
llevé mi mano a uno de sus glúteos y lo agarré con fuerza, aunque sólo conseguía cubrir la mitad de su nalga. Se giró ligeramente y apartó mi mano con violencia.
—¡basta Bustamante estoy en tanga no significa que puedes manosearme!—dijo para que la viera
no aparté mi mano de su trasero. Lo seguía apretando con fuerza y la misma mano iba cambiando de nalga para imprimir un desmedido manoseo.
Seguía a lo suyo, con su revista, ignorándome. Ante su pasotismo y mi calentura me saqué mi polla dura para pajearme, aunque ella no se percató. Quería mejorar mi situación y me puse tras ella, de rodillas, y posicioné sus piernas de tal modo que yo me encontraba entre ambas. Llevé mis manos a su trasero y mis cachetadas no cesaron aunque en esta ocasión no era de un modo desmesurado, violento ni doloroso.
No pude reprimir mis ganas de hundir mi cara en ese gran culo y cuando lo hice aproveché para morderlo y estirarlo con los dientes. Bendito culo con el que tendría para una maratón. No fueron pocas las fantasías que me rondaban por la cabeza con tal de aprovechar el tamaño de ese curvado trasero.
Seguía sin poder reprimirme y en esta ocasión agarré su pantalón por ambos costados y, agarrando al mismo tiempo sus bragas, le bajé ambas prendas para dejar su culo al aire.
-¿Qué haces, Pablo habíamos quedado que no sexo? -dijo girando su cuello para que le sonriera
Sin permiso, sin salir de lo establecido, mi boca se dispuso a jugar sobre su desnudo trasero. Lamía sus nalgas, las besaba, las mordía... Y cuando mi cuerpo me pedía más le separé cada una para ver un agujero oscuro como su piel. Hundí mi cara en su hendidura y le ofrecí extensos lametones con mi ancha lengua. Tras un rato jugando en su raja, mi boca tenía hambre y volvió a comer sus jugosos alrededores de tierna carne.
Mi polla pedía atención y yo se la dí. Junté los tobillos de Marizza y los elevé para follarme sus piernas, o mejor dicho sus gemelos. Tenía unas carnosas piernas y en ese punto comprimían mi polla a la perfección. Movía mi pelvis y mi rabo desaparecía en un lado para aparecer en el otro. Marizza seguía callada, inmóvil. Tras varios minutos follando sus piernas en silencio llegó la esperada
Me saqué la polla frente a su cara, Hizo el gesto de apartarse pero le agarré rápido del pelo por la parte superior de su nuca. Comencé a golpear su cara con mi largo rabo, con fuerza, y lo llevaba a sus carnosos labios los cuales había sellado con fuerza con tal de no degustarla.
—vamos pablo enserio no quiero—dijo molesta
-Abre la boca, Marizza—dije para que me viera y me sonriera
Seguía sin obedecerme y mi cuerpo se inclinó hacía delante y alargué mi brazo para azotar su culo. La abrió ampliamente y mi falo lo agradeció colándose dentro.
Mi mano seguía cogiéndole del pelo y gracias a ello orquestaba su cabeza para que engullera mi polla a gusto del consumidor. En un par de ocasiones se la saqué y le tiré fuerte de su cabellera, hacia atrás, para que me mirara la cara, momento en el que le pedía que abriera la boca y sacara la lengua para escupirle en su interior.
No tardé en llevar ambas manos a su cabeza para, con la ayuda de estas y mi cadera, follar brutalmente su boca. No le cabía toda pero yo lo intentaba y le provocaba varias arcadas. Estuve un buen rato con la follada descrita y en cuanto la solté pegó un salto hacía atrás y se quedó tumbada boca arriba con su cabeza en el otro extremo de la cama mirándome atentamente.
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𝙼𝚊𝚔𝚎 𝚖𝚎 𝚌𝚛𝚢
Romansa-Esto está muy mal- -tú crees que no lo sé- -Pero no me importa si yo te amo y todos cometemos errores Pablo es algo normal de la vida -dije agrandó su mano -Marizza esto no es amor esto es una enfermedad tenes que entenderlo-dijo viéndome -No yo...