Déjame Ir - Jenlisa

Capítulo 24. Sin tocar

-Jen, deberíamos volver al hotel- llevábamos todo el día caminando por la ciudad, tomando fotografías de cada pequeño detalle -Ya no tarda en oscurecer

Ella estaba ahí parada junto a mi, su cara era como la de un pequeño niño que se niega a dejar el parque de diversiones, es sorprendente como puede ser tan ruda en un momento y al siguiente ser tan tierna

-Disculpa- me llamó una chica mientras yo esperaba a que Jennie volviera de comprar un helado -Eres Lalisa Manoban, ¿cierto?- la vi algo confundida -Vi que le tomaste algunas fotografías a gente famosa en París, ¿Cuánto debo pagarte por una foto?

-No te preocupes, ¿tienes cámara?- le pregunté y ella negó -Bien, te la tomaré con la mía y luego te la envío, colócate ahí- señalé un lugar en el horizonte -Eso es, sonríe

Tomé la fotografía y la chica volvió a acercarse a mi

-Puedo pagarte de alguna forma, ¿sabes?- dijo mientras me acariciaba el hombro -Dame tu número, te enviaré un mensaje y así tu me pasas la fotografía

-No- respondió una voz detrás de ella -Te daré mi número y yo te la pasaré, y puedes pagar si te vas al Diablo y le quitas la mano de encima- no recordaba lo cruel que puede ser Jennie cuando está celosa... ¿celosa?

La chica asintió y se fue, ni siquiera pidió el número, solo se fue

-La espantaste- le dije entre risas 

-Que bueno- dijo molesta mientras comía su helado

-¿Celosa?- quise retarla, mala idea, más tardé yo en pronunciar esas palabras que ella en vacíar su helado sobre mi -¿PERO QUE CARAJO?

-No estoy celosa- fue lo único que dijo antes de seguir caminando 

-¿Nos vamos ya?- me sacó de mis pensamientos al preguntar -Pero aún nos falta mucho por allá- dijo señalando el camino

-Si, Jen- le dije y su cara fue tan tierna que por un instante consideré continuar -Mañana seguimos, ahora hay que descansar

Bufó y resignada comenzó a caminar

-Jen, pediré un taxi, espera- corrí tras ella -Jungkook enviará mi moto mañana- comenté

-Que te mande una dosis de diversión también, por favor- dijo y siguió caminando -Tu espera el taxi, yo me voy

Bufé y la seguí. Pelear no valdría la pena... igual siempre gana.

Caminamos por bastante tiempo, de hecho, la oscuridad total nos alcanzó, al llegar al hotel, me miró y sonrió

-Nos vemos mañana, Manoban- depositó un beso en mi mejilla y sacó la tarjeta que abre su habitación del bolsillo

-Descansa, Kim- dije casi en un susurro cuando la vi irse

Momentos más tarde, subí a mi habitación y prendí el televisor, realmente no había nada interesante que ver pero era mejor que estar rodando en la cama, de pronto mi teléfono sonó avisando sobre un nuevo mensaje

¿Cómo va todo?
Solar 1:34 AM

Bien, es un poco raro todo esto
Yo 1:38 AM

Lo es... para todos
Solar 1:38 AM

¿Cómo estás?
Yo 1:40 AM

Te extraño, Lisa
Me siento sola
Solar 1:50 AM

Espera solo un poco más
Por favor
Por mi
Yo 1:55 AM

De pronto escuché que tocaban la puerta de la habitación, bloquee la pantalla de mi celular y me acomodé en mi lugar al ver de quién se trataba

-¿Todo bien?- le pregunté cuando la vi entrar -No puedes dormir, ¿cierto?

-Yo... no dejo de pensar, quiero que hablemos- dijo y yo asentí, se sentó junto a mi y suspiró antes de hablar -¿Por qué volviste?

-Yongsun tiene cosas que solucionar en Corea- dijo y me miró confundida, pidiendo más detalles -Ha pasado por mucho últimamente

-Y por lo visto le has servido de consuelo- el tono de reproche fue muy claro -¿Que pasa entre ustedes?

-¿Por qué te preocupa eso?- pregunté y ella puso una cara seria -Tu eres quien estaba por casarse

-¿Y que esperabas? Me dejaste sola- su voz comenzó a quebrarse pero su orgullo le impedía llorar -No iba a quedarme esperando por ti, Manoban

-Debiste- dije y arqueó la ceja

-Ah si, ¿por qué?- me retó

-Porque tu eres mía, Kim- las palabras salieron de mi en un tono ronco -Y tu debes estar para mi en el momento en que yo lo diga

-No te conf...- interrumpí su contestación con mi dedo índice en su boca

-No quiero que salga de tu boca nada más que no sean gemidos, Jennie- dije y ella asintió

Quité mi dedo de sus labios y me acerqué a besarla

Antes de que mis labios pudiesen tocar los suyos, ella se alejó tan solo unos milímetros para luego susurrar

-Creí haberte dicho que no me tocarías hasta que yo lo dijera, Manoban- su voz suena tan sexy que podría venirme de solo escucharla

Me alejé y alcé mis manos en señal de rendición

-Tu te lo pierdes- le dije y ella soltó una carcajada

-Yo no seré quien pierda hoy- se acercó a mi y me obligó a sentarme en un sillón frente a la cama -Manoban, no te confundas, soy capaz de masturbarme frente a ti hasta que te excites y quieras tocarme, y no puedas hacerlo

Acto seguido comenzó a quitarse la ropa, sentí que perdí el aliento al verla

Volvió a recostarse en la cama, un poco levantada para asegurar mi vista, metió dos de sus dedos en su boca para luego guiñarme un ojo y comenzar a masturbarse

Escucharla gemir y no poder tocarla me estaba matando, pero le nivel de excitación es colosal

Poco a poco fue subiendo la velocidad, yo solo quería acercarme y hacerla mía de nuevo, pero lo tenía prohibido, ya en otro momento me voy a cobrar esto

Sus gemidos eran cada vez más rápidos y fuertes

Con una mano se masturbaba mientras con la otra tocaba sus pechos

De pronto comenzó a decir mi nombre entre gemidos

No se cuanto tiempo fue, pero terminó, el sudor en su frente y sus pechos me dejaba ver lo mucho que lo había disfrutado

Me sonrió de una manera cruel y tomó sus cosas, se vistió y salió sin siquiera decir una palabra

Shock, así es como me encontraba

Kim, este juego es de dos