Capitulo 2. Medianoche

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-No, Jungkook- sentenció Lisa -No iré, capaz vuelvo y la estúpida esa ya sacó mis cosas por la ventana.

-Anda Lis, solo un rato- insistió el chico dejando besos en el cuello de Lisa -No quieres que otras piensen que estoy soltero, ¿o si?

En realidad no le importaba mucho, igual actuaba como si lo fuera.

-Solo un rato- dijo Lisa en un suspiro

Jungkook asintió con una sonrisa en el rostro. Lisa caminó de nuevo a la habitación para llevarse a Rosé, no iría sola a ese bar de mala muerte, y su novio no era una gran compañía.

-No- dijo Rosé apenas vio entrar a su amiga por la puerta -Ni loca, él ya me lo dijo y no iré

-Si irás- aseguró Lisa mientras sacaba algo de ropa del armario -Vamos a divertirnos

-¿Saldrán?- preguntó Jisoo saliendo del baño

-Eso parece- se resignó la pelirrosa -¿vienes?

-No- atajó Jennie acostada en la litera de abajo sin voltear a verlas -Jisoo, tienes que quedarte, tenemos clase temprano

-Mierda, es cierto

-Otro día será- dijo Rosé dejando un beso en su mejilla como despedida

-A la siguiente te avisamos con tiempo- se despidió Lisa ya junto a la puerta

-Donde me despierten a la mitad de la noche- comenzó a quejarse Jennie -Te juro que...

Un portazo interrumpió su amenaza.

Salieron de la habitación y condujeron hasta donde sería la fiesta.

Al entrar pudieron reconocer a más de la mitad de los que estaban ahí, borrachos y bailando a plenas 8 de la tarde, sería una noche corta al parecer.

No pasaron ni 10 minutos cuando una chica que no reconocieron se acercó a ellas a ofrecerles una bebida.

-¿Eres nueva?- preguntó Lisa -No recuerdo haberte visto en otras fiestas.

-Si- respondió con una sonrisa -Un tal Jungkook me invitó esta mañana- Rosé levanto las cejas mientras Lisa seguía asintiendo, no le sorprendía -Soy Park Soo-young, pero pueden decirme Joy

Las tres chicas se fueron a bailar, bebieron unos cuantos shots... quizá más de unas cuantos, habían perdido la cuenta en el séptimo round.

Apenas eran las 10 de la noche y Rosé había rogado por regresar ya a la habitación, realmente tenían clases temprano y no quería parecer un zombie en su primer día.

Llegaron al edificio y Rosé entró, Lisa quiso esperar junto a unos arboles a que diera la mitad de la noche, se había quedado con la duda de lo que le haría la castaña y planeaba entrar haciendo todo el ruido posible para despertarla.

Esperando la hora, Lisa se puso a ver las estrellas, pensando en aquellas pláticas que tenía con su padre en las noches...

-Entonces- dijo una curiosa Lisa -¿El universo jamás dejará de crecer?

-No lo sé- aseguró su padre viendo las estrellas -Quizá un día se detenga, aunque quizá eso provoque que todo pierda su rumbo

-Que complicado es el universo- suspiró la pequeña

-Hay algo más complicado que el universo- dijo el mayor -¿sabes lo que es?

-¿Las personas?- preguntó recibiendo una respuesta asertiva de su padre -Las personas, el amor y las matemáticas

De pronto comenzó a sentir humedas sus mejillas, las lágrimas no pidieron permiso para salir. Nadie la veía, así que se permitió llorar a todo pulmón.

Después de un rato vio el reloj en su muñeca, ya era media noche, debía entrar. Por el sueño que tenía olvidó su plan de hacer ruido pero al entrar algo hizo que todo su sueño se espantara.

-¡¿QUE MIER...

-Shhh- dijo un bulto bajo las cobijas de la peli negra

-Jennie, sal de mi cama- susurró esta vez para no despertar a las demás

-No- sentenció -y déjame dormir

-Oh, no- advirtió Lisa -No vas a dormir

Jennie abrió un poco los ojos para ver la cara de Lisa pero al hacerlo no vio nada, pensó que quizá de había resignado y dormiría abajo.

Lisa por su parte, se preparaba para molestar a aquella castaña enana que estaba en su cama, se recostó en la litera de abajo y comenzó a patear la parte de arriba, haciendo que Jennie se quejara.

-Carajo, Manoban- susurró asomándose por el borde -Deten...

Otro golpe la interrumpió

-Bien, tu lo pediste- Jennie bajó de la cama y comenzó a golpear a Lisa con una almohada -De...ja...me... dor..mir

-¡DUERMANSE YA!- gritaron las otras dos al unísono

Lisa elevó las cejas y se apresuró a salir de la cama y subir las escaleras a la litera de arriba, dejando abajo a una enojada Jennie

-Esta me la pagas, imbecil- aseguró

-Dulces sueños, su majestad- río Lisa

Déjame Ir - JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora