Capitulo Seis

94 24 0
                                    

*La letra cursiva es un sueño. La letra normal la realidad*

**

Plann

Hay momentos en la vida que todos cometemos errores. Mi mayor error ahora mismo puedo considerar que fue visitar a mi familia, pero no quiero pensar en ello tan siquiera.

Sentado en esta silla que ya me resulta incomoda, por mi cabeza se que pasan tantas cosas que solo me quedo con una y es que Mean debe estar ya saliendo de la guardería, mientras yo estoy aquí postrado en una silla, con un montón de papeles que ordenar, organizar, archivar y demás para poder salir antes de las cuatro de la tarde y acudir a las cuatro y media a nuestra cita con ese hombre que está encargándose de los detalles de nuestra boda, para la cual no queda ya tanto tiempo, pero si preparativos que no terminamos de definir.

¿Todavía no terminas?

Negando, ignorando al mismo tiempo a mi único compañero de trabajo que al igual que yo queda por terminar su propio trabajo, el cual parece haber terminado ya, archivo unos cuantos documentos que ya he leído antes de aparecer él, continuando de igual forma, tratando en todo momento de no mirar el reloj, bostezando tan cansado ya como me encuentro.

Plann.

Guardando varios documentos, girándome en la silla que ya me tiene la espalda destrozada, porque si es verdad que el dolor no se ha ido por completo y yo mismo tampoco ayudo en ello viniendo a trabajar, miro a la persona que acaba de mencionar mi nombre.

No se trata de mi compañero de trabajo, tampoco de Mean ni de cualquier otra persona de este lugar que no haya visto y realmente se encuentre aquí. Se trata más que nada de alguien a quien hace tanto y tampoco al mismo tiempo que no veo y realmente no me apetece ver ni escuchar.

¿Cómo has entrado aquí?

No tenéis seguridad en la puerta hermano —la detengo antes de que llegue a tocarme —veo que sigues enfadado. ¿Es porque he vuelto a pesar de que me hayas dicho que me aleje?

Es más bien porque tu para mi es como si estuvieses muerta y así es como deberías estar porque solo sabes hacer daño —guardo las últimas carpetas —es lo que le he dicho incluso a Mean aunque no te lo creas. Lárgate de aquí.

No le has dicho a tu prometido que lo estoy —sonríe tan tranquila —se que has ido a ver a nuestros padres y ya no quieren verte más. ¿Tan mal les ha sentado que vayas a casarte con un hombre?

No es asunto tuyo —guardo mis cosas, poniéndome mi chaqueta —tu dejaste abandonada a tu hija y yo no te he reclamado absolutamente nada.

Me lo estás reclamando ahora hermano mayor —sostiene mi cara entre sus manos —esa niña no es algo que yo desee. Te recuerdo que soy menor y mama y papa me echaron de casa por quedarme embarazada.

¡Te fuiste tu!

Ese grito que escapa de la nada, quizá guiado por mi frustración de encontrarme con mi hermana pequeña de la nada, y digo eso porque se marchó para no volver nunca más, me hace sentir tan mal, tan cegado por un momento que siento como si todo a mi alrededor se desvaneciese de pronto, como si de estar en mi trabajo y sin moverme cambiase de un lugar a otro..

— Te fuiste.. tu fuiste quien se marchó y abandonó a Kanda..

— Plann amor, estás teniendo un mal sueño —una mano con suavidad acaricia mi mejilla —no es más que eso, despierta cariño.

Moviéndome como bien puedo, sintiendo aún esas caricias, me atrevo a abrir mis ojos, ver más allá de esa realidad incierta en la que no se como ni porque estaba envuelto, encontrándome con Mean arrodillado a mi lado, con su preciosa sonrisa así como con la preocupación reflejada en sus ojos.

— Soñabas con tu hermana —asiento porque así es —¿quieres hablar de ello?

— Mi hermana venia a mi trabajo y.. sabia que mis padres me han echado plenamente de sus vidas porque tu y yo nos vamos a casar —me siento con su ayuda —decía que a ella le echaron por quedarse embarazada de Kanda cuando no fue así. Se marchó y abandonó a esa niña porque es una persona egoísta.. ¿Soy como mi hermana pequeña? Traté tan mal a la pequeña Kanda que ahora mismo siento que soy egoísta y no te merezco a ti tampoco..

— No eres como tu hermana, ni mucho menos egoísta —me hace mirarle.

Mirándole a los ojos, teniendo una mirada dulce por su parte puesta en mi, sentado como me encuentro sobre su regazo en nuestra cama, no dudo un solo segundo en abrazarme a mi perfecto prometido, a quien es el amor de mi vida y se que me quiere a pesar de haberle decepcionado tantas veces.

— ¿Mean? —un pequeño suspiro escapa de entre sus labios —¿seremos felices cuando nos casemos a pesar de ir en contra de lo que nuestras familias quieren para nosotros?

— Lo que nuestras familias quieren para nosotros es lo que no nos permitirá ser felices —nuestras miradas vuelven a conectar —¿serias feliz estando casado con una mujer y con hijos que solo uno de los dos querría plenamente porque no es eso lo que quieres para ti? Si yo me casase con una mujer, así como si hubiese estudiado lo que mi padre quería que estudiase, no seria feliz. Yo solo seria feliz teniéndote a ti a mi lado y no necesito casarme porque ya soy plenamente feliz porque estás aquí, conmigo.

— No se trata entonces de si seremos o no felices —niega con una sonrisa —se trata de que ahora somos los dos felices porque estamos juntos.

Un beso.

Tierno.

Pasional.

Es esa clase de besos que no solo hace que sientas un hormigueo en la boca de tu estomago o como se quiera definir. Eso es lo que siento, pero también mi corazón acelerarse, mi respiración mezclada con la de Mean entrecortarse de tal forma que si ahora mismo me desmayase, lo haría feliz por ser en los brazos de la única persona a la que amo en su plenitud y totalidad, con mi alocado corazón.

— Te amo Mean —mis manos descansan ahora en sus hombros, mirándole a los ojos —mis palabras eran sinceras cuando te dije que..-

Soy interrumpido por su mano en mi boca, cubriendo mis labios para que no diga una sola palabra más de esta forma por unos segundos, así como también por sus labios volviendo a besarme, ha hacerme sentir tan amado que ya no hay nada más que deba pensar, entregándome plenamente a este hombre que me hace siempre sentir vivo, amado, aunque a veces no le merezca por como le traté.

— Plann —no me aparta de entre sus brazos —¿querrías casarte conmigo mañana mismo?


**

Pronto, aunque esta historia no finaliza aún estaré escribiendo y publicando mi próxima historia con Mean y Plann de protagonistas, que espero de corazon disfruteis :)

La historia de la que hablo y no me olvidé es petición de JerayGarrido338

SeremosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora