Han pasado 7 años desde la última vez que se vieron. Para los antiguos alumnos del Elite Way School nada es igual.
Hace 7 años unos se fueron sin dejar huella, otros sufrían engaños y para colmo el final de RBD.
¿Qué sucederá cuando se reencuentren?
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Cuando Mia dijo que se iban me quedé desconcertado, no lograba entender nada. Roberta se peleaba conmigo por tonterías y luego se iba como si yo hubiera empezado con todo. Le hice una seña a Miguel y salí detrás de ellas dos sin que me notaran algo me decía que pasaba más y no iba a quedarme de brazos cruzados si lo que yo pensaba era verdad. Me escondí en un árbol cerca de ellas y empecé a escuchar su conversación.
Mia: Rob, ¿Qué pasa? Me estás asustando. Tú no eres así, tú no lloras por nada a no ser que sea algo muy importante para ti.
¿Roberta llorando? Esto a de ser grabe. ¿La abre cagado mucho? No entiendo que está pasando.
Roberta: Está pasando otra vez Mia, él lo sabe, esté donde esté siempre vendrá él.
¿Quién es él y porque Roberta está así? Cada vez entiendo menos.
Mia: ¿León está hablándote?
¿Mi papá? ¿Otra vez?
Roberta: Me mandan mensajes hace unos días amenazándome con ustedes, con mis hijas, con Diego, con mi mamá.... con todas las personas que me importan.
Mia: ¿Porqué no me lo dijiste antes?
Roberta: No quería preocuparte , además tenemos a toda la prensa encima por el tema de los niños y ahora que por fin todo podía ser normal se vuelve a derrumbar.
Salgo de detrás del árbol pero mi intento de ser silencioso es en vano ya que chafo una rama del suelo y Mia se da cuenta de que estoy allí.
Mia: Voy a comprar agua sis.
Roberta se queda pensando y yo me siento a su lado cogiendo su mano. Paso mi otra mano por su mejilla y le doy un beso en los labios , el beso es dulce y saldo por sus lágrimas pero es lo que menos me importa en este momento. Nos se paramos del beso y nos quedamos mirándonos a los ojos como si no existiera nadie más a nuestro alrededor.
Diego: Pase lo que pase, le pese a quien le pese, siempre voy a estar a tu lado. Nunca más voy a dejarte sola, ni a ti ni a nuestras hijas. Las amo y eso nada ni nadie lo va a poder cambiar.
Roberta: Te amo Diego.
Diego: Y yo a ti.
Nos volvimos a unir en un beso entrando en nuestro mundo y nos quedamos en el parque viendo a los niños jugar hasta que decidimos volver a casa.
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