Ojos azules

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CAPITULO 1

Naya Dieren:

Iba corriendo por el bosque intentando encontrar al cazador, el cual salió corriendo tras su próxima presa a la que ya le atino un disparo, no puedo creer que a pesar de todos los años que pasan siguen existiendo este tipo de humanos sin corazón con puras ganas de destruir la vida de un ser que no le hizo nada, soy consciente de que hay humanos que cazan para poder tener algo que comer durante día, ellos lo hacen para sobrevivir, pero este que estoy persiguiendo al igual que muchos otros que hay en el mundo solo lo hacen por deporte para mostrarle a sus amigos su nuevo trofeo como si matar a un animal te hiciera mejor persona y mientras más tengas mejor seas, pero no es asi todos ellos no saben el daño que causan, por eso es que existo yo, Naya Dieren el espíritu de los animales.

Yo soy la encargada de cuidar y proteger a los animales de todo el mundo, si, de todo el mundo, desde una simple araña hasta a un elefante, yo ayudo a cada animalito que esté en peligro, como por ejemplo el venado de cola blanca al cual estoy intentando encontrar antes que el cazador que va tras de él lo encuentre primero.

¬No lo veo por ninguna parte, ¿porque no mejor aumentas tu velocidad? O mejor aún deberías aumentar tu sentido del olfato, de esa manera ¡ya lo hubiéramos entrado incluso antes de que le disparara! ¬ese es Zuri mi "compañero" o como a le gusta decir "mi guía espiritual para que no eche a perder todo" él es un zorro, bueno no es un zorro normal como cualquier otro, él es literalmente un espíritu al igual que yo solo que la diferencia es que él ya fue el encargado de los animales pero murió por segunda vez durante una guerra de hace mucho tiempo, después yo me morí y la Diosa Luna me dio una oportunidad de vivir gracias a mis buenas intenciones a lo largo de mi vida anterior y asi renací como el nuevo espíritu de los animales, o al menos es lo que Zuri me dijo que paso, la verdad es no recuerdo nada sobre mi otra vida donde era una humana, mis recuerdos inician en el momento en que desperté en medio de un bosque en la noche, al principio me asusté mucho pues no recordaba nada, pero en el momento en que voltee hacia la Luna llena una gran paz me invadió fue como si de un calmante se tratase, después de eso apareció Zuri y muy tranquilamente me explico todo lo que debía saber, eso ya hace más de 418 años.

¬ Lo sé, perdón, pero a veces olvido que lo puedo hacer.

¬ Pues eso no debería suceder!! Anda rápido dinos donde está.

Me detuve rápidamente y aumente mi sentido del olfato, si, como un perro en busca de un pedazo de carne, esa es una de muchas habilidades que tengo, como espíritu encargado de cuidar de los animales pues también soy capaz de tener las habilidades de ellos mismos, eso significa que puedo ser muy veloz, escuchar a miles de kilómetros de distancia, incluso me salen alas de águila, también puedo ver las cosas por muy lejos que estén, entre muchas otras cosas súper geniales, yo elijo cual usar lo cual me sirve mucho para poder salvar a todos los animales que me necesitan.

¬ Al oeste!! rápido también huelo al cazador, está más cerca del venado que nosotros, hay que apurarnos¬ avise con prisa mientras salía corriendo hacia el oeste aumentado mi velocidad como un guepardo, en cuestión de segundos logro ver al cazador apuntando al venado, que para esos momentos ya se encontraba a varios metros de nosotros, tirado en el suelo sin fuerzas para seguir corriendo para sobrevivir.

En ese momento sin pensarlo demasiado saco mi arco y apunto una flecha en dirección hacia el cazador, cuando lo tengo en la mira suelto la flecha y esta se encaja en su hombro derecho desapareciendo lentamente, provocando asi que baje el arma, se levante y se valla en dirección hacia su casa con un recuerdo instalado en su mente de que después de estar por horas buscando un animal no encontró ninguno y se tuvo que regresar sin un trofeo nuevo para su repisa, olvidando por completo al venado. Porque ese es el efecto que tienen mis flechas contra los humanos, ¿que creyeron?, que lo iba a matar por intentar matar a un animalito que está a mi cuidado, ¡No!, yo no soy Dios o la Diosa Luna como para elegir quien muere o no, yo solo me encargo de que no maten sin razón alguna a los animales.

Solo tienes que creerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora