I.
Sin importar que sus padres y su padrino hayan estado en Hogwarts, Harry realmente adora ese lugar. Es tan asombroso que hace que cada centavo de colegiatura cuente, que valga la pena. Las materias son buenas, ligeramente más avanzadas que el programa general del país, pero eso no es lo importante, no, Hogwarts es una de las escuelas con mayor impacto deportivo e influencia cultural. ¿Cómo no iba a serlo? Él es el capitán de fútbol.
—Cuida que no se te suba a la cabeza o se hará tan grande como la de tu padre —había advertido Sirius con sorna—. De cualquier forma, ¿cómo va todo con esa chica, la asiática de las carreras?
—¿Por qué Sirius sabe de la niña Chang y nosotros no, Harry? —preguntó James con indignación.
—Porque era un secreto —masculló el muchacho. Sirius sonrió con falso arrepentimiento—. Sólo somos amigos.
—Mhm, el periódico escolar no dice eso, cariño —rió Lily. Harry gruñó avergonzado y negó ante las carcajadas de los adultos.
—Es extraño que leas ese periódico, mamá —farfulló—. ¿Pero sabes qué? Asegúrate de tener el de hoy porque estaré en todas partes.
Harry sonrió con encanto antes de salir corriendo de la casa, ignorando completamente las preguntas y gritos de los adultos. Después del fútbol, lo que más le gustaba de Hogwarts era su ubicación a las afueras de la ciudad. Malfoy lo llamaba retrasado porque le gustaba conducir toda esa distancia en lugar de hacer el internado como Dios manda.
—¡Harry! —gritó la voz de Luna en cuanto llegó al estacionamiento, sin embargo, Harry no la veía por ninguna parte—. Estoy arriba —indicó la rubia. Harry alzó la mirada y la encontró sentada en uno de los árboles que adornaban el gigantesco portón del colegio.
—Claro que sí —murmuró Harry—. Hola, Luna. ¿Ya terminaste los exámenes?
—La semana pasada, sí, tengo todo el día libre —presumió balanceando los pies en el aire. Harry estaba seguro que de ser otra persona, ya estaría en el suelo—. Escuché del partido amistoso y del decatlón, así que decidí venir a verte, asegurarme de que eres tan bueno como dicen.
Harry rió e hizo ademanes a la muchacha para que bajara del árbol. Luna era, quizá, la única chica que no pretendía coquetear con él en cualquier interacción, claro que lo hacían (coquetear), pero era por simple diversión, la misma diversión que causaba coquetear con todo el mundo dentro de Hogwarts. Casi que era parte del programa extraescolar.
—Ganaremos ambos, ya verás —aseguró con las cejas elevadas. Luna bajó del árbol, se acercó a Harry con ojos brillantes y ambos se internaron en el colegio con sonrisas cómplices.
Su padrino Sirius aseguró que, hace unos años, las mejores competencias del estado estaban dentro del mismísimo colegio, que eran entre los cuatro equipos internos, las jodidas casas; sin embargo, Harry cree que el hecho está relacionado con que Sirius no estaba en la misma casa que su familia. Las cosas son muy diferentes ahora, diría que hasta más interesantes.
—¿Quién ganará la apuesta este semestre? —preguntó Pansy, apareciendo por algún pasillo, caminando en reversa con las cejas elevadas—. Llevo las cuentas de Slytherin y creo que vamos a ganar —presumió con una sonrisa socarrona.
—¿Siguen contando a las personas con las que se acuestan? —preguntó Luna con la mirada en el techo, como si estuviese buscando algo.
—Por supuesto, Lunática, pero ya no es tan sencillo como antes —rió la pelinegra—. Aumentan tus puntos si son de otra casa, porque todos sabemos que es más difícil en todos los aspectos. Diganme, linduras, ¿cuántos puntos llevan?
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The Chosen One © [Harry Potter] UA
FanfictionHarry es un jugador de fútbol en el Colegio Hogwarts, el entrenador en turno del semestre es Tom Riddle y, como siempre, odia a Harry por haber nacido. → Este es un universo alterno con todo lo que conoces en diferente orden ← [Creado porque "Imbéc...