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Capítulo 2: Questo edificio è nostro.
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La cabecera de la cama golpeaba la pared haciendo que el ruido del golpeteo se escuchara por toda la habitación. Toda la noche dormía entre ratos ya que Vincenzo no me dejaba dormir por pelar con una paloma indefensa que estaba fuera de la ventana de la habitación; así que para no estar de mal humor durante todo el día decidí cambiar eso para mí y para Vincenzo.
—¿Te divertiste al castigarme por ignorarte en el aeropuerto? —Vincenzo levanto mi mentón haciendo que lo mirara a los ojos.
—Te lo merecías por ser tan idiota y querer tener la razón. —Hable entre gemidos por las embestidas que cada vez eran más fuertes.
—Tu debiste ser tan amable con aquel guardia, Alessia—Soltó un gruñido para después besarme bruscamente lo cual yo gustosamente le correspondí.
Después de unos minutos más de estarnos besando y unos movimientos un poco más acelerados de parte de los dos, llegamos al aclamado clímax. Vincenzo beso mi frente antes de quitarse de encima mío; nos abrazamos por unos minutos en lo que esperábamos a que se hiciera un poco más tarde.
—Espero que no dudes de mis advertencias de nuevo. —Dibuje círculos imaginarios en su pecho mientras en acariciaba mi cabeza en silencio. —Si me hubieras hecho caso tal vez no te hubiera pasado lo que te paso.
—¿Cuántas veces más, me recordaras eso? —Me separe de el para levantarme de la cama y ponerme la bata para cubrir mi cuerpo.
—Lo hare las veces que sean necesarias. — Abrí la puerta de la habitación para poder ir a la cocina para preparar algo un poco de café. —Ve a ducharte tu primero porque sabes que yo me tomo mi tiempo en hacerlo.
