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Capítulo 6: Vendetta.
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Los últimos días después del accidente fueron caóticos, desde que vi a Vincenzo tirado en el suelo de aquel restaurante sentí como estaba a punto de perder al amor de mi vida y era el dolor más horrible que he experimentado en mis treinta y dos años de vida. Vincenzo no era el único que estaba en riesgo, también el Sr. Hong se encontraba grave, ya que él fue el que recibió más el impacto del camión. Al amanecer, el doctor me informo que Vincenzo se encontraba fuera de peligro, pero que no sabía cuándo despertaría y que estaría en observación por el momento; con todo el dolor de mi corazón tuve que dejar en manos de las enfermeras y doctores a Vincenzo para poder ir con Cha-young para estar junto a ella que aún no recibía noticias sobre el Sr. Hong. Fue hasta el mediodía cuando por fin el doctor se acercó a dar noticias sobre el Sr. Hong, no supe de donde encontré la fortaleza para no romperme ahí como lo hizo Cha-young al recibir la noticia de que el Sr. Hong había fallecido, aunque llevaba poco conociéndolo pude tomarle un cariño especial. Sabía que Cha-young necesitaría de mi apoyo emocional cuando en ese mismo día en la tarde, fui junto con ella a verificar el cuerpo y al planear su funeral, ya que no tenía ningún otro familiar que pudiera ayudarla y consolarla en estos momentos. El día cuatro fue cuando a Vincenzo lo pasaron a otra habitación al igual de que fue el funeral del Sr. Hong, Cha-young se negó a que la acompañara porque dijo que debía descansar porque llevaba desde que pisamos el hospital sin dormir y sobreviviendo a base de café, aun así, prometí que más tarde iría a dejarle flores en su tumba después cuando "descansara" un poco. No había pasado a la residencia absolutamente para nada, ni siquiera para cambiarme de ropa o darme un baño, compraba cualquier tipo de ropa para que me la mandaran al hospital y aquí mismo en el baño privado de la habitación de hospital me daba duchas rápidas; agradecía que mi cara sin maquillaje no se viera horrible porque no tenía nada de ganas de maquillarme, aunque podían notarse mis ojeras que Cha-young decía que cada vez eran más marcadas.
