Capítulo 1

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Blanco.

Si Hoseok tuviera que describir el primer recuerdo que tiene en la vida, sería ese: blanco.

Recuerda abrir y cerrar los ojos mientras un niño de piel muy blanca esperaba ansioso a que despertara de su siesta para poder jugar con él.

Era muy gracioso pensar en ese recuerdo. Siempre lograba sacarle una amplia sonrisa a Hoseok. Su mamá le contaba a la señora Min que la primera vez que Hoseok sonrió cuando aún era un bebé fue cuando miró a Yoongi. Así llamaba su mamá al niño de pequeños ojos y tez blanquecina como las nubes.

Pasaba mucho tiempo en la casa de su hyung. Así le habían dicho a Hoseok que podía llamar al chico que, aunque decía no ser su "hermano", también decía que podían ser hermanos de mentira.
A pesar de no ser su hermano, a Hoseok no le costaba mucho trabajo llamarlo así. El chico era muy adorable y listo, siempre hacía cosas increíbles. Como la vez que lo ayudó a amarrar la cinta de su zapato que traviesamente se desató mientras corrían en uno de sus tantos juegos, o cuando le mostró su gran colección de dinosaurios y le dijo cómo se llamaba cada uno de ellos. De hecho, ese se convirtió en el juego secreto favorito de Hoseok: preguntarle a Yoongi Hyung cómo se llamaba cada uno de esos dinosaurios, a pesar de ya saberse los nombres de memoria. Sólo lo hacía porque la voz de hyung le parecía muy bonita. Sobre todo, cuando hacía esa mueca acompañada de un largo suspiro mientras decía: "¿otra vez? Pero si ayer te dije... olvídalo" y comenzaba a repetir los nombres de todos sus dinosaurios.

A veces cuando la cara de Yoongi se mostraba enojada, Hoseok no podía aguantar sus ganas de llorar de saber que a su hyung no le gustaba que Hoseok tocara sus juguetes con las manos llenas de mermelada. Tampoco le gustaba que tomara sus lápices de colores y los dejara sin punta, cosa que sucedía muy a menudo porque Hoseok aún no sabía apoyar muy bien el lápiz en el papel. Pero siempre después de soltar unas lágrimas, Yoongi tomaba amablemente la mano de Hoseok, envolviendo su puño, y lo ayudaba a dibujar bien.

Para que Yoongi dejara de estar molesto con él, Hoseok le decía que su piel parecía de leche, porque la leche era lo que más le gustaba a Hoseok. Aunque a Yoongi no siempre parecía agradarle que le dijera eso, y Hoseok tendría que buscar una nueva forma de hacerlo reír.

Hoseok se había aferrado al pantalón de su hyung. Él quería ir con él al jardín de niños, pero su mamá le había explicado que él aún era muy chiquito y que no podía estar ahí.

Cuando, por fin, su mamá lo llevó al jardín de niños, Hoseok corrió hacia el interior de ese lugar que siempre había querido conocer. Ese lugar en donde su hyung pasaba toda la mañana en vez de jugar con él, pero Yoongi no estaba. Tal vez debió poner más atención cuando su mamá intentó explicarle que Yoongi iría a otra escuela con niños de su edad.

Hoseok se sintió mucho mejor cuando su mamá le contó que pasaría la tarde en casa de los Min, ya que ella tendría que trabajar y su horario no se ajustaba del todo al de la escuela de Hoseok.
Por las tardes, estaba feliz de contarle a Yoongi todo lo que hacía en la escuela, lo que aprendía y lo que veía. Quería que hyung supiera absolutamente todo lo que le asombraba, le molestaba y le asustaba. Hyung sólo asentía y ponía aquella cara dulce con una media sonrisa dibujada, casi imperceptible para cualquiera, pero no para Hoseok porque él lo conocía mejor que nadie.

Hoseok siempre estaba alegre. La gente decía que era muy adorable y rápidamente niñas y niños le rodeaban para jugar con él. Era muy fácil hacer nuevos amigos, aunque, en el fondo, lo único que quería Hoseok era salir de clases para ir a ver a su hyung. Con hyung podía ser alegre, travieso, mimado y a veces un poco caprichoso porque sabía que Yoongi no le negaría nada.

Fue justamente un día que su madre lo recogía del colegio cuando al pasar por un parque de regreso a casa Hoseok vio algo que no comprendió al momento, pero que después interpretó a su manera: su mamá le explicó que esos niños grandes se estaban besando porque se querían mucho y era la forma de demostrarse que se gustaban. También había dicho que por eso sonreían tanto.

Entonces cuando algo te gusta, ¿lo besas? Tal vez Hoseok lo había estado haciendo mal hasta ahora. Quizá decirle a hyung que su piel era muy blanca no era la forma correcta de decirle que le gustaba tanto como la leche que su madre le servía todas las mañanas antes de irse a la escuela. Así que, reuniendo todas sus fuerzas y después de días de practicar con el dinosaurio que Yoongi le había regalado en su cumpleaños pasado, decidió contarle lo que su mamá le había explicado aquel día, esperando que Yoongi comprendiera lo que quería decirle. Simplemente dejó que las palabras resbalaran de su boca y un "hyung, ¿nos besamos?" fue el resultado de ese arduo entrenamiento.

Tal vez Yoongi hyung no lo escuchó claramente la primera vez que se lo dijo. Se había puesto algo tímido al hacerlo, aunque Hoseok no comprendía muy bien por qué. Hoseok lo dijo de nuevo, esta vez directo y sin rodeos, casi como una orden. Sin embargo, hyung se había negado diciendo que no lo besaría porque sólo eran amigos.

Hoseok no pudo evitar llorar sonoramente ante el rechazo de Yoongi. Pensó, entonces, que a hyung no le gustaba tanto Hoseok como la colección de dinosaurios que aún guardaba celosamente.

La mamá de Yoongi había entrado a la habitación exigiéndole a Yoongi que se disculpara con Hoseok por hacerlo llorar. También lo había amenazado con castigarlo si volvía a hacerlo. Quizá no era el método más correcto para conseguirlo, pero en cuanto la señora Min salió nuevamente del cuarto, Hoseok le pidió nuevamente a Yoongi que lo besara. Ahí estaba de nuevo: aquel gesto que hacía cuando le pedía que le dijera los nombres de todos sus dinosaurios cuando eran más pequeños. Yoongi rodó los ojos, suspiró largo y sonoro y después juntó sus labios con los de Hoseok.

A hyung parecía no haberle gustado aquello porque se encontraba limpiando su boca con la manga de su camiseta, pero el "gracias, hyung" que Hoseok le dijo poco después causó el mismo efecto que ya conocía de memoria y que adoraba: la cara dulce con la media sonrisa casi imperceptible dibujada.

Hoseok amaba aquella cara que Yoongi hacía. Por eso, no había día en que no le pidiera a hyung que lo besara. Con el tiempo, el levantar sus labios en forma de piquito era suficiente para que hyung comprendiera lo que Hoseok quería, y siempre lo obtenía. Así pasaban los días entre juegos y risas y su "hyung, ¿nos besamos?" estaba presente en cada oportunidad. No dejaría de hacer aquello hasta conseguir que Yoongi no gruñera cuando se lo pedía. Incluso, tal vez, aun después de lograrlo.

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Annyeong!

Aquí yo publicando el primer capítulo de Hyung, bésame 2 (se toca entre sí los índices).

Espero que les guste este primer capítulo y todos los que siguen. ¿Ya les había mencionado que lo hice con mucho amor?

Escribir y publicar es más difícil de lo que pensé >_<
Cada detalle es muy importante y aún así suele haber errores, disculpen si encuentran alguno.

Están en su derecho de comentar lo que gusten, por eso amo esta plataforma, sólo quiero pedir respeto a la autora original, por favor no escriban comentarios que puedan ser ofensivos hacia ella o su obra, ha sido como un ángel para mi.

Bueno, es todo por ahora (se sonroja). Mañana tendrán el siguiente capítulo. Cuéntenme si pueden el qué les pareció.

Me voy, cuídense muchito y no olviden el gel y el cubrebocas.

Hyung, Bésame 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora