IV

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NamJoon sacudió la cabeza ante la visión de SeokJin frente a él, con el maquillaje corrido y la ropa desaliñada. Tenía los ojos brillantes de una forma enfermiza, y los moretones resaltaban en su cuello esculpido como en mármol. 

Jin, estás herido... ¿Quién...? 

—Joonie— repitió este, alzando las llaves de la motocicleta hacia él. La moto que a duras penas SeokJin había conseguido mantener.—Por favor. ¿Una vuelta? 

Hyung...

Solo una— dio un paso hacia adelante, y NamJoon no logró entenderlo.

No entendía por qué no podía parecer encajar las piezas rotas de SeokJin aunque las tuviera en sus manos. 

Suspiró, apretando los labios y mojándolos de la sangre que salía de la herida en su encía. 

Alzó una mano y agarró las llaves. 

¿A dónde quieres ir, bebé? 

SeokJin sonrió, y NamJoon no vio la lágrima que escapó en aquella acción. 

—A donde tú quieras. Si quieres llevarme a lo alto, hazlo, también. 

NamJoon lo tomó como simple coquetería. 

Tiempo después se dio cuenta de que SeokJin no necesitó nunca quitarse la ropa para estar completamente desnudo ante NamJoon. 

Solo que él nunca se había detenido a observarlo. 



NamJoon no supo cuanto tiempo estuvo parado en el camerino esperando, pero no lo sintió realmente, puesto que se concentraba en cuanto podía en la sedosa voz de TaeHyung y JungKook en el escenario. Hacía tanto que no escuchaba música de esa forma, apreciando el sonido y la letra, dejándose llevar por ella.  

Al final de una canción particularmente lenta y casi sensual, la puerta de madera del camerino se abrió para dar paso a dos personas. 

YoonGi se levantó del asiento en el que se había dormido—a lo cual NamJoon se prometió no decir nada al respecto— y se adelantó a él. 

—¿Hyung? ¿Qué...?— la mirada del primero de la fila se enfocó en NamJoon, y este atinó a sonreír cuando el chico abrió los ojos como platos.—¡NamJoon! 

—HoSeok— saludó, y este corrió a abrazarlo tan efusivo que el más alto soltó un quejido sin pensar. 

Le palmeó la espalda con cariño, y vio a JungKook sonreír de oreja a oreja por detrás de ambos. TaeHyung aún no entraba. 

—Hyung ¡qué bueno verte!

HoSeok se separó de él, y JungKook lo imitó, sin dejar caer su sonrisa característica. 

NamJoon cayó en cuenta allí de cuanto los había extrañado de verdad. 

—¿Dónde está TaeHyung?— preguntó YoonGi entonces, mirando a HoSeok. Este frunció el ceño.

—Ya debería entrar pronto...—

En ese momento, TaeHyung entró, con el rostro serio y una presencia imponente que no recordaba había tenido cuando era un mocoso que intentaba ser rudo y sobreprotegía a SeokJin. 

Tal vez... Este TaeHyung sí le intimidaba. 

—Tae...— susurró NamJoon cuando este se paró abruptamente en frente de ellos, el ceño fruncido. 

No parecía sorprendido en lo más mínimo ni feliz de verlo. 

—NamJoon— dijo lento, el tono frío y hostil. 

Die for me〖NamJin〗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora