Mi esposo tonto no se quiere divorciar.

13_ ¡Mira esta olla!

Los chefs, al ver que el Príncipe consorte había entrado de nuevo en la cocina, se miraron sin decir ni una palabra y se quedaron atrás.

La última vez el Príncipe consorte los ahuyentó a todos, así que no tenían idea de lo que había hecho en la cocina. Al final el mayordomo salió con la panza redonda y le preguntaron por ello... todavía recordaban la comprensiva mirada que les había dado.

Mayordomo -Este anciano no intenta insinuar nada, pero ustedes tienen suerte de que el príncipe heredero no esté. De lo contrario, podrían ser el último grupo de chefs en ser reemplazado.

Entonces, cuando vieron al Príncipe consorte entrar de nuevo a la cocina, tuvieron sentimientos encontrados. Por un lado, querían ver cómo era la cocina del reino Chu que había hecho que el mayordomo dijera esas palabras, y al mismo tiempo podrían aprender la receta en secreto. Por otro lado, estaban en contra de la presencia del Príncipe consorte en la cocina, ya que el trabajo en la residencia del príncipe heredero era bien pagado, no querían perder su trabajo.

Yan Ke, naturalmente, no esperaba que sus acciones provocaran una ola en los corazones del personal de la cocina.

Rápidamente lavó las verduras y luego las cortó. Los detalles de los platos estaban bien hechos, donde quiera que se requería el tallado, el no lo omitiría solo porque la gente del pasado no lo supiera apreciar. (1)

Al servir los platos, tenía la costumbre de hacerlo de forma muy exquisita, aunque no fuera necesario. En ese tiempo no había "comida para llevar" y probablemente nadie enviaría comida a pie una distancia tan larga. Así que probablemente, el mensajero tendrá que montar a caballo y tomará un día entero de viaje en un camino lleno de baches.

Yan Ke pensó que mientras no se derramara nada, estaría lo suficientemente agradecido. Así que no se preocupará por la apariencia de su comida después de un viaje lleno de baches.

Aunque no le importaba la apariencia final, se abstuvo de hacer sopa o comida pastosa por consideración a ese príncipe heredero de mal genio.

Al ver cocinar a Yan Ke, ya sea por el condimento o la fuerza del fuego, te percatarías de que todo se hizo a la perfección. Pronto el olor de la comida se esparció por la cocina y todos tragaron saliva al mismo tiempo.

Después de terminar el último plato, las costillas de cerdo estofadas, Yan Ke había preparado lo suficiente como para completar un festín que consistía en comida china y manchú.(2) Al ver a los mensajeros mirando la mesa llena de platos con desesperación, Yan Ke se dio cuenta de que había un problema.

Yan Ke -Si no pueden llevar tantos platos, elijan los mejores y envíenlos.

Solo estaba preparando los platos por diversión, por eso hizo tanta comida. A excepción de la última vez que preparó algunos postres para él, no había estado en la cocina durante mucho tiempo. Tan pronto como comenzó a cocinar, se olvidó de que todos los platos tendrían que ser enviados al Príncipe Heredero, que estaba en la frontera. Estos platos deberán llevarse a toda velocidad a caballo en un viaje sin descanso.

Los pocos mensajeros apresuradamente sacudieron sus manos y respondieron al unísono: -¡Podemos llevarlo, podemos llevarlo!

El mayordomo envió a algunas personas afuera a buscar papel encerado para envolver comida. Cuando regresaron, Yan Ke envolvió cuidadosamente cada plato y lo puso en una caja de madera. Luego agregó varias capas de bloques de madera junto a cada plato para evitar que se movieran, capa por capa, repitió esto para cada plato. Cuando terminó, aplaudió con ojos brillantes. (2)

Suspiró con emoción en su corazón: ¡Soy tan capaz!

El mayordomo, al ver que Yan Ke había hecho tantos platos, pensó que probablemente estaba cansado, por lo que le pidió que descansara. Mientras tanto, ordenó que las cajas se colocaran cuidadosamente en el lomo del caballo.