El primer café

Prologó

Arlette

Odio los lunes

Y se preguntaran ¿Por qué odias los lunes?, bueno la primera razón es que siempre el destino se pone en mi contra ese día y termino en situaciones que ni yo misma comprendo, por ejemplo, el lunes pasado termine llena de lodo, debajo de la lluvia y sin zapatos, pero esa ya es otra historia.

Hoy mi día había comenzado normal, me desperté a las ocho de la mañana, me bañe, peine, lave los dientes, desayune y fui a clases. Mi día empeoro cuando tuve un examen sorpresa sobre historia de la literatura, en el que estoy segura reprobé.

Cuando terminé mis clases fui a comer a la cafetería y a encontrarme con mis mejores amigos desde que tengo memoria, Emma y Dante.

Cuando paso las puertas de la cafetería escucho la inconfundible voz de mi mejor amiga.

-Stella- Volteo hacia el origen de la voz y ahí los veo sentados en una mesa, me acerco hacia ellos- Que bueno que llegas, ¿quieres ir a mi casa esta noche?, haremos pijamada los 3.

- Claro, ¿Llevo papas o refrescos? - Conteste.

-Papas, yo ya compré refrescos.

-De acuerdo, ¿Dante tu ira? -Pregunta ya que no había hablado.

-Nop, yo tengo planes con Lucía. -Dijo el con una gran sonrisa.

- ¿Qué paso con Marco? -Pregunte extrañada ya que hace dos días estaba muy ilusionado con él.

-No lo sé, dejo de contestar mis llamadas, me ignora los mensajes, y me evita en los pasillos, así que voy a dejar de insistir, él se lo pierde. -Dijo cabizbajo, pero se recompuso rápido y me mostro una sonrisa que no llego a sus ojos.

Nota mental, hablar con el luego

Gracias consciencia

De nada, para eso estamos

-Bueno chicos, los veo más tarde, tengo que ir a casa a recoger algunas cosas, adiós.

Me puse de pie y comencé a caminar a la salida, iba sin prestar atención por lo que me sorprendí cuando me choque contra alguien, en el proceso le derrame su jugo sobre mi camisa, al levantar mi vista me sorprendí, me choque contra un dios, era mucho más alto que yo, eso es decir mucho ya que mido 1.75, piel clara, pelo largo hasta las orejas, ondulado, café claro, ojos verdes oscuro, mandíbula marcada, y por lo que pude sentir tenía otras cosas marcadas.

Amor de mi vida

Concuerdo contigo, consciencia.

-Cuidado por donde caminas. -Me dijo y se separó bruscamente, sacándome de mi estado de ensoñación. -Derramaste mi café idiota.

-Lo siento, no fue mi intención, no iba atenta, lo siento. - Le dije, en ese momento levanto la vista y me miro a los ojos, vi sorpresa por un momento en su mirada, pero cambio rápidamente por enojo.

-Sí, pues tú lo siento no va a comprarme un café nuevo. - Dijo bruscamente.

Idiota

También lo pensé

-De acuerdo, creo que deberías tranquilizarte. - Le dijo uno de sus amigos que venían con él, en ese momento me di cuenta de la presencia de cuatro personas más, dos hombres y dos mujeres.

Bisexualidad activada

Dios, es que vienen todos del olimpo.

Los hombres también eran altos, no tanto como él, les calculo 1.80 y 1.85, mandíbulas marcadas, uno era afroamericano, rapado, los ojos tenían heterocroma, uno azul más claros que jamás allá visto y el otro marrón, él otro chico tiene ojos miel, piel clara, pelo café claro corto, pestañas larguísimas y lunares por la cara.

Las mujeres eran más bajas que yo, les calculaba 1.50 y 1.65, la más baja, tenía unas curvas de infarto, ojos azules y pestañas y cejas perfectas su cabello lacio dorado y era largo hasta la cintura, mientras que la otra era pelirroja, con pecas, ojos verdes, una cintura reloj de arena y unas caderas de envidia.

Cuando termine de analizar la situación y a todo el grupo de amigos, le conteste.

-Primero, deberías hacerle caso a tu amigo, tranquilízate, fue un accidente y ya te pedí perdón. - Me iba a interrumpir, pero no lo deje. - Segundo, si tanto te cuesta comprarte un café, toma y cómprate otro. - Le sujete la mano y le deje el dinero necesario. - Y tercero, no sé qué te izo enojar, pero los demás no tienen la culpa, adiós.

Lo dejé pasmado, y salí de la cafetería segura de mi misma y con la espalda recta.