Capítulo 2

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Querida Anna:

Hoy fue la reunión con el director del instituto que te conté el otro día. Siento que no me fue para nada bien. Apenas llegué, la secretaria me pidió que me siente en la silla frente al escritorio de la dirección. Estuve un rato esperando junto con mis padres hasta que llegó. Les pidió a mamá y papá que esperen afuera así podíamos charlar tranquilos. Tenía una apariencia con un aire superior, vestía una camisa blanca debajo de un traje gris perfectamente planchado y una corbata también gris perfectamente colocada sobre su cuello.

—Así que Hannah, ¿por qué decidiste cambiarte de escuela? —preguntó mientras se sentaba en su silla, más bien una especie de trono.

—Mhh... No me gustan las autoridades, y ese colegio es muy autoritario. Además, no me llevo muy bien con mis compañeros.

—¿Ah no? —alzó las cejas sorprendido —¿Y por qué?

No sabía si se refería sobre que no me gustan las autoridades o sobre que no me llevo bien con mis compañeros, pero sinceramente quería acabar con esta conversación lo más rápido posible, así que tomé por hecho que hacía referencia a lo de mis compañeros.

—Soy... algo distinta a ellos —le contesté mientras hacía rulos con mi cabello.

—¿A qué te refieres con eso?

—Digamos que no me gustan las mismas cosas que a ellos. Ellos solo quieren sexo, drogas y alcohol, y yo solo quiero libros, películas y música. —claramente no soy consciente que estoy hablando con el director de un instituto bastante importante, por lo cual le hablo como si fuera de esas personas que te encuentras por la calle.

—Ajá... —mientras reflexionaba sobre mis palabras posó sus codos en el apoyabrazos de su silla, juntando sus manos haciendo una especie de la típica del Sr. Burns de The Simpsons. —¿Y por qué creés que eso es así?

—No lo sé... ¿Nunca te pasó que sientes que aquí no encajas? —no solo que le hablaba como si fuera una persona X, sino que ni siquiera lo trataba de "usted". Y me parece perfecto.

—¿Aquí donde? ¿En mi trabajo? —no sé si este señor es idiota o solo se hacía.

—No, en la vida. —hablé tan bajo que me sorprendió que me haya escuchado.

—Mhh... Buena pregunta. Pero no. Si todos estamos aquí es por algo, todos pertenecemos y encajamos al lugar en el que vivimos. —rodeé los ojos. Claramente es idiota porque nació así. O tal vez nació normal, pero se calló de la cuna. 

—Bueno, a mi si. —exclamé con un tono desafiante. —Los seres humanos me aburren, son comunes y corrientes, no tienen nada que los hagan especiales. No digo que yo no sea así, porque por desgracia también soy un ser humano.

—Ajá... —nuevamente estaba posando como el Sr. Burns. — ¿Y por qué decidiste elegir este instituto?

—De hecho yo no lo elegí, mis padres me dijeron que esta podría ser una buena opción. Me da lo mismo cualquier escuela, al fin y al cabo todas son iguales, lo único que quiero es alejarme de la mía actual.

—Ajá...—la próxima vez que diga "ajá" voy a tener que contener mis ganas de pegarle una patada que nunca olvidaría. —Bien, terminamos. En uno o dos días te enviaremos una carta del departamento de directivos del edificio. Hasta luego.

Me levanté sin saludar y apenas salí me arrepentí completamente de no haberle contestado al menos un "hasta luego". Mis padres insistían en que les cuente cómo me fue, qué me dijo, qué le contesté yo, y mil preguntas más que mi cabeza no tenía ganas de procesar. Estaba muy cansada y no tenía ganas de contarles lo descortés que fui y los malos modales que tuve al hablar, así que llegué a casa y fui directo a dormir la siesta. Hice todo mal en la reunión, así que dudo que pueda ingresar. 

Cruzá los dedos por mi.

Con amor, Hannah.

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