Jung Hoseok cree fervientemente no encajar con las normas de la sociedad, ya que es un joven omega que sueña con ser más que un buen esposo para un alfa.
Quiere demostrar que los omegas también son fuertes, a pesar de tener solo diecisiete años.
E...
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El rechazo de su madre dolió más de lo que había imaginado. Durante el tiempo en que ella lo hostigó para conseguir un alfa, Hoseok deseó tanto apartarse e irse lejos de ella, huir fuera de sus expectativas y deseos para librarse de un posible emparejamiento forzado. Pero ahora que ella no le dirigía ni una sola mirada y pasaba de su existencia como si fuera invisible, sentía que el pecho le dolía por lo mucho que la extrañaba.
Dolía por lo mucho que deseaba ser aceptado.
Aun así tenía a su padre y a su hermana, pero no era lo mismo. Se sentía un vacío enorme en la mesa desde que la señora Jung decidió dejar de almorzar con ellos, también era raro pasar el día sin tener el parloteo de su madre irrumpiendo su habitación o siquiera sentir la mirada de ella encima la mayor parte del día.
Notaba el cambio, sentía la ausencia y le dolía recordar que aquello era su culpa.
Toda su vida parecía ir en picada, cada vez decayendo más y más en cada maldito ámbito existente y a veces, cuando la soledad le apretaba el pecho, pensaba que quizás era su culpa por no ser un omega normal.
Y el dolor aumentaba al pensar que quizás Yoongi podría haberse dado cuenta de aquel error y por lo tanto había decidido alejarse de Hoseok y su anormalidad.
"Hyung, no llores" la voz preocupada de Jungkook golpeó sus oídos sacándolo de sus pensamientos abruptamente.
Hoseok parpadeo desorientado un par de veces, totalmente confundido por las palabras del alfa, hasta que sintió la humedad que recorrían la piel tersa de sus mejillas. Oh, había comenzado a llorar sin darse cuenta y a mitad de la maldita cafetería, genial.
Rápidamente apartó las lágrimas de su rostro con la yema de sus dedos, su ceño frunciendose al notar como varios alumnos que estaban en la cafetería se le habían quedado viendo fijamente ante su inesperado llanto.
"¿Estás bien?" murmuro Namjoon por lo bajo, viéndole con clara preocupación en cada una de sus facciones.
El pelirrojo simplemente asintió, agachando la mirada y tratando de disimular el temblor de sus manos al juguetear su almuerzo con los palillos. Ni Jungkook ni Namjoon le insistieron con el tema, en cambio, trataron de distraerlo con conversaciones variadas y aunque Hoseok les sonreía de vez en cuando, su mirada seguía apagada y decaída.
No importaba cuanto lo intentasen, no lograban sanar el dolor en el corazón de Hoseok.
Así que la pareja suspiró vencida cuando el timbre sonó anunciando el final del receso y se dieron cuenta que no pudieron sacarle ni una sola sonrisa sincera al pelirrojo, así que lo dejaron ir con decepción y se prometieron intentarlo de nuevo al día siguiente.
Por su parte, Hoseok caminó por los pasillos con la mirada gacha, decidiendo esquivar la dirección a su aula de clases y en cambio desviándose hacia las escaleras que llevan a la azotea del edificio.
