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-Te amo.
Eso no dejaba de repetirse en mi cabeza, como un bucle interminable.
¿Me amaba? ¿De una manera más allá de la que he conocido?
Las dudas no dejan de embargar mi cabeza.
Nunca he amado a alguien, solo a mi madre, pero de manera diferente, obviamente.
Taehyung dijo que el amor se presenta de maneras distintas. No es el mismo para la familia, los amigos y las parejas. Que este existe en las acciones más pequeñas, incluso a las que les restamos importancia. Puede ser un sentimiento confuso, o comenzar como un cariño amistoso. Pero si se transforma en algo más o no, depende totalmente de los involucrados.
En nuestro caso, pasó de cariño a amor, en cantidades pequeñas. Sin saberlo, sentíamos más de lo que creíamos.
-¿Y... vas a decir algo? Te quedaste muy callado. ¿Fue mala idea decirlo? -Pude ver como la angustia lo comenzaba a embargar.
-No, no. Es solo que, no sé exactamente qué decir. O tal vez sí, pero no puedo formularlo.
-Ese fuí yo tratando de encontrar las palabras correctas, también. Creo que, al ser la primera vez que experimentamos algo como esto, se nos hace complicado expresarlo.
-Estoy de acuerdo con eso.- reí un poco -Pero estoy seguro que, el sentimiento es mutuo. Sin saberlo, la gratitud y el cariño cambiaron a algo más fuerte y desconocido para mí. Has sido increíble conmigo, y no pude evitar sentir todo esto porque eres malditamente encantador hasta bebiendo agua.
Su rostro se sonrojó un poco, volteando a ver el piso para ocultarlo.
-No sabía que todo esto pasaría al traerte a casa, pero estoy seguro de que hice lo correcto. Más allá de traer a un compañero, un amigo; traje a la persona que le dio color a mi vida vacía y monótona. Que, en unos meses, ya había logrado robarse toda mi atención y suspiros con su adorable y cambiante actitud. Así que debo agradecerte por quedarte a mi lado todo este tiempo y sacarme de mi escondite.
Demasiado amor.
-Bueno, menos mal pensé en volver a la cueva del lobo. Volví a mi hogar, al lado de la persona que cambió mi vida y me dio mil oportunidades nuevas para crecer.
Namjoon no podía dejar de sonreír; amaba ver como la pura alegría se apoderaba de él.
Se puso de pie y me tendió la mano, invitándome a copiar su acción.
Me llevó a la sala de estar, justo al medio de esta. Tomó algo de su bolsillo; una pequeña caja negra.
-Esto es algo que compré hace un tiempo, sin imaginar que este momento realmente llegaría. Fue un impulso porque creí que era algo lindo, y pensé en ti cuando lo vi.
Abrió la caja, dejando ver el contenido. Era un par de anillos color plata.
-Esto es algo que suele llamarse "anillos de pareja". Creo que se explica solo, pero, igual quiero hacerlo de la manera correcta. ¿Quisieras estar conmigo siempre, siendo mi pareja?
Pude sentir como toda mi sangre se iba directo a mi rostro. Pero una felicidad enorme se apoderó de mí, dejando salir una pequeña lágrima.
-Sí quiero. -Fue lo que logré decir, sonriendo.
Tomó uno de los anillos y lo colocó en mi dedo anular, para luego hacer lo mismo con el suyo.
No pude evitar abrazarlo con fuerza, demostrando toda la felicidad que sentía recorriendo mi cuerpo.
-¿Sabes? Aún no lo he dicho, y sé que es obvio, pero... Te amo. - Susurré, sintiendo como mi cara se enrojecía.
Se separó un poco del abrazo, solo para poder verme a los ojos. O más bien, intentar que yo lo viese. Me sentía nervioso, tanto que no podía verlo a los ojos y lo evadía por completo.
-Mírame, Yoon. - Tomó con delicadeza mi rostro entre sus manos, y no tuve más opción que verlo. -Dilo de nuevo. - Acariciaba mis mejillas con sus dedos, animándome a repetir la frase.
-Yo... Te amo.
Sonrió en grande, sus hoyuelos marcándose hermosamente. Se acercó de a poco a mi rostro, dejando que su nariz tocara la mía. Cerré mis ojos, porque su mirada me hacía sentir que mi corazón iba a explotar.
-Te amo más. - Fue lo último que dijo antes de posar con suavidad sus labios sobre los míos.
Era mi primer beso.
Y no podía ser mejor.
Correspondí a este lentamente, dejando que todos mis sentimientos fluyeran.
Nos separamos un poco y nos miramos sin decir palabra alguna.
No era necesario expresar todo en palabras, cuando podíamos verlo en el brillo de nuestras miradas.
"La curiosidad mata al gato", solía advertirme mi madre. En este caso, en forma de lobo.
Me trae recuerdos del típico ejemplo de aquel lobo que intentó comerse a la niñita indefensa e inocente en el bosque. Siendo el lobo la figura del mal disfrazado para acabar con nosotros y aprovecharse de nuestra ingenuidad.
Y es irónico, porque esa curiosidad me trajo a la puerta del que sería mi hogar, a los brazos de aquel hermoso extraño que me salvaría y me mantendría a su lado.
A la persona que, sin saberlo, despertó emociones nuevas en mí, y me dio todo lo que necesitaba sin esperar algo a cambio.l Que me protegería sin importar qué, y me amaría hasta el fin de nuestros días.
El cuento había fallado esta vez, porque el "temible" lobo no me había matado...
El lobo me había salvado.
F I N
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ES EL FINAAAAAAAL TWT
Pero aún hay un epílogo, de pura suerte.
Muchas gracias a todas las personas que me leyeron, en serio les agradezco. ❤💕❣
