Siempre Mía, Princesa - Riku x Towa -

~ Capítulo 7 ~

"La declaración de Riku"

Sesshomaru, Moroha y Setsuna peleaban contra tres demonios sirvientes de Kirinmaru. Estos eran nada más y nada menos que los cuatro peligros, pero ya no eran cuatro sino tres pues Riku asesinó a Totetsu la noche que interrumpió su cita con Towa, la misma en la que se declaró.

Flashback:

Hace cuatro meses...

Una joven peliblanca se encontraba a orillas del río haciendo un picnic. Hace solo 3 días ella y Riku se habían encontrado y él la invitó respetuosamente a salir hoy en la noche, aquello fue algo inesperado para Towa quien se mostró muy sorprendida cuando se lo pidió, puesto a que estarían teniendo su primera cita, una reunión que hacen los enamorados con fines románticos.

Decidió sacar esa absurda idea de su cabeza, un joven como Riku jamás se fijaría en ella...él podría pensar en cualquier cosa menos en una chica extraña como ella. Claro que no estaba anhelando que eso sucediese, a veces el amor es tan difícil de entender... Riku le agradaba demasiado, es un chico tierno, educado y apuesto, pero jamás lo vio de otra forma que no sea amistosa, ¿O tal vez sí?.

Los sentimientos que crecían dentro de ella eran tan confusos, nunca antes los había experimentado. Pero ahora todo había cambiado, sin darse cuenta él había ingresado a su corazón, provocando miles de sensaciones en su cuerpo como el aleteo de mariposas en su estómago y unos cuantos sonrojos que no pasaron desapercibidos ante la vista del joven pirata.

Mientras colocaba los alimentos sobre aquella manta blanca un joven hizo acto de presencia sorprendiéndola por detrás, cubriendo sus ojos con ambas manos para finalmente atraer con mucha delicadeza su esbelto cuerpo hacia el suyo. Esta acción hizo saltar a Towa de un susto, provocando que su ritmo cardíaco se acelerara, al notarlo se alejó de ella y vio directamente aquellos ojos color manzana que tanto deseaba volver a observar.

— Mil disculpas, señorita Towa. — Se mostró arrepentido Riku tomando suavemente de su mano para depositar un pequeño beso sobre el dorso de esta.

Aquel gesto solo la hizo sentirse avergonzada.

— Oh, descuida...soy tan débil y me asusto con cualquier cosa. — Respondió Towa bajando la mirada con un notorio rojo carmesí en sus mejillas.

— No es cierto. Usted es realmente fuerte, señorita... — Reconoció con firmeza el ojiverde, aún manteniendo entrelazada su mano con la de ella.

— Gracias... — Musitó en voz bajita Towa sintiendo un ligero apretón en su mano, aquellos dedos bronceados acariciaban los suyos con suma delicadeza.

Riku se acercó más a ella, tomándola del mentón y acercando lentamente sus rostros a la par.

— ¿Ri-riku... ? — Tembló ante la cercanía del joven que desordenaba sus pensamientos con solo verlo, entre ellos solo había una distancia de centímetros.

— Luces tan preciosa bajo la luz de la luna, princesa... — Halagó el pelirrojo viéndola directamente a los ojos, aquellos que reflejaban las pocas luciérnagas que habían en el lugar.

— Ante el cumplido no pudo evitar sentirse apenada — Eh-mm... Tú también te ves muy apuesto Riku... — Admitió Towa desviando la mirada para que él no notase lo nerviosa que estaba.

— Señorita Towa... — La tomó suavemente del mentón e hizo regresar su mirada hacia él — No sé lo que estoy haciendo...e-esto es tan complicado de decir porque nunca antes lo había sentido y se supone que soy una marioneta sin sentimientos, pero...cuando estoy con usted todo es tan diferente, tú lo haces diferente... — Confesó el ojiverde sintiéndose cada vez más atraído por ella, al verla su cuerpo experimentaba sensaciones extrañas que aún desconocía.