~ Capítulo 3 ~

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"El fruto de nuestro amor"


Después de caminar por mucho tiempo, finalmente habían llegado a la aldea.

Setsuna y Moroha dejaron a Towa en casa de Kaede, para luego marcharse dejándola en manos de la mayor. La peliblanca fue recibida con una sonrisa cálida por parte de la anciana quien estaba extrañada por el comportamiento de la menor.

Realmente le preocupaba mucho verla en ese estado, tan perdida en sus pensamientos... Sin más se atrevió a preguntar.

— Setsuna me comentó que no te sientes bien, dime... ¿Qué te sucede Towa? Estás actuando muy extraño. — Comentó preocupada Kaede sentándose a su costado para luego examinarla minuciosamente.

— Ella exagera demasiado, solo porque me dió un simple mareo piensa que estoy enferma... – Respondió Towa sin darle mucha importancia al asunto, rodando los ojos con pesadez.

— ¿Y no es así? — Preguntó una vez más la anciana de cabellera blanca. — Te veo algo pálida Towa, siento que me ocultas algo... — Agregó acercándose a ella para examinarla de más cerca.

— No hay nada que ocultar abuela Kaede, sólo fue un simple mareo, estoy segura que es un resfrío. Sí, eso... — Towa se inquietó al sentirse acorralada por la mujer, aún así decidió mantenerse firme con su respuesta, tampoco quería levantar sospechas.

— Un resfrío... — Murmuró Kaede pensativa. — Bien, probaré dándote de beber un brebaje de hierbas medicinales, te hará bien con los malestares. — Recetó la anciana aún no muy convencida, se puso de pie y tomó de un pequeño cesto algunas hierbas, mezclandolas con agua caliente y sirviendolas en un vaso de barro.

Towa trataba de soportar los intensos mareos, su mirada aún estaba perdida y su mente deambulaba en otra parte, al verla en ese estado Kaede no pudo evitar sentirse preocupada por ella.

— Towa... Towa... ¡Towa! — La anciana intentó llamar su atención pero nada hacía que vuelva a la realidad.

La joven seguía sin dar respuesta.

— ¡Towa! ¡Towa! — Volvió a llamar la anciana esta vez levantando más el tono de su voz y sacudiendo levemente sus hombros. Finalmente obtuvo su atención.

— ¿Eh?, ¿Me llamaba?, ¿Qué sucede? — Towa despertó de su trance, sacudiendo la cabeza y parpadeando varias veces los ojos, para después ver extrañada a la anciana.

— No es una simple gripe... te veo muy mal Towa, me preocupa mucho tu estado. — Obviamente Kaede no se creyó el cuento que había inventado la adolescente y no se quedaría tranquila hasta averiguar la verdad. Después de todo ella misma prometió a Rin cuidar de sus hijas, debía cumplir su parte.

— No... Ya me siento un poco bien, sólo me tomaré este brebaje y verá que me sentiré mucho mejor. — Titubeó nerviosa Towa, mientras era intimidada por la mirada de Kaede.

La anciana dejó el brebaje en sus manos, Towa lo acercó a sus labios lentamente e inclinó el vaso dejando salir de su interior una sustancia verdosa mezcla de hierbas medicinales,  no pudo continuar pues al ser una hanyou su sentido del olfato estaba activo y aquel olor nauseabundo no pasó desapercibido, alejó el vaso de sus labios y lo dejó reposando sobre la madera.

El olor de las hierbas mezcladas provocó muchas náuseas en la joven quien alejó bruscamente el vaso. Después de ello cubrió sus labios con ambas manos y corrió hacia la entrada de aquella cabaña, abriéndola exitosamente, pero no logró salir a tiempo pues sus ganas de volver el estómago fueron muchas, no aguantó más y se arrodilló frente a la puerta donde apoyó ambas manos sobre el suelo de madera y agachó la cabeza, dió arcadas leves y expulsó el poco contenido que había en su estómago.

Siempre Mía, Princesa - Riku x Towa -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora