Más que dos verdades | Haikyuu AU

Capitulo 3

— ¿Me estás diciendo que tengo que hacer todo el trabajo? — se queja Kaiya a mi lado en voz baja.

— Pues gran parte pero ¿quién mejor que tú para hablar con él sobre el plan? — responde Shiori con lo que parece una ligera irritación en su voz.

— La verdad no sé Kaiya pero creo que se vería mucho menos sospechoso que te acercaras a hablar de un capitán a otro como "colegas" a que alguna de nosotras finja que tiene algo de que hablarle a Daichi. — Mizuki interrumpe a ambas chicas tratando de decidir cómo íbamos a pedir la ayuda en algo tan incómodo cómo poner celoso a su mejor amigo y no faltó su aporte sarcástico a la situación.

— Veo que no tengo mucha opinión en esto pero solo les pido que traten de no ser obvias y bajen la voz, parece que estuvieran planeando un ataque al pentágono con tanta complejidad. — la mayoría de mis amigas hacen parte del equipo de volleyball femenino y nos encontramos sentadas en el piso mientras realizamos los estiramientos iniciales, bueno ellas realizan estiramientos mientras Nami y yo estamos cómodamente tiradas al lado.

— Porqué se complican tanto? — alcanzo a escuchar por parte de Rin.

— Porque son tontas y andan pensando en estupideces cuando Kari puede solo ser directa con Sugawara. — Sora, la líbero del equipo de los rizos, cansada de escuchar de mis problemas amorosos.

— Bien bien yo me encargo, pero las quiero ver dar diez vueltas al gimnasio mientras vuelvo. — Kaiya se levanta con una pequeña mirada de victoria al enfatizar en el trato de las diez vueltas, de todas formas es la capitana y ayuda a dirigir el entrenamiento a parte del entrenador pero la cantidad de vueltas fue ciertamente una venganza por su parte.

Mientras veo a Kaiya caminar con un aire de capitana hacia el lado donde entrenan los hombres la sigo disimuladamente por detrás, pues bien no es raro que la manager del equipo masculino se acerque a su entrenamiento. Mientras doy pasos lentos y un poco tensos a la expectativa de la colaboración de Daichi miro alrededor del gimnasio para distraerme y detallo los metros de altura del techo y el nivel de brillo de cada lámpara que está sobre nuestras cabezas.

— Hola Kari! — dice una voz a mi lado — no sabía que hacer competencias de miradas con las lámparas eran actividades que haces mientras entrenamos. — el tinte divertido de la voz me hace notar que Tanaka se encuentra a mi lado, mirándome mientras trata de disimular la burla hacia mí que es evidente en su sonrisa.

— Obviamente está perdida en su propio mundo, lo último que hace es concentrarse... — Otro de los chicos se acerca a mí desde atrás y puedo sentir un tono molesto en su voz, no se si debo tomarlo como una broma o fundamentar mi teoría de que a Kageyama no le caigo muy bien.

— Además es un imán de balones — se burla Tsukishima cuando llega por el otro lado.

De un momento a otro me encuentro rodeada por una pequeña parte del equipo y aunque ya les tengo confianza parte de mí prefiere mantener distancia para no morir entre sus peleas y chistes.

Estoy tan inmersa en mis pensamientos que no me doy cuenta que un chico bastante particular se acerca desde atrás y se acomoda a mi alrededor en un caluroso, y perfecto, abrazo. Inmediatamente tensiono mi cuerpo, sin embargo no dejo que se note porque conozco perfectamente a quien me está abrazando, no hay otros brazos en el mundo en los que me sienta igual de bien. Normalmente no me molestan los abrazos de Suga, no me incomodan y ciertamente me hacen feliz pero al tener este duelo sentimuntal particularmente hoy no puedo evitar que mil pensamientos recorran mi cabeza mientras su risa y sus brazos me rodean.

— Saben que no les permito molestar a mi enana tontos — es lo primero que escucho decir por parte de Suga y no puedo evitar abrir los ojos en sorpresa, mi enana. Claro me habia insultado pero ese no era el punto. Para mi suerte, el chico en el que tanto pensaba no podía verme mientras mis cachetea se enrojecían.