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¡Buenas! Acá yo, dejando el inicio de una nueva historia que no sé con qué periodicidad actualizaré, depende de ustedes (?). Esto es algo fuera de lo común si leyeron mis otras historias, así que a agarrarse...

Hago las advertencias pertinentes, el que avisa no traiciona:

- OMEGAVERSE, del más primitivo xD

- Violencia de todo tipo, sexual incluida en algún momento.

- Probablemente muerte de algún personaje.

- Salvajismo. Sí, sí...cada vez peor yo.

Si no te gusta algo de esto, te invito a salir de aquí y no seguir porque no me hago cargo de lesiones mentales (?)

Jujustu Kaisen y sus personajes no me pertenecen, son obra de Akutami Gege. Escribo sólo por diversión y porque soy una inmunda que no puede parar con el GoYuu.

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Prólogo

¿Quién hubiese pensado que la sociedad tal y como las personas la habían conocido hacía unos diez años atrás iba a cambiar de manera tan radical y catastrófica? Porque la transformación en las normas sociales, leyes y comportamientos de los individuos no sólo se había modificado drástica y absolutamente, sino que había sido en un período de tiempo tan corto que era casi imposible para cualquiera decir que aquello "no se veía venir".

Y en realidad, así había sido desde siempre sólo que el mundo había estado viviendo en un equilibrio tan precario durante tanto tiempo que todos se habían acostumbrado a la tensión constante, a esperar de un momento al otro que el hilo fino de la cordura se cortase finalmente y que todo se fuese a la mierda. Desde que la sociedad misma como la conocían era dominada por los Alfa siempre había sido la misma historia: Alfas con derechos superiores, privilegios que habían rayado siempre en la ilegalidad; Betas ocupando cargos inferiores pero sin ser menospreciados porque básicamente no representaban ni un interés ni una amenaza para los Alfa...

...y los Omega, siempre en el meollo de todos los problemas. Siempre habían sido escasos en su número, más aún los que tenían capacidad para concebir sin dificultades. Históricamente, los Alfa siempre habían decidido sobre su destino de forma legal o no y, pese a que existían normativas que debían protegerlos, la realidad como siempre dictaba mucho de la que estaba escrito en una legislación.

Aún así, todos estaban acostumbrados a aquel sistema que sabían tarde o temprano podía colapsar si algún tipo de guerra civil se declaraba desde alguna de las partes. Sin embargo, la cuestión que había cortado violentamente el hilo que mantenía la calma, la civilización y la coherencia no había sido provocada por ninguno de los géneros sino que los había afectado a todos, pero no por igual.

Una enfermedad aguda y rápidamente progresiva había comenzado a esparcirse a una velocidad inaudita desde los sectores más periféricos hacia las zonas más pudientes; el tiempo que había transcurrido desde que habían detectado el primer caso de aquel extraño y preocupante padecimiento hasta el anuncio de la primera muerte había sido tan corto que la alarma, obviamente, se había disparado en todos los flancos.

Porque aquella peste mortal provocaba sólo síntomas gripales en Alfas y Betas, pero resultaba letal en Omegas.

Tardaron semanas en aislar el germen en cuestión sólo para descubrir un virus de alta replicación asombrosamente resistente a cualquier medida de prevención, altamente contagioso y con una tasa de mortalidad que sólo parecía aumentar. Se tomaron medidas que incluso llegaban a ser extremas aislando a Omegas de cualquier contacto físico con conocidos, amistades e incluso miembros de sus propias familias...

...pero no hubo caso. La peste se expandió, las muertes aumentaron, el número ya de por sí bajo de Omegas descendió aún más de manera alarmante casi al punto de la extinción. Si la enfermedad hubiese continuado y no hubiesen descubierto una vacuna para al menos controlar las complicaciones más graves que afectaba a los Omegas probablemente éstos hubiesen desaparecido, en realidad no se sabía a ciencia cierta.

Lo cierto era que las cosas habían cambiado para mal. Siempre había habido una disputa abierta entre Alfas por los Omegas, sobre todo por aquellos más fértiles...pero lo que había acontecido luego de lo que denominaban "La peste Omega" no tenía nombre; los Omega que habían logrado vacunarse y sobrevivir prácticamente habían tenido que exiliarse, consumir drogas que opacaran sus feromonas o que directamente las suprimieran en forma permanente trayendo a su vez problemas de salud irreversibles; habían tenido que ocultarse al punto de temer salir a la calle o interactuar con otra persona que no fuese de su mismo género si no se hallaban comprometidos o casados, porque se había llegado ya al extremo de vender a cualquier Omega por cuantiosas sumas de dineros que antes hubiesen parecido completamente irrisorias, incluso cuando se sabía que ya se practicaba ilegalmente.

Por eso, cuando Itadori Yuuji perdió el conocimiento y lo recuperó supo que había sido víctima de un secuestro organizado por aquellas personas que lucraban de los Omegas.

Intentó respirar profundamente procurando que el aire llegara y llenara sus pulmones, más los nervios, la incertidumbre y la cosa que cubría su boca se lo impidieron; sólo podía respirar por sus fosas nasales y más que inspirar estaba hiperventilando. Tragó saliva y pese a que no podía hablar, un quejido de angustia escapó de su garganta cuando la ansiedad hizo que comenzaran a temblarle las extremidades al comprobar que tampoco podía mover los brazos, las manos atadas por delante de su cuerpo en torno a sus muñecas.

Tampoco podía caminar, sus tobillos firmemente asidos con una soga, cinta...no sabía qué era...porque tampoco podía ver nada.

Lo único que Yuuji podía experimentar eran dos sentidos: la audición, la cual no le brindaba mayor información porque aquel lugar era sumamente silencioso y la ausencia de cualquier sonido ya le generaba cierto zumbido en los oídos...

...y el tacto. Empeorando su estado de nerviosismo, se percató de que no sólo estaba en el suelo sino que también estaba desnudo, el frío de aquel lugar calándose hasta sus huesos.

Un largo camino a casa [GoYuu, HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora