El ORFANATO - (Aidan Gallagher)

°Chapter 3:the new guys...°

...

                                                        Jones:

—Hola—hable con sus miradas sobre mi— ¿Buen día?—respondí con una sonrisa en mi rostro

Comencé tratando de suavizar la próxima discusión.

De ante mano yo ya sabían porque su enojo. En nuestro grupo siempre hemos tenido reglas, o como yo las llamo "palabras estúpidas que solo nos hacen pensar demaciado sabiendo que nadie las cumplirá".

Una de esas reglas era que cada vez que llegaran nuevos—este día en especial— nos turnariamos entre los cinco idiotas que somos, para correr al comedor y apartar la mesa más alejada que existierá en este lugar.

No queríamos ser vistos, en la mayoría de los casos odiamos ser notados y en este tipo de situación si era posible ni saber de nuestra existencia. ¿Porque? Ciertas veces los directores o personas a cargo suelen llamar a personas alazar para "convivir" con los nuevos. Y a nadie le gustaba ser elegido. Sonara cruel ya que todos—literal—todos pasamos por eso.

Para mí mala suerte este día era mi turno y desgraciadamente lo olvide—me quede dormida—.  Ya todos en este lugar sabían esa jugada tan sucia, incluso llegaron a ver ciertas peleas por las ultimas mesas.

Al ser las últimas nadie las nota, nadie te pregunta, por obvias razones no formas parte de ese azar.

—¡¿Dónde diablos estabas T/n?!—exclamo el chico rizado que tenía enfrente

—Lo siento yo...— fui interrumpida por dicho amigo.

—¡No!, un "lo siento"— hace comillas con los dedos —No hara que consigamos los lugares más apartados— dijo tratando de regular su respiración

Muy en el fondo sabía que no se podía enojar, conmigo no.

—Ya basta Jack no importa, déjala.—
Comento un chico delgado.

Jack Grazer. Sin duda era mi mejor amigo. El al igual que yo tiene ya bastante tiempo estando aquí, con la diferencia que el llegó meses antes que yo. Su historia es triste de escuchar, se resume en que el vio como su padre apuñalaba y mataba a su madre eh hermano ante sus ojos y justo cuando se pudiese llamar que era su turno, tubo suerte ya que la policía llegó justo en dichoso tiempo.

Desgraciadamente nadie considerándose su "familia" quiso hacerce responsable del pequeño Grazer.

Cuando yo llegue a este lugar totalmente desecha, asustada y sin ganas incluso de comer, la unica persona que estubo para mí fue el. Sin conocerme, sin saber algo sobre mi pasado, incluso sin antes juzgarme por mi comportamiento, el me dió la mano llevada de una pequeña sonrisa, desde ese entonces hemos sido casi inseparables teniendo nos el unos al otro sin queja.

Así que no llegar antes y no aparta una mejor mesa, definitivamente no era motivo para un enfado mayor.

—No la defiendas, solo quedan do...—antes de terminar su frase vemos que un grupo de chicos ocupan esa última mesa—¡¡YA!! solo la peor mesa en el comedor— comienza a caminar con indignación ha aquella mesa pateando un par de sillas a su paso

—Hola TN, ¿cómo estás?— me pregunta aquel chico delgado

—Pues..