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—¿Estás seguro de que no quieres ir?

YoonGi asintió, haciéndose bolita en la cama, ocasionando que el corazón de Jungkook se estrujara al ver aquella escena. A él realmente le destrozaba ver a su bebé así.

—Esta bien, llámame si necesitas algo, cualquier cosa, ¿De acuerdo?

—Gracias.

Jungkook asintió antes de salir de la habitación.

YoonGi suspiro, hundiéndo la cabeza en su almohada en un intento por conciliar el sueño mientras pequeñas lágrimas caían por sus mejillas.

Extrañaba a Taehyung, podía sentir a su lobo aullar y sufrir por el Alfa que lo había reclamado como suyo hace un par de semanas, y ahora padre de su futuro cachorro.

Sabía que tenía que decirle, después de todo, también era suyo, y no podría ocultarlo por siempre, tarde o temprano su aroma lo delataria y su vientre crecería, dando a luz a un cachorrito, el cual crecería tiempo después hasta ser un bebé "normal", sin orejas, ni cola de cachorro de por medio.

YoonGi sonrió un poco, imaginando como sería un hijo suyo y de su Alfa, si es que este llegaba a lograrse, pues sabía lo difícil que podría llegar a ser con un lazo inestable, si, inestable, pues a pesar de haber sido marcado por Taehyung, estos habían sido separados inmediatamente, hiriendo a ambos lobos en el proceso.

—Por favor... vive—dijo YoonGi débilmente mientras acariciaba un poco su vientre, notando como este ya se encontraba ligeramente abultado.

YoonGi cerro sus ojos, tratando de dejar de pensar aunque sea solo un par de horas. Necesitaba descansar.

El timbre sonó, haciendo que YoonGi abriera un ojo, confundido.

¿Había sido ese el timbre?

Pensando que quizá Jungkook había olvidado algo, se levantó de la cama y se dirigió a la sala de estar, donde un fuerte olor a chocolate inundaron sus sentidos, haciendo que casi perdiese el aliento.

¿Taehyung?

YoonGi sintió como sus piernas perdían fuerza en esos momentos, a la vez que su respiración se volvía cada vez más irregular, su aroma comenzando a esparcirse por todo el lugar, siendo la combinación perfecta de cereza con chocolate, mezclado con el aroma tenue de la leche.

—YoonGi, se que estás ahí, por favor, abre.

YoonGi podía sentir todo su cuerpo temblar en esos momentos. Con manos inestables, puso la mano en la perilla de la puerta, deteniéndose justo cuando estaba a punto de quitar el seguro de esta.

—YoonGi, ábreme, necesitamos hablar.

—¿Qué haces aquí?, ¿Quién te dijo donde vivía?

—Namjoon, el hablo con Jimin, y Namjoon hablo conmigo.

YoonGi tragó duro, antes de abrazarse a si mismo, todo en un intento por reprimir el impulso de abrir y aferrarse a los brazos del Alfa detrás de aquella puerta.

Así que se había enterado...

—Vete...

Abre, YoonGi—dijo Taehyung, finalmente sacando su voz de mando.

YoonGi soltó un quejido de frustración y de impotencia cuando su cuerpo se movió por si mismo, obedeciendo la orden del Alfa y abriendo la puerta.

—Solo para esto eres bueno, ¿No es así?, Para mandarme y lastimarme cuántas veces quieras—dijo YoonGi entre lágrimas, su mano sobre la marca.

DESTINADOS || TAEGI AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora