Oɴe; Hoмe

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Oɴe; Hoмe

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𝕰l silencio reinaba en esa enorme casa, era un silencio total en ese mismo espacio era tan aburrido que perturbaba un poco a los seres nocturnos. La mujer de hebras acaramelada, la matriarca del hogar estaba ocupaba limpiando la habitación de Rosalie y Esme, más que nada por el Oso, era el más revoltoso por lo que implicaba que era él más desordenado de la familia, con sus figuras de Acción tiradas en el suelo.

— Esme ¿No ha llegado Rosalie? — Una voz de terciopelo y armoniosa se escuchó tras la Matriarca, volteando se encontró con la Pixie con un gesto de confusión plantada en su rostro — Se suponía que hoy tendríamos un maratón de Moda.

— No, todavía no a llegado y la verdad hace unos 20 minutos debieron haber llegado — Afirmó Esme mirando confundida por la ventana de la habitación de ellos, con su mirada plantada en los pinos del bosque — Tal vez deberíamos irlos a buscar.

— No es necesario, allá vienen — Comentó la Pixie al asomarse por última vez por la ventana observando un Jeep plateado llegando al la residencia, estacionándose en la entrada del Garage —

La más pequeña de la familia bajó las escaleras de un solo saltó con una sonrisa amplia, estaba sonriente de poder tener el tiempo de mujeres de Rosalie con ella cuando le fue prometido pero se detuvo de golpes frente la puerta, su sonrisa se borra mirando fijamente un punto fijo, teniendo una Visión; Una bebé, una chica, una compañera, alguien especial levemente borroso. La joven sonrió ampliamente para aplaudir de la emoción dando brincos

Él lector de mentes quién estaba cerca sentado en un sofá leyendo un clásico, detuvo su lectura a medias volteando rápidamente al ver a la más baja con los ojos abiertos, iba argumentar algo pero fue cesado cuando escucharon unos risas en la entrada y un exquisito aroma invadiendo enseguida el lugar —increíblemente— sin apenas cruzar la puerta de la Casa.

— Chicos, ya hemos llegado y con alguien más — La voz de Rosalie no se hizo esperar mucho menos ese aroma tan fuerte y embriagadora — Ya llegamos.



La pareja entró, Emmett cargaba un par de bolsas en la mano eran compras recién hechas y Rosalie la rubia cargaba una enorme sonrisa de oreja a oreja con una pequeña manta en sus brazos, en donde yacía una bebé de pocos meses durmiendo plácidamente en sus brazos logrando sorprender y desconcertar por completo al resto.

— ¿Qué es esto? ¿Rosalie? ¿De dónde sacaste esa bebé? — Habló defensivo Edward con el ceño fruncido provocando el disgusto de Rosalie quién la abrazó de manera sobreprotegida— Rose, responde.

— No es lo que creen, la conseguimos en la basura indefensa y sucia de porquería — Miró serena al lector de mentes con un Aura defensivo — Emmett y yo intentamos buscar señales de la madre pero no la vimos en ningún lado ¡La abandonó!

— ¿Abandonada? ¿Quién abandonaría a está criatura? — Habló horrorizada la matriarca, imaginar como una Mujer pudo abandonar un ser tan pequeño e indefenso en el mundo —

— Pero aún así ¿Quién sabe si la mamá regresa por ella? — Habló de golpes Edward, conteniendo su respiración por completo, el aroma de esa bebé le sacaba de sus casillas. Era demasiado fuerte y dulce para una Criatura en una casa de Vampiros —

𝕭𝖑𝖊𝖘𝖘𝖎𝖓𝖌 - ⟨Twilight⟩ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora