◆|𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈: 𝐈𝐧𝐬𝐨́𝐥𝐢𝐭𝐨

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Las espesas nubes grises cubrían el cielo en su totalidad, el fuerte olor a tierra mojada inundaba Yokohama mientras que el sonido proveniente de las corrientes del viento sonaba al compás de la melodía que producía las gotas de lluvia cayendo una...

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Las espesas nubes grises cubrían el cielo en su totalidad, el fuerte olor a tierra mojada inundaba Yokohama mientras que el sonido proveniente de las corrientes del viento sonaba al compás de la melodía que producía las gotas de lluvia cayendo una tras otra, formando pequeños charcos de agua. Atsushi caminaba a paso rápido siendo cuidadoso de no resbalar accidentalmente, dio unos cuantos pasos más por la acera antes de doblar en la siguiente esquina rumbo al hogar que compartía junto a Kyōka. Seguramente estaría preocupada por él, pues se suponía debía llegar a casa desde hace un tiempo, sin embargo, la repentina tormenta lo había retrasado. Había decidido esperar a que disminuyera —o bien desapareciera— dentro de la cafetería que se encontraba en el mismo edificio de su lugar de trabajo, no obstante, el clima no mostraba signos de querer cambiar por lo que optó por salir de una vez y llegar más rápido a su dormitorio.

Ahora caminaba bajo la lluvia, de noche, con sus ropas totalmente empapadas y con un frío de los mil demonios, maldiciéndose internamente por haber olvidado su abrigo en la agencia, pero ¿Qué más daba?, total ya se encontraba cerca de su destino y no valía la pena regresar.

—Maldición, ¿cuánto tiempo me quedé esperando? —cuestionó malhumorado, a nadie en concreto.

Repentinamente un fuerte olor metálico inundó su nariz advirtiéndole de un posible peligro. Siguió el aroma hasta un callejón donde permaneció inmóvil durante unos segundos buscando con la mirada algún civil herido. Afortunadamente, o no, solo se encontraba un charco enorme de sangre esparcida por el suelo.

Repentinamente su piel se erizo y sus sentidos se agudizaron. Gracias a esto Atsushi logró percibir una figura justo detrás de él, desgraciadamente le fue imposible esquivar a la bestia hecha de tela que se aproximó a él con gran velocidad arrojándolo contra la pared. Aquella sensación la reconoció inmediatamente, había luchado bastantes veces contra eso como para no saber identificarla.

—¡Akutagawa! —exclamó enfadado Atsushi, ya suficiente tenía con estar agotado y empapado como para entrar en combate con alguien, mucho menos si se trataba del mafioso portador de Rashomon. —¡Creí que ya habíamos arreglado las cosas entre tú y yo!... ¡Carajo, Ryūno...! —Atsushi estuvo a punto de soltar otra queja, quedándose con la palabra en la boca de la sorpresa. Ese chico... no era Akutagawa, definitivamente no era el perro de la mafia. No entendía lo que estaba pasando, pero sus instintos le decían —más bien le gritaban— que esa persona no se trataba del mafioso. ¿Entonces quién? ¿Quién podría tener la misma habilidad?

En un movimiento rápido el detective se incorporó de un salto y retrocedió colocándose en posición para pelear a la vez que transformaba sus brazos y piernas en extremidades felinas. Intentó mirar el rostro de su atacante sin embargo le resultó imposible ya que, además de la oscuridad del callejón, el agresor portaba una gabardina negra con capucha y lo que parecía ser una máscara blanca de kitsune con peculiares detalles negros.

—¿Quién eres y qué rayos quieres de mí? —no hubo contestación por parte del contrario, solo un aterrador silencio.

Atsushi se aproximó hacia su rival en un intento de golpearlo con su puño, pese a su gran velocidad el misterioso joven esquivó cada uno de sus ataques. No importaba de qué manera lo hiciera siempre evadía todos sus golpes. En medio de la batalla un pensamiento cruzó por la cabeza del chico tigre, su contrincante en ningún momento hacía uso de su habilidad, eran meramente ataques físicos. «Ya veo, él es mucho más ágil y físicamente más fuerte que Akutagawa» pensó Nakajima. De un momento a otro el misterioso joven retrocedió y huyó por los tejados, Atsushi hizo el esfuerzo por seguirle el paso, pero el hombre ya había desaparecido en la penumbra de la noche.

𝐵𝑙𝑎𝑐𝑘 𝑊ℎ𝑖𝑡𝑒 『Shin Soukoku』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora