«─ Madre, ve y busca una doncella de piel tan blanca como la nieve, ojos más oscuros que la noche y cabellos largos sedosos, que sea amable de corazón y ame al pueblo. Porque la voy a desposar.
Publicada: 19 - 03 - 21
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Leonor.
En el Reino de la Alta Borgoña la prosperidad es abundante, comparado con la generación pasada muchos ancianos dicen que la «vida es buena». Los arrozales brillantes como el oro. Árboles frutales floreciendo en sus temporadas sin falta. Lluvias largas y tranquilas. El pueblo está feliz y si el pueblo está feliz el rey también lo está.
«Es un respiro» se escucha murmurar. En el Reino de La Alta Borgoña nunca hubo paz, las mujeres lloraban, hijos muriendo, soldados enterrados. El Reino de La Alta Borgoña era un reino guerrero, destructor, colonizador y dominante. De esta manera alcanzaron tanto poder en un par de décadas comparado con los reinos vecinos.
Han pasado 17 años desde los últimos lamentos de viudas. 17 años sin guerras parece mucho para un reino guerrero, tras la muerte del Gran Rey Lotario en batalla y su hijo Gerardo tomando posesión de este los hombres descansaron y regresaron a casa.
El Rey Gerardo Lotario segundo es bueno.
Eso dicen los veteranos en sus juegos de mesa y sirvientas chismosas. Gerardo no tenía más de 16 años cuando colocaron la corona sobre sus oscuros cabellos. Era un niño, su fuerza no era una espada, él piensa, es astuto y cauteloso. Un estratega y hablador, muy hablador. Amable es la palabra que más destaca de su personalidad, igual a su difunta madre que en paz descanse al lado de su esposo.
El rey Gerardo es amable pero no tonto. Supo manipular al Consejo Real y no ellos a él. Fueron muchos los que intentaron robar la corona y así mismo incrementó experiencia el joven Rey. Aprendió. Se fortaleció y maduró.
Lotaringia, Italia y Borgoña; fueron los nombres que Gerardo nombró las tres grandes tierras de su reino. Lotaringia es un reino pequeño abundante de comida, su tierra es la más fértil, Italia es un reino con un porcentaje más grande que Lotaringia, es un reino pesquero y de armeros. Gerardo no compartió sus tierras, puso familias a gobernarlas bajo su nombre.
El Rey Gerardo dos años después de su coronación y que ésta fuese un exitoso, se casó con una noble del pueblo, no fue una princesa ni una guerrera, una noble de familia pesquera. Gerardo es un rey creyente en el amor real, un hombre de gran corazón y con mucho para dar. Se enamoró perdidamente de aquella noble y ella de él. Aunque tuvieran sus diferencias entre edades, el Rey se encargó de eliminar cada una de esas inseguridades que albergaban en el corazón de su amada cinco años mayor.
Es amor real. Eso dice mi madre todos los días. Espera tu príncipe. Termina diciendo cuando no le creo. ¿Esperar un príncipe como mi padre? Eso intenté. Mi padre, el Rey Gerardo es bueno, amable y amador, comprometido con la familia más que nadie. Pero no hay más como él y si existen no deben estar buscando princesas. Princesas como yo.