«─ Madre, ve y busca una doncella de piel tan blanca como la nieve, ojos más oscuros que la noche y cabellos largos sedosos, que sea amable de corazón y ame al pueblo. Porque la voy a desposar.
Publicada: 19 - 03 - 21
Finalizada:
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Leonor.
No importa cuán bueno sea el rey, ni cuán próspero el reino. En los libros de romance lo dice, las leyendas tambien. Y entonces lo escuché de la boca de mis padres, escuchar a escondidas no era algo que hiciera de niña, mi primo Enrique sí es mala influencia y le doy la palabra a mi mamá.
─ Leonor ya tendrá dieciséis años, es normal Gerardo. Los matrimonios son legales desde los catorce y lo sabes muy bien. No puede seguir dejando los años pasar, las jovencitas de su edad ya tienen al menos dos hijos y uno en camino.
─ Lo sé, conozco mi gente y lo que sucede. Pero no puedo obligar a mi hija, mi única hija.. Mi princesa pequeña.
─ No comiences con tu complejo de padre y querer el mejor hombre. La mayoría de chicos cercanos ya están comprometidos, algunos desde pequeños. Y los que quedan son hombres maduros viudos y aunque esté desesperada no dejaré mi única hija con alguien mucho mayor.
─ Un anciano...
─ Eso mismo. Te lo dije, te dije que lo mejor era comprometerla desde pequeña, pero siempre fuiste negativo y reacio a los candidatos.
─ Era nuestra primer hija... Pasamos por tanto que no quería pensar en firmar un papel y entregarla desde pequeña. Simplemente no me parecía la idea.
─ Y por eso mismo ella.. Ella podría quedar soltera. ¿Qué hará? Una rey no puede gobernar solo, necesita un consorte. Y... ¿Quién la querrá así..? Ella, Leonor es tan... Tan diferente a las niñas de su edad, tan diferente a toda mujer que yo conozca.
─ Mi hermana...
─ Es diferente Gerardo, lo sabes. Es diferente. Tu hermana se enamoro y se casó, tiene hijos. Tu hermana no será una reina. Tu hija sí.
─... No la podrás obligar.
─ Está bien, teniendo tu consentimiento era lo que necesitaba. Mañana vendrá el príncipe Enrique y Jericó, el hijo más joven de la familia real de Lotaringia, son los únicos jóvenes de su generación que siguen solteros.
─ ¿¡Enrique!? Amor mío, Esmeralda mi reina... ¿Te has escuchado? Enrique es mi sobrino, el primo de Leonor. No pueden... No. Es claro que no.
─ Gerardo, mi rey. Enrique es de la familia, sé lo que digo. Por eso mismo lo escogí. Estuve leyendo un poco y... Tu abuelo desposó a su misma prima. Está permitido por la ley si los padres lo aceptan y en algunas familias mantienen la sangre de esta manera. Enrique cumple con los requisitos, piénsalo. Tengo entendido que él quiere ser el general sucesor de sus padres. Junto a nuestra hija serán una buena pareja. Buenos reyes.